Hace unas semanas viajé en un Ford Capri eléctrico (77 kWh de capacidad de la batería) desde Madrid a Nerja. Un recorrido de 500 kilómetros, que saldamos con una parada intermedia en Guarroman para recargar la batería. Salimos de Madrid con el 95% de batería, llegamos a Guarroman con un 20%, cargamos de nuevo hasta el 95% en más o menos una hora, en un cargador rápido y llegamos a Nerja con el 30%.
En Nerja, cargamos el coche en los cargadores del Lidl, (gracias Lidl), que cargan gratuitamente en alterna a una potencia de 9 kW (gracias, gracias). El único problema es que la carga se interrumpe periódicamente (con toda la lógica), porque me imagino que el sistema está diseñado para cargar mientras compras, no para que cargues tu coche gratuitamente. A falta de mejor alternativa cerca, a base de insistir, recuperamos hasta el 85% de la carga en el Lidl (gracias, gracias) y desde allí volvimos de nuevo al cargador de Guarroman, para completar la carga en nuestro viaje de regreso a Madrid.

A la ida, todo resultó sencillo. De los cuatro postes de carga del punto de carga de Endesa situado en la estación de servicio de Andamur, con dos mangueras cada uno, todos funcionaban correctamente salvo uno. Al regreso era la situación inversa. De los cuatro postes, sólo uno tenía la luz verde. Los otros tres estaban en naranja, es decir, no operativos.
La manguera es mía
Llegamos en el mismo instante en el que un BMW estaba dejando la plaza de aparcamiento de la única manguera que quedaba disponible. Al otro lado de ese poste, el conductor de un Porsche Macan estaba intentando cargar su coche.
Aparcamos a su lado, cogimos la única manguera utilizable, y la enchufamos al coche. No sé cuánto tiempo llevaba el dueño del Macan, al otro lado del poste, pero aparentemente no podía cargar. Era un Macan con el volante a la derecha y matrícula británica.
Cuando cogí la manguera, hizo un gesto como de ir a coger también la manguera de nuestro lado. Algo así como cuando los niños se ponen encima de su camión para que nadie lo toque porque es suyo. Las dos mangueras están en el mismo poste. ¡¡Pero la manguera del otro lado estaba enchufada en su coche!! ¿Quería las dos mangueras a la vez? Le hice un gesto señalando su coche, como diciendo que no tenía sentido que cogiera «nuestra manguera» porque ya tenía una enchufada.
Reconozco que entendía su inquietud. Me ha pasado. Me ha pasado ir a cargar un coche eléctrico, ver que no consigues que cargue, y probar en otra manguera y en otra y en otra. Y como llegue alguien y consiga cargar, se te enciende de ira y de rabia hasta el último pelo de la cabeza (en mi caso, poco pelo para encender). En este caso, nosotros ocupamos la única otra plaza aparentemente funcional y tuvo que abortar su idea de cambiar de manguera, que seguro que la tuvo. Había llegado antes, sí, pero ya tenía una manguera enchufada en el coche.
Tras mi gesto señalando que él ya tenía una manguera enchufada en su coche y que la única opción para cambiar de manguera era cambiar de plaza, volvió a su redil. Con cara de pocos amigos, pero volvió.

Cargar, cargar, lo que se dice cargar…
El caso es que nosotros, a pesar de que dos días antes habíamos cargado sin sobresaltos, hoy no podíamos cargar. Y estuvimos bastante rato muy cerca del conductor del Macan, intentando que la cosa funcionara, hasta que él no pudo más y se puso a gritar en inglés: «¡¡Yo llegué primero y tengo derecho a elegir manguera!! ¡¡No consigo que funcione this fucking shit!! ¡¡Tienes que dejarme utilizar tu cargador!!».
