En 1959, el ingeniero de Volvo Nils Bohlin desarrolló el cinturón de seguridad tal y como lo conocemos hoy en día, el de tres puntos de anclaje.
Han pasado 66 años y este inventazo ha ido mejorándose lentamente. En los 80 y los 90 algunas marcas comenzaron a añadir pretensores —un dispositivo pirotécnico que aprieta el cinturón cuando hay un impacto— y limitadores de tensión —mecanismos de deformación programada que reducen la tensión para evitar lesiones—.
Más recientemente, y de manera adicional, en algunos coches el cinturón se tensa automáticamente al colocárselo o da unos pequeños tirones cuando se prevé una colisión, con la misma finalidad: que quede correctamente ajustado al cuerpo.
Mucho menos conocidos son los cinturones con airbag incorporado, una apuesta de Ford a la que prácticamente sólo ha acompañado Mercedes-Benz (de manera puntual) y que no tiene visos de extenderse.
Antes de seguir, un consejo:
Aprovecho para sugerir a los que me leéis que os apretéis con ganas el cinturón al colocarlo, si es que no lo hacéis. No sólo la banda que cruza el pecho, sino también la que sujeta la cadera (fijaos como normalmente tiene mucha holgura). No es necesario interrumpir el tracto intestinal ni tatuarse una diagonal en el pecho, pero ya que el señor Bohlin tuvo el detalle de inventar el cinturón de seguridad por el bien común, vamos a utilizarlo correctamente para evitar lesiones, lesiones más graves o el peor desenlace posible. Al menos que las consecuencias no dependan de nosotros.
Y ya que estoy generoso vendiendo consejos, ahí va otro más: si sois de los que ponéis esa horterada con publicidad de Sparco o de la marca del coche que corresponda para que no os haga rocecito, quitadla, por favor. Conste que tengo fe en nuestros lectores y estoy seguro de que ninguno lo tiene 😉
Volvo, respuesta segura
Si te suena la frase, primero decirte que tienes edad de revisarte ya la próstata o estar a punto. Lo segundo es que, como yo, seguramente asocies, desde hace décadas, Volvo (actualmente chino-sueca) a seguridad. Que a Volvo le interesa la seguridad es una mezcla de verdad y márquetin, todas las marcas trabajan en conseguir coches seguros. Pero unas lo hacen con más dedicación que otras, y entre las que más hincapié hacen, efectivamente está Volvo.
Volvo estudia accidentes reales mediante su unidad de investigación de Accidentes (el Volvo Accident Research Team) creada en 1970. A día de hoy dice tener una base de datos de 80.000 personas accidentadas.
El cinturón de seguridad multiadaptativo
Si cada persona necesita gafas con distinta graduación o cascos y zapatos de distinta talla, ¿por qué debemos pensar que el mismo cinturón de seguridad nos sirve a todos? En mi caso, yo más allá de extrañar no poder colocarlo en algunos coches a la altura necesaria para que no resbale por mi hombro o lamentarme de que el asiento quede por detrás de la salida superior del cinturón, nunca he pensado en nada más.
Pero Volvo parece que sí lo ha hecho. Acaba de presentar un cinturón que puede adaptar su funcionamiento a la complexión del conductor. Y también al tipo de impacto. El coche puede recabar y transmitir al cinturón la información de diversos sensores para que este actúe de la manera más conveniente.
Los cinturones que Volvo emplea actualmente tienen tres «respuestas», gestionadas por el limitador de tensión, un elemento mecánico pasivo. El nuevo sistema cuenta con once posibilidades diferentes. Volvo da un par de ejemplos de sus posibilidades: En caso de colisión grave, los ocupantes más corpulentos recibirían un ajuste de carga del cinturón más elevado con el fin de reducir el riesgo de lesiones en la cabeza. Sin embargo, un ocupante de menor envergadura en una colisión más leve recibiría un ajuste de carga del cinturón más bajo para reducir el riesgo de fractura de las costillas.
Volvo tiene previsto empezar a utilizar el cinturón multiadaptativo en el nuevo EX60.

Y tú que estás leyendo esto, ¿eres de los que se aprieta el cinturón cuando se coloca ?
¿Yo? Le pego un tirón hacia arriba a la línea diagonal cada 5 minutos o menos, y por si fuera poco también se lo hago a mis acompañantes del asiento delantero (y si voy de copi, me da igual…).
La gente cercana me protesta, sobretodo mi hija, pero entiende que es una buena costumbre. Y l@s desconocid@s me ponen cara de extraterrestre, ja, ja, ja, pero la mayoría lo acaban aceptando.
Si se me permite un añadido, un órgano bastante olvidado en este tema es la piel. Como mínimo para ir en coche, camiseta de manga corta y pantalón corto. 10 cm de fricción intensa normalmente son demasiados «a pelo».
El cinturón es obviamente muy importante, pero algunas marcas tienen implementaciones muy molestas con el aviso de cinturón desabrochado.
Por ejemplo mi actual coche (KIA EV6) te pita si no llevas el cinturón al arrancar aunque no estés en movimiento, lo encuentro innecesario muy molesto.
Por el contrario mi anterior coche (Megane) tenía una implementación muy racional y solo pitaba al pasar de unos 15km/h sin el cinturón puesto lo cual permitía hacer maniobras sin tener que abrochar y desabrochar.
El cancer de prostata no tendria que existir y menos para generaciones nacidas en el año 1970, para mi la edad del principio del fin es la pubertad.