El 23 de mayo de 2019 recogimos nuestro Tesla Model 3 de las instalaciones de Gresalba tras una reparación de chapa y pintura. Como indicamos en ese artículo, durante los días siguientes ninguno de los que condujimos el coche detectamos problemas, ni referentes al arreglo ni de ningún tipo.

El 29 de junio, al conectar el coche a una red wifi en uno de nuestros garajes particulares, apareció una actualización disponible, la cual instalamos un rato más tarde. Cuando fuimos al coche de nuevo (las actualizaciones suelen durar unos 25 minutos) nos encontramos un mensaje de error durante la actualización 2019.20.4.2 66625e9 que nos indicaba que nos pusiésemos en contacto con el servicio técnico. Lo curioso es que a pesar de ese mensaje sí se instalaron las nuevas funcionalidades de esa versión de software.

Siguiendo la indicación que aparecía en la pantalla del coche, abrimos parte con el servicio técnico de Tesla. Lo hicimos a través de la aplicación móvil.

Dos días después, el 1 de julio, lunes, saltó un nuevo aviso de que teníamos disponible una actualización. Aceptamos su instalación pero otra vez nos encontramos con que el nuevo intento de actualización había fallado. Acto seguido, nos llamaron desde el servicio técnico de Tesla de Barcelona (estábamos en Huesca) para decirnos que habían registrado el fallo, ya que ellos habían enviado la orden de actualización a nuestro Model 3 tras recibir el parte que abrimos con la aplicación. Nos indicaron que trasladaban el problema a la central (no entendimos bien el nombre al que nos dijeron que lo derivaban).

Mensaje de aviso en la pantalla de nuestro Tesla Model 3. Apareció tras el fallo en la actualización y desapareció una vez que esta fue instalada.

El 2 de julio nos llamaron desde el servicio técnico de Barcelona y nos indicaron que el problema con las actualizaciones se debía a un fallo con una antena Bluetooth, que va situada en el paragolpes trasero (el que habíamos reparado por unos roces con la pared de un garaje). En ese momento no establecimos una relación entre la reparación y esta avería. Había pasado mes y medio. Para gestionar la reparación, trasladaron la incidencia al servicio técnico de Madrid y nos pusieron en copia en el correo electrónico. Dos días después, el 4 de julio, puesto que no recibíamos respuesta a ese e-mail, les escribimos y nos respondieron que era necesario concertar una cita a través de la aplicación móvil del Tesla.

Procedimos según las instrucciones y reservamos cita para el 10 de septiembre. El 9 de julio nos volvieron a contactar por correo electrónico para solicitarnos el número VIN del coche (número de identificación del vehículo, tradicionalmente conocido como número de chasis), con el fin de «profundizar en el caso». Al día siguiente, 10 de julio, nos dijeron que habían pedido la antena para tener el recambio en previsión de que hubiera que cambiarla. Había dos posibilidades: que la antena estuviera defectuosa y la reparación la cubriera la garantía o que estuviera desconectada o golpeada, en cuyo caso el coste de la reparación correría por nuestra cuenta.

En ese cruce de correos electrónicos les contamos que habíamos reparado el paragolpes en Gresalba (que es el taller autorizado por Tesla para las reparaciones de chapa) por un pequeño roce y nos dijeron que era fácil que al desmontar y volver a montar, se hubieran olvidado de conectar la antena. Nos sugirieron llevar el coche Gresalba para que revisasen la conexión.

Como el coche pasó gran parte del verano en manos de los redactores, de viaje, sólo encontramos un hueco disponible para nosotros entre la segunda y la tercera semana de agosto, antes de volver a salir de viaje la segunda quincena. Igual que hicimos para la reparación de chapa, llamamos a Gresalba para contarles lo que nos había dicho Tesla, la posible relación entre la reparación del paragolpes y la desconexión de la antena.