Durante mi lucha por cargar, mientras daba vueltas una y otra vez, había intuido que en algún momento mi vecino saltaría. Lo ví encenderse a mi lado minuto a minuto. Es desesperante no conseguir que tu coche cargue, porque te sientes atrapado. ¿A dónde vas? Te queda poca batería, estás en un cargador (el sitio al que anhelabas llegar para cargar) y el coche no carga. La planificación de tu viaje se va a la fucking shit. Si te vas a otro cargador, consumes las poca batería que te queda y en el caso de que tampoco funcione, ¿Qué haces?
Sé perfectamente lo que haces. Llamar a la grúa. Me ha ocurrido más de una vez. Llamar a la grúa desde un cargador, porque tu salvación es tu condena. Y como conozco la sensación de desesperación, la rabia que te entra cuando ese poste que te debe mimar y proteger te rechaza como si fueras un perro sarnoso y te deja tirado en mitad de la calle, no me sobresalté ni me sentí agredido.
«Perdónele, está muy nervioso»
«Quizá tenga razón (en inglés no distingues entre tú y usted, pero si hubiera sido en español se lo hubiera dicho de usted, creo yo). Pero este cargador tampoco funciona. Estamos hablando por teléfono son el servicio de asistencia. Si conseguimos resolver el problema, una vez cargue nuestro coche le ayudaré a usted. De momento, no sé si seremos capaces de cargar o no».
Yo también estaba preocupado. Antes de llegar, estaba tan convencido de que ese lugar de carga nos permitiría rellenar la batería sin contratiempos que no había dedicado tiempo a buscar alternativas. Por lo que me dijo mi acompañante, que era quien estaba al habla por teléfono, la persona que le atendió fue muy amable y si bien llevó un tiempo, al final conseguimos que el coche cargara.
En ese tiempo, se acerco la mujer que acompañaba al conductor del Macan a disculparse. «Perdónele. Está muy nervioso», me dijo. «No se preocupe. Le entiendo bien. Están ustedes en otro país, con otro idioma, con unos sistemas de carga que a veces funcionan y otras no. No se preocupe por nada.» Me dio las gracias y volvió a subir al coche.
A los pocos minutos, se fueron, sin hacer ni un ruido (en modo eléctrico, claro), mientras nosotros seguíamos intentando que nuestro coche cargara. No hice nada. Entre mi acompañante, su hijo, y el sistema de asistencia, solucionaron la conexión, y a continuación vimos en la pantalla el rótulo esperado. Con una potencia de carga ligeramente por encima de los 100 kW, nos esperaba otra hora para que la batería tuviera carga suficiente que nos permitiera llegar a Madrid. Normalmente es más rápido cargar hasta el 60% y volver a cargar de nuevo entre 150 y 220 km después que esperar a cargar hasta el 80 o el 90%. También es cierto que cargar hasta que derrame te asegura no volver a dudar de si funcionará o no, de si estará ocupado o no el siguiente poste.

Limpio, pero mojado
Ya que teníamos tiempo, miré alrededor a ver estaba el Macan. En la misma área de servicio hay cargadores rápidos de Tesla e intuí que pudiera estar allí.
Cuando me acerqué, le vi de nuevo cara de desesperación. Primero me pidió perdón.
—He sido muy maleducado. Duscúlpeme. No había ningún motivo para gritarle a usted.
—No se preocupe por nada. Le entiendo perfectamente. Uno se siente muy vulnerable cuando no puede cargar el coche y está lejos de su destino sin carga en la batería. Esté tranquilo.
—Pero es que no consigo cargar el coche. Ayer lo estuve lavando y tengo miedo de que se haya mojado el terminal y de haberlo dañado.
Ese es el otro problema. Cuando el coche no carga te sientes culpable tú, indefectiblemente. ¿Qué estaré haciendo mal? ¿Qué habré hecho yo mal? ¿Tengo que tener más cuidado al lavar el coche para que no se mojen los terminales? ¿Habré pisado un charco de forma indebida? ¿Habré metido mal el enchufe?
