El GLB es un modelo nuevo de Mercedes-Benz con carrocería de tipo SUV y un habitáculo de cinco o siete plazas. Sus dimensiones son parecidas a las del Mercedes-Benz GLC, que sólo puede tener cinco plazas. Las dos plazas de la tercera fila sirven básicamente para llevar niños, por espacio y por la agilidad que se requiere para acceder y salir de ellas. Está a la venta desde 42.675 €.
Mide 4,634 metros de longitud, 1,834 m de anchura y 1,658 m de altura (la versión de siete plazas es 4 mm más alta, 1,662 m). Por longitud compite en el mercado con muchos modelos como el Honda CR-V, el Land Rover Discovery Sport, el Mitsubishi Outlander o el Volkswagen Tiguan Allspace (listado de SUV que miden entre 4,53 y 4,73 m y tienen más de 140 CV). De todos ellos, sólo estos siete tienen siete plazas. De entre todos ellos, el GLB es el que cuesta más (listado de todoterrenos con siete plazas y motor Diesel de 140 a 160 CV).
También puede ser una alternativa a monovolúmenes de cinco o siete plazas (listado). El Mercedes-Benz Clase B es casi veinte centímetros más corto.
El GLC es 2,2 cm más largo, 5,6 centímetros más ancho y 1,4 cm más bajo (ficha comparativa). Es más ancho por fuera y también por dentro que el GLB, pero en las plazas traseras se dispone de menos espacio para las piernas, a pesar de que su batalla también es mayor. Esto se debe a que el GLC tiene el motor colocado longitudinalmente y eso obliga a retrasar el comienzo del habitáculo, mientras que el GLB va en posición transversal. El maletero del GLB también es algo más grande. La gama de motores es diferente y no se puede comparar el precio a igualdad de motor, pero para hacerse una idea entre un GLB 200 d 4MATIC (150 CV) y un GLC 200 d 4MATIC (163 CV) hay 7.475 € de diferencia.
En España, el GLB trae de serie cinco plazas, la tercera fila con dos asientos extra es opcional. En ambos casos, la segunda tiene la posibilidad de desplazarla 14 centímetros en sentido longitudinal para configurar a voluntad el espacio para las piernas de los pasajeros y el maletero. Mercedes-Benz dice que «La tercera fila de asientos está autorizada solamente para pasajeros con una estatura de hasta 1,68 metros, con el fin de asegurar la distancia hasta el techo necesaria en caso de accidente».
La instrumentación y el sistema multimedia se ven en sendas pantallas de 10,25 pulgadas. El sistema operativo es MBUX, el más avanzado a día de hoy de Mercedes-Benz. Una de las características más reseñables de este sistema es su capacidad para reconocer comandos vocales. En las impresiones del interior de Clase A contamos con mayor detalle el funcionamiento del MBUX.
La gama está compuesta por dos versiones Diesel —200 d de 150 CV y 220 d de 190 CV— y tres de gasolina —200 de 163 CV, 250 de 224 CV y AMG 35 de 306 CV. Todos los motores son de cuatro cilindros, están turboalimentados y unidos a una caja de cambios automática de doble embrague. De la versión AMG 35 de 306 CV informamos en este otro artículo.
He conducido las dos versiones menos potentes, el GLB 200 de 163 CV y el GLB 200 d de 150 CV. Si el mayor coste del combustible o la menor autonomía no supone un problema (la diferencia a favor del Diesel estará entre un 20 y un 30 por ciento, aproximadamente), recomiendo el de gasolina. Es un motor con mejor respuesta, pero sobre todo más suave y silencioso. Eso sí, el GLB 200 es el único que no tiene tracción total.
Como ocurre con casi todos los coches modernos, el GLB es un coche fácil de conducir y con un buen equilibrio entre dinamismo y confort. No le encuentro ninguna tacha reseñable más allá del tacto artificial de la dirección cuando se endurece al seleccionar el programa de conducción deportivo.
Las versiones con tracción total llevan el «paquete técnico Offroad». Este conjunto supone disponer de un programa de conducción adicional (modifica la respuesta de motor, del sistema de tracción total y del ABS), de un sistema de ayuda al descenso de pendientes (permite ajustar la velocidad de avance entre 2 y 28 km/h) y una función de alumbrado específica (las luces de curva están permanentemente encendidas, siempre que se circule por debajo de 50 km/h). Además, se puede ver en la pantalla el ángulo de la pendiente, el de inclinación lateral y los ajustes técnicos seleccionados.
En la presentación a los medios conduje el GLB en un circuito que Mercedes-Benz preparó para comprobar sus cualidades subiendo y bajando rampas, haciendo cruces de ejes y avanzando con pendientes laterales de hasta el 31 %. Obviamente el GLB superó todos los obstáculos dado que el circuito estaba diseñado para ello, pero seguramente casi ningún usuario se enfrentará a esas dificultades con su coche. La única diferencia que tenían los coches que usamos en ese circuito respecto a los que conduje por carretera fueron los neumáticos, que eran de invierno (y M+S). El suelo era de tierra seca y cantos rodados en un pequeño tramo.
El programador de velocidad activo es capaz de ajustar la velocidad no solo en función de la distancia con el vehículo precedente, sino también en el caso de aproximarse a una curva, un cruce o una rotonda utilizando para ello los datos del sistema de navegación. La gestión conjunta de los datos recogidos por la cámara y radar frontales permite detectar obstáculos a una distancia de hasta 500 metros. Este es uno de los muchos asistentes que puede tener el GLB, entre los que están el frenado de emergencia, el de mantenimiento en el carril, el de cambio de carril automático, el aviso de vehículos en el ángulo muerto y el de la presencia de un obstáculo acercándose cuando se ve a abrir una de las puertas (emite un pitido si se acerca algo a más de 2 km/h).
Otros elementos de equipamiento disponibles son los faros Multibeam LED, que se diferencian de los de serie (LED high Performance) porque son capaces de mantener alumbrada un área mayor al poder oscurecer únicamente las zonas donde hay otros vehículos; airbags de cortina en las tres filas de asientos; calefacción y/o ventilación y función masaje en los asientos delanteros; respaldo del asiento del copiloto abatible; techo panorámico de cristal;
El Mercedes-Benz GLB se fabrica en la ciudad de Aguascalientes (México), excepto aquellas unidades destinadas al mercado chino, que se producirán en Pekín.