El 10 de abril golpeamos nuestro Tesla Model 3 al maniobrar marcha atrás en un garaje, de noche, contra una especie de torreta que había en el suelo y que llegaba a media altura. Fue un golpe leve. Afectó a la aleta trasera derecha, que quedó raspada y con una hendidura en la chapa unos centímetros más arriba, y al paragolpes, que también quedó raspado y con una parte descuadrada.

El día que recogimos el coche en Gresalba, tras ser reparado y pintado.

Como el coche suele pasar poco tiempo parado (salvo las recargas, obviamente) y el golpe no suponía ningún problema para circular, decidimos esperar a tener la agenda menos ocupada para arreglarlo. Pocos días después del primer roce, otro de nosotros volvió a darle un pequeño golpe en la misma esquina trasera contra una columna de un aparcamiento, en una maniobra parecida. El nuevo toque contribuyó desconchando la pintura en un punto más centrado del paragolpes y cerca de un sensor de aparcamiento, sin causarle daños a este último.

El raspón más profundo tenía unos 10 centímetros de longitud.
Una parte del paragolpes quedó ligeramente despegada de la chapa.
En esta vista se aprecia el rayón profundo sobre el paso de rueda y la zona raspada del paragolpes.
Los daños cerca del sensor de ultrasonidos los hicimos con una columna.

El 26 de abril decidimos pedir cita para reparar varias cosas del coche: la pantalla se apaga de repente, los altavoces traseros no dan suficiente volumen y las ventanillas delanteras se atascan a veces al subir. Esto lo contaremos próximamente en otra entrada del blog. Queríamos haber puesto en el mismo parte de asistencia la cita para chapa y pintura, pero viendo la disponibilidad de fechas (26 de junio en Madrid, justo dos meses, y 17 de mayo en Barcelona, 21 días), decidimos coger cita en Barcelona sólo para arreglar las averías y no el golpe, ya que podíamos hacer el viaje y así valorar su atención, pero no queríamos que la reparación se demorase varios días allí.

Mientras hay un parte abierto en la aplicación, no se puede abrir otro para solicitar una reparación adicional (pero sí se puede editar el que está abierto), así que llamamos por teléfono al servicio técnico de Madrid y nos informaron de que las reparaciones de chapa y pintura las hacían en dos servicios autorizados en Madrid: Gresalba, un servicio oficial de Volvo que está en la zona norte de Madrid (Sanchinarro), y Valores Unidos VUSA, en la zona sur. Elegimos Gresalba simplemente porque nos queda mucho más cerca de la oficina. En la web Tesla también está disponible esta información.

Nuestro coche está asegurado por Allianz a todo riesgo con franquicia de 400 euros (lo contamos aquí). Llamamos para comunicar el siniestro y nos informaron del mejor procedimiento para evitar un parte innecesario: contactar con el taller por nuestra cuenta, pedir un presupuesto aproximado y, si el coste era inferior a 400 euros, no dar parte para que no constase en nuestro historial, ya que la cantidad a abonar sería la misma.

Llamamos a Gresalba y les contamos lo que nos habían dicho en Allianz: queremos valorar el coste y decidir si va el perito del seguro y damos parte o no. Nos respondieron amablemente y nos dijeron que podíamos proceder sin cita previa (hasta ahora, ninguno de los redactores habíamos llevado un coche a un taller de chapa sin cita previa): podíamos pasar cuando quisiéramos por el taller, entre semana, de 08:00 a 19:00, pedir la valoración, que nos la darían al instante y sobre la marcha, si queríamos, dejar el coche para reparar. Según nuestra descripción y si no había que pedir piezas, las reparaciones así solían tardar tres días. En ningún momento nos identificamos como km77 ni dimos datos del coche que pudieran permitir saberlo.

Este es el tercer cartel que se ve desde la calle donde indica que Gresalba está autorizado por Tesla. Queda en un lateral del edificio, por el callejón donde se rodea toda la manzana.

Como eso nos daba mucha flexibilidad para organizarnos, elegimos el día lunes 20 de mayo. Llegamos a las 12:15 sin avisar y nos costó una vuelta completa a la manzana encontrar la entrada al taller. Gresalba tiene varias naves ocupadas en los bajos del edificio. Todo en el taller indica que se trata de un servicio oficial Volvo, pero hay tres carteles que hacen referencia a Tesla: uno en la puerta de recepción, otro en un lateral del edificio y uno más en una puerta de taller que ese día estaba cerrada. Más tarde nos comentaron que próximamente ahí estará localizada la recepción para vehículos Tesla.

