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Esta segunda generación del Macan llegó con polémica por el hecho de llevar únicamente motores eléctricos. Es la tónica habitual, pero a mucha gente le causó rechazo porque uno de los aspectos en los que más destacaba el modelo anterior era, precisamente, la gama de motores, donde los había de cuatro y, mejor aún, de seis cilindros. Y todos ellos con un rendimiento fabuloso.

Pero los tiempos han cambiado y las marcas, incluida Porsche, tienen que adaptarse a las nuevas normativas y ofrecer este tipo de coches para reducir las emisiones contaminantes. Y efectivamente, el Macan 2024 solo se mueve mediante energía eléctrica, pero si conseguimos abstraernos de ese hecho, al volante nos encontraremos con coche tremendamente agradable de conducir. Ágil, preciso, con un tacto fabuloso de todos los mandos y, además, confortable y silencioso. Un coche objetivamente muy bueno y cuya conducción es perfectamente reconocible como «Porsche».

Va muy bien por carretera (en la prueba contamos muchas más cosas sobre ello), pero también se ha defendido perfectamente en el circuito a la hora de hacer las maniobras de esquiva y eslalon. La unidad probada, que era la «4» (387 CV; 408 con la función «Launch Control»), llevaba muchas opciones que, en mayor o menor medida, tienen un efecto en la dinámica de conducción: suspensión neumática, eje trasero direccional, dirección con asistencia variable y las llantas más grandes posibles (de nada menos que 22 pulgadas, con neumáticos de 255 mm de anchura delante y de 295 mm detrás).

Durante la jornada en el circuito todo transcurrió muy bien y obtuvimos buenos resultados. En la esquiva, únicamente un ligero subviraje que aparecía en algunas pasadas nos impidió hacerlo a una velocidad muy alta, pero las reacciones fueron muy neutras y seguras.

En el eslalon fue comparativamente mejor (aún). Con la función «Launch Control» activada y, por tanto, con los 408 CV disponibles, la salida desde parado fue fulgurante. Pero no menos sorprendente fue ver cómo se movía el coche entre los conos, más aún teniendo en cuenta que se trata de uno que pasa de las 2,4 toneladas. En el cambio de sentido, el eje trasero direccional aportó su granito de arena para agilizar la situación y junto con la buena puesta a punto de control de estabilidad, conseguimos un tiempo final muy bueno (teniendo en cuenta el peso y el tamaño del coche).

Unos resultados buenos, al fin y al cabo, en un modelo que es muy buen coche y muy buen eléctrico, pero al que quizá le falte la «chispa» del Macan original. Y ya sin más, os dejo con el vídeo al completo para que veáis cómo transcurrió la jornada: