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Eso es lo que pretende el Gobierno. Ayer, martes 1 de julio, el Consejo de Ministros aprobó el Anteproyecto de Ley de Consumo Sostenible presentado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 dirigido por Pablo Bustinduy. Esta iniciativa, cuyo objetivo es «reforzar la protección de las personas consumidoras y del medio ambiente», prohíbe la publicidad de vuelos cortos cuando exista una alternativa más limpia y la publicidad de combustibles fósiles y de vehículos impulsados exclusivamente por estos.

¿Quiénes son los afectados?

Cualquier tipo de publicidad sobre productos energéticos compuestos exclusivamente por derivados de origen fósil en los que no participan componentes renovables será prohibida. Esta prohibición afecta a los anuncios emitidos por empresas del sector del carbón y del petróleo. Por lo tanto, sí estarían permitidos los asunciones de los conocidos como combustibles renovables, es decir, de aquellos elaborados en parte con aceites vegetales y residuos orgánicos.

Queda fuera de esta limitación la promoción del gas natural. El gas natural también es un hidrocarburo de origen fósil, pero su combustión produce menos emisiones de dióxido de carbono, dióxido de azufre y partículas sólidas que la de otros combustibles derivados del petróleo (como la gasolina y el gasóleo).

En cuanto a los coches, se prohíben los anuncios vehículos que sean impulsados exclusivamente por combustibles fósiles. Es decir, que esta ley no afecta a los híbridos, ya sean híbridos ligeros, convencionales o enchufables. En cualquier caso, la venta de vehículos de combustión está prohibida a partir de 2035 por la Unión Europea. A este respecto, el Ministerio señala que su intención al actuar sobre su publicidad es «incentivar a la industria para acelerar la transición productiva hacia modelos más accesibles y sostenibles».

Estamos ante una iniciativa, no una ley

Sea como fuere, no olvidemos que por el momento estamos hablando de un anteproyecto de ley. Este será remitido al Congreso de los Diputados, discutido y votado. Si finalmente es aprobado por el Congreso, entonces será sancionado y promulgado por el Rey y publicado en el BOE.  Entonces sí, se convertirá en ley. Este proceso suele tardar unos cinco meses, pero viendo la situación actual del Gobierno de España, es posible que se demore más o que incluso nunca llegue a aprobarse.

Efectos prácticos

Más allá de que la palabra prohibición habitualmente me produce rechazo, lo cierto es que no creo que esta norma tenga un gran impacto en la publicidad de los coches que hoy vemos en internet, televisión, radio y prensa impresa. La mayoría de los anuncios hablan de coches híbridos y eléctricos. De hecho, no se me ocurre ningún anuncio actual de un vehículo que sea puramente de combustión y que no tenga en su gama alguna versión híbrida. Seguro que alguno hay, así que si tenéis conocimiento de ello, decidlo en comentarios.

Me gustaría poner una infinidad de anuncios míticos, pero me voy a limitar a tres, uno de BMW, uno de Renault y uno más moderno de Tesla… no os enfadéis 😉