El día que dejamos el coche en el taller. Junto a la entrada de recepción hay un cartel que dice «Tesla approved body shop» (taller de carrocería aprobado por Tesla).

En recepción comentamos nuestro caso y avisaron a un operario. Este echó un vistazo rápido al coche y nos dijo inmediatamente que esa reparación superaba los 400 euros, así que podíamos ir dando parte al seguro. Pedimos que procediesen a reparar el coche siempre que nos garantizasen que estaría listo para el jueves por la tarde, porque yo me lo llevaba de viaje. Nos dijeron que estaría listo, salvo imprevisto, para el jueves a media tarde (sobre las cinco) y decidimos dejarlo. Nos tomaron los datos y, aunque tuvimos que esperar unos 20 minutos porque el mismo responsable atendía también alguna llamada, fueron amables en el trato y nos respondieron a todas las dudas. Cuando nos fuimos, dejamos el coche en la entrada aparcado con 18 101 km en el odómetro.

Esta puerta con el símbolo de Tesla está a la espalda de la recepción por la que nosotros entramos.

El jueves a las 11:01 de la mañana nos llamaron por teléfono para informarnos de que el coche estaría listo a primera hora de la tarde y que podríamos pasar a recogerlo desde las 14:30, por lo que incluso estaría disponible antes de lo previsto. A las 15:30 fuimos a por él y nos atendieron nada más entrar. El coche no estaba a la vista. Mientras hacíamos el papeleo, otro operario lo trajo a la puerta, apenas dos minutos después de comenzar. Revisamos el trabajo, pagamos y nos fuimos.

En la junta entre el paragolpes y la aleta, bajo el piloto, hay unas pequeñas gotas que no se aprecian a simple vista
Vista en diagonal.
Vista frontal.
Vista desde arriba
Vista trasera y sensor de ultrasonidos junto al que había otro pequeño golpe.

El coche nos lo entregaron limpio y seco por fuera y con 18 104 km en el odómetro y un consumo medio de 40,8 kWh/100 km en 2,4 km, recorridos en el último trayecto. Es un consumo muy alto. No sabemos si habrán dejado el coche encendido con el aire puesto durante un rato antes de la entrega, o si lo han conducido con rapidez. Tampoco sabemos de dónde lo han traído para recorrer esos 2,4 kilómetros. Quizás de lavarlo.

El resultado nos parece muy bueno. No hay señales que indiquen que ha habido una abolladura en la chapa, ni mirando a la zona de frente ni en diagonal. Tampoco en el paragolpes. El único detalle que delata que puede haber sido repintada la aleta es que hay unas pequeñas gotas de lo que parece ser laca de la pintura en la junta entre la aleta y el paragolpes. No se ven a simple vista, hay que fijarse.

En la factura que Gresalba nos proporciona a nosotros sólo consta el coste de la franquicia, 400 euros, IVA incluido.

El coste de la reparación ha sido de 776,82 euros (642 + IVA), de los cuales hemos pagado 400 euros (el importe lo han ajustado a 330,58 + IVA). Todo ha sido mano de obra y pintura. No ha habido que sustituir piezas, ni siquiera grapas. Este precio total es el que Gresalba le da a Allianz. Con las aseguradoras, la facturación de las horas está pactada a un precio inferior que con los clientes particulares.

Preguntamos a quien nos entregó el coche cuánto nos habría costado si hubiésemos pagado sin mediación del seguro y nos dijo que «alrededor de 1000 euros». El coste de la hora de mano de obra en Gresalba es de 83,49 euros (69,00 + IVA).

Cartel en la oficina de Gresalba donde informan de las tarifas para clientes particulares.

Con el paso de los días ninguno de los redactores ha detectado fallos en la pintura o en la chapa. Yo, el día de la recogida, encontré mientras recargaba un pequeño resto de cinta de carrocero que había quedado en la parte baja del umbral derecho, lo cual tiene sentido si han encintado la pieza completa, que viene desde la aleta.