El Mazda CX-30 es un modelo que, por tamaño, se sitúa entre el CX-3 y el CX-5. Es un coche con un buen acabado interior, una amplitud normal para su tamaño y una gama de motores —dos de gasolina (Skyactiv-G de 122 CV y Skyactiv-X de 179 CV) y uno Diesel (Skyactiv-D de 116 CV)— en la que prevalece la eficiencia y la suavidad sobre las prestaciones. Está a la venta desde 24 775 euros (listado de versiones y precios).
Las alternativas en el mercado a este modelo de Mazda son muchas y de precios muy dispares, entre ellas: BMW X2, Jeep Compass, KIA Niro y XCeed, Mercedes-Benz GLA, Mitsubishi Eclipse Cross, Nissan Qashqai, SEAT Ateca, Skoda Karoq, Subaru XV, Toyota CH-R o Volvo XC40. En esta página se pueden ver todos los modelos con carrocería todoterreno de 4,30 a 4,50 metros de longitud que tienen versiones con motores de entre 110 y 200 CV y aquí aparecen todas las versiones ordenadas de la más asequible a la más cara.
Según nuestras mediciones, el CX-30 no tiene un habitáculo especialmente amplio, pero permite transportar a cuatro personas de talla media sin desmasiados problemas. Tampoco el maletero tiene una capacidad sobresaliente (listado ordenado de mayor a menor capacidad). Damos más detalles en el apartado de Impresiones del interior.
Mide 4,40 metros de longitud, 1,80 de anchura y 1,53 de altura. Es, por tanto, seis centímetros más corto y diez más alto que un Mazda3, con el que no comparte la distancia entre ejes (2655 mm el CX-30, frente a 2725) aunque sí la parte fundamental de la estructura. Una ventaja del CX-30 para algunos usuarios será que se va sentado más alto, no sólo respecto al asfalto (hay 9 cm de diferencia), sino también respecto al piso del coche (4,5 cm); es decir, es más fácil entrar y salir de él y se va sentado un poco más erguido. En las plazas traseras, según nuestras mediciones, las diferencias de espacio son mínimas, pero el diseño de la carrocería hace que el acceso en el CX-30 sea mucho mejor. Una ventaja más: el maletero tiene 72 litros más de capacidad (430 l). A igualdad de motor, un Mazda3 es más barato, un poco más rápido y tiene un consumo homologado prácticamente idéntico (ficha comparativa de las versiones de gasolina).
Como en el Mazda3, uno de los principales puntos fuertes del CX-30 es el tacto de conducción, que es más preciso, ágil y placentero que el de la mayoría de sus rivales. La suspensión es uno de los elementos que más influye al respecto, pues da un buen resultado desde el punto de vista del confort y además contiene bien los movimientos de la carrocería. Un CX-5 es más amplio y su puesto de conducción y reacciones son menos de turismo comparados con el CX-30.
La gama de motores está compuesta por una versión Diesel —Skyactiv-D de 116 CV— y dos de gasolina —Skyactiv-G de 122 CV y Skyactiv-X con 179 CV—. En los dos motores de gasolina, Mazda emplea un sistema de hibridación ligera mediante un circuito eléctrico adicional de 24 V (no sirve para impulsar el coche por sí solo, se utiliza para el arranque y como ayuda puntual al motor térmico; más información en el artículo del Mazda3). Todos los motores pueder ir combinados con un cambio manual de seis relaciones (de serie) o uno automático de tipo convertidor de par (opcional); los de gasolina, además, se pueden pedir con un sistema de tracción total (opcional). Fichas técnicas.
El motor Skyactiv-X de 179 CV es técnicamente novedoso dado que Mazda ha hecho que pueda funcionar por encencido (como un motor de gasolina) o por compresión (como un Diesel). En este artículo hay información detalla sobre cómo funciona. La ventaja teórica es que consigue consumos muy bajos. Pero para conseguirlos, hemos comprobado que hay que conducir de una manera muy partícular (algo que también puede ocurrir con otros coches). Además sus prestaciones son pobres y quedan cercanas al de 122 CV. Entre ambos hay 2400 € de diferencia a igualad de nivel de equipamiento.
Ambos motores de gasolina funcionan con una suavidad sobresaliente y exigen al conductor que esté muy pendiente de usar el cambio de marchas para circular con agilidad. Precisamente por esto último, y a pesar del buen tacto de la palanca de cambios, consideramos interesante optar por el cambio automático si se valora el confort de conducción. Hay más información sobre estos y otros aspectos en el apartado de Impresiones de conducción.
Hay tres niveles de equipamiento: Origin, Evolution y Zenith. Entre los elementos de equipamiento posibles relacionados con la seguridad están el sistema de proyección de información sobre el parabrisas (imagen), un asistente de tráfico y crucero (CTS; sigue al coche de delante durante una retención en carretera), los detectores de fatiga, de tráfico delantero (FCTA) o trasero, el programador de velocidad activo, el detector de vehículos en el ángulo muerto o el sistema de frenada de emergencia en ciudad con detección de peatones.
También es posible pedir un portón con apertura y cierre automáticos, asientos delanteros y volante calefactados, tapicería de piel, un sistema de cámaras que generan una vista cenital del vehículo (cuya resolución y calidad de imagen son excepcionales; imagen) o unos asientos con ajustes eléctricos y memorias de posición. Las versiones Zenith tienen unos faros de ledes con función de encendido y apagado selectivo; para quien use el coche frecuentemente de noche nos parecen muy recomendables.
El aspecto del salpicadero es prácticamente idéntico al del Mazda3, con el que también comparte sistema multimedia —con pantalla de 8,8 pulgadas de serie; imagen— e instrumentación (imagen). Los acabados y los materiales empleados para fabricar el habitáculo son buenos para lo que cuesta y las posibilidades de personalización, más amplias que las de cualquier otro modelo de Mazda (incluyen varias combinaciones de color para los asientos, el salpicadero o el guarnecido las puertas).
Hemos preguntado los costes de mantenimiento de este modelo en varios servicios técnicos de Mazda (Barcelona, Bilbao, Madrid, Sevilla, Valencia, Vigo y Zaragoza). El Diesel de 116 CV tiene un coste a lo largo de los 6 primeros años (o 120.000 km) de entre 1203 y 1481 €; la de gasolina de 122 CV, de entre 938 y 1148 €; y la de 179 CV, de entre 1201 y 1492 €.
De acuerdo con nuestro comparador de seguros, el precio más bajo para una póliza a todo riesgo sin franquicia de un Mazda CX-30 2.0 Skyactiv-G 122 CV lo ofrece la compañía Mapfre (240 euros al año). El tomador de este ejemplo es una mujer de 33 años que reside en Madrid, recorre unos 15 000 kilómetros al año y aparca en un garaje comunitario.