Uno de los responsables con el que nos pusieron en contacto nos dijo que era posible, porque es un elemento que desconectan para trabajar en la zona, aunque le parecía raro porque suelen revisar bien las conexiones. Nos dijo que para revisar la instalación debían desmontar el paragolpes, que tenía varias horas de mano de obra pero que se podía hacer en un solo día y bastaba con llevarlo la mañana que quisiéramos. Quedamos en organizarnos y volver a llamar.

Al cabo de unos días llamamos para pedir cita, principalmente para saber si sería posible tener el coche listo en el mismo día. La telefonista nos invitó a llevar el coche sobre la marcha al día siguiente, temprano (como en mayo para la reparación), cuando mejor nos viniese, y que el jefe de taller valorase y nos indicase qué hacer. Eso hicimos. Acudimos el martes 13 de agosto. El jefe de taller salió a recibirnos. Nos dijo que prefería hacer la reparación en septiembre, cuando no estuviesen tantos operarios de vacaciones, porque no podía garantizarnos tenerlo ese mismo día, o al día siguiente, para poder irnos de viaje el mismo 14.

Esperamos a septiembre y volvimos a llamar, ya que preferimos avisar aunque siempre nos insistan en que acudamos sin cita previa. Nuevamente contamos toda la historia porque la persona que nos atendía cada vez era una distinta. Este nuevo encargado nos dijo que no había problema en revisar la instalación, pero nos advirtió de las dos posibilidades: si la antena estaba mal conectada, ellos correrían con los gastos puesto que lo cubre la garantía de la reparación; si al desmontar ocurría que la antena estaba correctamente conectada y que el problema era una avería, tendríamos que abonar la mano de obra.

Gresalba solo hace reparaciones de chapa y pintura para Tesla. No arregla averías de tipo técnico. Si la antena hubiese estado averiada, habríamos tenido que pagar el montaje y desmontaje y posteriormente haber ido al centro Tesla de Getafe. No es lo habitual en otras marcas, en las que todo se suele solventar en el mismo taller y se desmonta para sustituir o reparar. Con posterioridad a nuestra primera visita a Gresalba, el servicio oficial de Getafe comenzó a hacer reparaciones de carrocería.

En Gresalba activaron el «Modo de servicio» durante la estancia en el taller. La potencia queda limitada a la necesaria para maniobrar a velocidad muy baja. Mientras esta función está activada no es posible localizar el coche a través de la aplicación móvil de Tesla ni activar funciones de forma remota.

El 10 de septiembre llevamos el Model 3 a Gresalba, lo recepcionaron sobre las 9 de la mañana y nos llamaron a mediodía para avisarnos de que el coche estaba listo. Al llegar nos explicaron que, cuando desmontaron, aparentemente estaba todo correcto, con la antena conectada, pero al apretar la clema, esta hizo un clic, por lo que la conexión no era la adecuada. Nos pidieron disculpas por las molestias y nos entregaron el coche lavado y aspirado (aunque no lo llevamos sucio, se notaba que lo habían repasado).

Al cabo de unos días instalamos sin problema la actualización a través de conexión wifi, aunque tuvimos que probar en dos redes distintas porque la primera de ellas llegaba con poca intensidad (en una vivienda particular, desde el salón al garaje) y el sistema no iniciaba la instalación.

Cuando recogimos el coche preguntamos por los detalles de la antena y su ubicación. En Gresalba nos enseñaron otro Tesla Model 3 que tenían con el paragolpes trasero desmontado, para que viésemos dónde está situada y cuál era el conector mal apretado.

Detalle de la antena que va situada en el paragolpes posterior. La clema gris es la que no estaba completamente apretada.
Antena y conector.
Vista general con la ubicación de la antena respecto al maletero y el paragolpes trasero. Queda muy cerca del portón.

La pieza cuyo conector estaba mal colocado tiene el número de referencia 1097855-00-E y aparece en la lista de pizas de Tesla con la leyenda ASY, REAR BLE.

En el catálogo de piezas del Tesla Model 3, la pieza cuyo conector falló está listada dentro del apartado «Módulos de control electrónico»