—No se preocupe, que es imposible que sea por eso. Conseguiremos que cargue. Yo le ayudo. Tranquilidad que lo conseguiremos.
Primeros pasos de mi bebé
Qué fácil se ven las cosas cuando tu coche ya está cargando y cuando estás en tu país. Cuando controlas mínimamente el entorno. Cuando sabes cómo llamar a una grúa y eres consciente de que nada es tan grave. No había mirado si ese cargador de Tesla era compatible o no. Imagino que sí, pero como no lo necesitaba ni lo miré.
—No sé si este cargador de Tesla es compatible con su coche. Vamos al otro cargador que ya funciona y si hace falta llamamos a la asistencia hasta que cargue.
La mujer habló con la ventanilla bajada desde el interior del coche.
—Es usted muy amable— me dijo.
Pobrecilla, ella y sus perros y su marido, con su coche caro, viviendo las penurias de carga que se viven también con coches mucho más baratos. «¡¡Qué injusticia. ¿Pero no era que el dinero lo soluciona todo?». Así me la imaginaba yo en sus adentros.
Fuimos al otro cargador, al de Endesa, y descubrí que el pobre hombre ni había sido capaz de completar el registro de la aplicación. No sé cómo quería que funcionara el cargador, si la máquina ni siquiera sabia que estaba allí y que quería cargar. No sé cómo quería hacerlo, porque no me fijé en él antes de intentar ayudarle, pero tengo la impresión de que creía en el vudú entre hombre y máquina.
Le ayudé a rellenar la aplicación. Es normal. Aunque la tenía en inglés, las direcciones, por ejemplo, son tan diferentes entre el Reino Unido y España y que el pobre hombre estaba completamente perdido y no era capaz de rellenar la dirección (campo obligatorio, manda güevos). Le dejé solo para que metiera los datos de la tarjeta de crédito, dimos la orden de cargar, enchufamos la manguera y, ¡¡oh!!, aquello empezó a sonar y a cargar. Milagro en Las Gaunas.
La vida es bella
Les cambió la cara. La mujer bajó del coche con sus muchos perros que también parecían contentos, me dieron la gracias mil veces y me invitaron a tomar «lo que quiera» me dijo ella. Me pidieron disculpas doscientas mil veces más y al final nos fuimos todos tan contentos hacia la cafetería a tomar algo nosotros. Yo con mi gente y ellos con sus perros.
He vivido muchos más momentos de tensión en puntos de carga de coches eléctricos. Desde el hombre que me dijo «Menuda puta mierda es esto del coche eléctrico» hace ya unos años (le pregunté por qué se lo había comprado y me contestó sin ambages «porque me he equivocado») hasta las decenas de veces que no he conseguido cargar el coche y que hubiera cogido un hacha para destrozar todo el entorno circundante.

Dicho esto, a pesar de la anécdota, hoy en día el coche eléctrico empieza a ser una opción razonable para casi cualquier tipo de viaje. Recuerdo mis primeros viajes en coche eléctrico hace 8 o 9 años. Cuando me adelantaban los camiones en las cuestas y cuando los cargadores más rápidos de España cargaban a 50 kW teóricos que no superaban los 36 kW reales.
100 kW es mi mínimo
Ahora, con cargas por encima de los 100 kW hasta el 60% de la batería la cosa ha cambiado mucho. Si no tienes mucha prisa por llegar a tu destino y si no te pasas el día en la carretera, viajar en eléctrico es una buena opción. Incluso con una batería de 50 kWh sería factible hacerlo razonablemente rápido en varias paradas cortas (en algunas carreteras bien equipadas de puntos de carga rápidos). Mi primer viaje en eléctrico (Madrid – Bilbao) lo hice con una BMW i3, batería de menos de 30 kWh, y con parada intermedia a dormir, para cargarlo en un enchufe de pared, porque desde Madrid no era capaz de llegar al primer cargador «rápido» (50 kW de potencia de carga), que estaba instalado cerca de Burgos.
