Seleccionar página


El Škoda L&K 130 es un prototipo de vehículo de apoyo para carreras de ciclistas. Está construido sobre la base de un Superb Combi PHEV y Škoda lo exhibirá este verano en la 112 edición del Tour de Francia (5 al 27 de julio). Ha sido diseñado y creado por 28 alumnos de la Escuela Profesional de Škoda.

El nombre «L&K 130» y la combinación de colores de la carrocería son un homenaje a los 130 años de historia de Škoda, que comenzó en 1895 con la producción de bicicletas. Más tarde, en 1905, los fundadores de la compañía, Václav Laurin y Václav Klement, comenzaron a diseñar y fabricar automóviles bajo la marca L&K. 

El punto de partida es, como ya he comentado, un Superb Combi híbrido enchufable (204 CV y hasta 133 km de autonomía; ficha técnica). Los estudiantes de la escuela cogieron una unidad y le cortaron la parte de la carrocería que queda por encima del maletero para transformarla en un área de carga al descubierto. Es decir, convirtieron un Superb Combi en un Superb pick-up. Para compensar la pérdida de rigidez estructural tras el corte del techo, el equipo de estudiantes añadió refuerzos al chasis. La plataforma de carga se puede extender eléctricamente hacia atrás para facilitar la subida y bajada de bicicletas.

Otro cambio significativo se observa en la puerta trasera derecha, pues en el L&K 130 es corredera. De esta manera se reduce el riesgo de golpear a un ciclista que vaya al lado al que le queramos dar asistencia. El mecanismo de apertura es manual.

En el habitáculo los colores predominantes son el rojo, el blanco, el dorado y el negro. Están presentes en los logotipos L&K que reemplazan al habitual de Škoda, en la tapicería de los asientos y en diversas parte del salpicadero.

Como parte del equipamiento adaptado a las carreras de bicicletas, delante del asiento del acompañante hay una pantalla que muestra datos relevantes para ayudar a los ciclistas del equipo. Detrás, el lugar del asiento izquierdo lo ocupa una nevera para botellas de agua. Por detrás de la fila posterior hay una ventanilla (fija, no se puede abrir) a través de la cual se puede observar el espacio de carga y la situación de los ciclistas. En el techo hay una red para llevar objetos pequeños a los que se necesite acceder con rapidez, como barritas energéticas o vendajes.

Este es el décimo prototipo que sale de la Escuela Profesional de Škoda. Otros que salieron en el pasado fueron el Škoda Slavia, el Škoda Atero y el Škoda CitiJet.