Estimado Javier,
Buen artículo. Llevo muuuuchos años siguiendo km77. Hasta alguna vez intercambié privados con usted. También llevo dos años con un Tesla Model 3, 66.000 km. He cruzado Portugal, Francia, España. Zonas rurales con pocos cargadores…
Hay que ser un poco previsor, es cierto. Pero parece resuelto. Superchargers de Tesla, Zunder, Ionity, Repsol Waylet nunca me han fallado. Iberdrola, Acciona casi siempre bien. Muchas cargas en hoteles, donde normalmente sabes tú mas del proceso de carga que los de recepción.
Endesa ni lo he intentado, hablan muy mal de ello. Lidl generalmente bien, pero como último recurso.
Es decir, que todavía no es un proceso intuitivo, lo admito. Hay que tener un poco de paciencia. Pero es que son ya más de 7000 euros ahorrados frente a un Civic gasolina que tenía antes. Cargo en casa con placas fotovoltaicas, es verdad.
Sólo quiero animar aquí a los que van a cambiar de coche y que valoren un eléctrico puro; que no tengan miedo; hay cargadores de sobra para enchufar sin ni siquiera tener que usar el móvil: autocharge de Tesla, Waylet y Zunder. Pero hay que planificar un poco. En el Tesla es trivial, lo hace el coche. Para los demás ABRP, una app gratuita, si es que el coche no lo hace bien.
Un poco de aprendizaje y se ahorra mucho dinero. Y la gozada que es viajar sin ruido y con 280 CV bajo el pie derecho a un precio más que razonable.
Perdón por el ladrillo. Salu2.
Lo que no tiene ningún sentido es lo de darse de alta, con una aplicación específica para pagar en cada red de cargadores.
¿Os imagináis utilizar una aplicación de pago en función de comprar en Mercadona, Lidl, Eroski o El Corte Inglés?
Totalmente absurdo.
Lo lógico es llegar con tu tarjeta de debito, que te cobren una garantía previa como cuando llenas el depósito del coche en las gasolineras de autoservicio, cargas la batería, te cobrán y se acabó.
Menuda odisea para el conductor del Macan. Doble penitencia.
Ráfagas, GTO.
Muy buenas, Javier. Me alegro de que tuviera final feliz este encuentro.
Esta historia me recuerda a una muy muy parecida que nos ocurrió a mi amigo Alberto Callejo de Forococheselectricos.com y a mí volviendo de visitar la nave de SEAT en Rodaje en Milmarcos.
Nos encontramos con una familia francesa en la carretera desesperada porque no conseguían cargar su Kia Niro EV. Llevaban probando algunos sitios y la gasolinera donde nos la cruzamos era casi su última oportunidad. Tanto para el Kia como los niños que iban ya muertos de aburrimiento detrás.
Alber lo resolvió también configurando la aplicación de carga. La madre nos confesó que estaban sorprendidos de que fuera tan complicada la situación en España, no lo tenían previsto. Al menos todo acabó bien, igual que con el del Macan.
Esperemos que la cosa mejore. 🙂
En 30 años, y unos….. 500.000 kms ??? (nunca me he parado a calcularlo, pero tampoco he hecho grandes viajes) entre motos y coches, gasolina o diésel, nunca he tenido ningún problema, ni igual ni parecido al que comentas, que parece por el artículo muy habitual…
En fin, que no sé yo, si eso de que «se puede viajar en eléctrico» hoy en día es válido, cuando es «el coche el que planifica el viaje».
Bajo mi punto de vista, el tener que depender, absolutamente, de encontrar un cargador, y que funcione y sea compatible, invalida el «placer de viajar en coche» (yo no podría, el estrés de quedarme tirado me puede). Otra cosa es para el día a día, y para quien pueda tener un cargador en casa.
Dentro de 10 años hablamos….
Obvio que si