Al principio, uno no tiene la sensación de ir montado en un Volkswagen «de toda la vida» porque tanto la decoración como el diseño son más atrevidos de lo habitual en esta marca. Si el volante tuviera otro logotipo, seguramente nadie pondría en duda que está en un coche de otra marca.
La sensación de amplitud está presente tanto si se está sentado en las plazas delanteras como en las traseras. Delante, porque el salpicadero ocupa poco espacio en su mitad inferior y deja la zona de las piernas muy despejada. El diseño de la consola que hay entre los asientos contribuye mucho, porque no sobresale por encima de las banquetas (imagen). En parte, esto se consigue porque no hay ni palanca de freno de mano ni del cambio en esa ubicación. El freno de estacionamiento es eléctrico y automático; el selector de movimiento es un mando colocado detrás del volante (imagen) que forma un conjunto con el cuadro de instrumentos. Apenas hay que separar la mano del volante para alcanzar dicho mando, lo que resulta cómodo. Para seleccionar las posiciones de avance (D/B) o retroceso (R) hay que girarlo hacia arriba o abajo. Y aunque tenga lógica ese movimiento, yo me he equivocado muchísimas veces al intentar seleccionar marcha atrás (le daba al revés); lo comento simplemente porque me parece curioso.
El conductor se puede colocar muy cerca del volante o muy alejado, con lo que tanto las personas de baja estatura como las altas se sentirán cómodas. La distancia al techo es generosa y suficiente para quienes están cerca de los dos metros de estatura. Los asientos de una unidad que hemos conducido (nivel de equipamiento 1st, imagen) no destacan por sujetar especialmente el cuerpo en las curvas ya que sus soportes laterales son poco prominentes, pero son unos asientos cómodos que recogen bien el cuerpo durante una conducción normal. En algunos modelos con motor Diesel y gasolina asociados a niveles de equipamiento deportivos, Volkswagen utiliza asientos que recogen mucho más; los del ID.4 GTX parecen iguales, al menos en las imágenes, a los del ID.4 que hemos probado.
La visibilidad desde el puesto de conducción es buena. Como en otros coches eléctricos, hacia delante apenas se ve el capó (ya que es relativamente corto y va muy inclinado). Los montantes del parabrisas no son más molestos que en otros coches similares y no dificultan la visión en carreteras con curvas muy cerradas ni en ciudad. Los espejos retrovisores son grandes y dejan ver bien lo que hay detrás y a los lados.
En las plazas posteriores del ID 4 hay mucho espacio para las piernas (la distancia entre ejes es larga) y el techo está a una distancia de la banqueta que permite que un pasajero de metro noventa y cinco vaya cómodamente sentado, con la espalda bien apoyada en el respaldo. Además, el piso es completamente diáfano lo que da una gran libertad para poner los pies. Falta espacio para que tres pasajeros viajen desahogados ya que la anchura entre puertas es más bien reducida para el tamaño del vehículo. En el apartado de Mediciones propias hay mediciones del interior del ID.4 comparadas con las de otros vehículos parecidos.
El aspecto del habitáculo es agradable por la sencillez de líneas y tiene buenos ajustes, aunque hay detalles mejorables y menos cuidados que en otros modelos de Volkswagen que cuestan igual o menos. Por ejemplo, los bolsillos de las puertas traseras no están tapizados, algo que sí ocurre en el Tiguan.
Hay tres diseños para el interior; cambia el color del salpicadero —negro o marrón—, el volante —negro o blanco— y el tipo de asiento —normal o deportivo—. Los asientos normales tienen un apoyabrazos abatible en el lado interior; los deportivos llevan el reposacabezas integrado. Como en la mayoría de coches modernos, las tapicerías de cuero no son de origen animal y hay un airbag entre las plazas delanteras que limita la posibilidad de que los ocupantes choquen entre sí.
En el salpicadero hay dos pantallas, una tras el volante y otra en el centro (imagen). Desde esta última es donde se controlan muchas de las funciones del coche. Puede ser de 10 o de 12 pulgadas (la de la galería es la de 12"). El sistema multimedia va complementado por un asistente de voz que admite órdenes con un lenguaje natural y que, en el caso del ID.4, se activa con la orden «Hola ID». Su funcionamiento no es tan bueno como, por ejemplo, el del sistema de Mercedes-Benz y en ocasiones responde cosas que guardan relación con lo que se le ha solicitado.
Volkswagen ha empleado superficies táctiles para la mayoría de mandos (imagen e imagen). Se reconocen peor al tacto que unos botones tradicionales y eso hace que, en ocasiones, el conductor tenga que dedicar más atención para accionar el que desea. Estos mandos ya se pueden encontrar en otros modelos de Volkswagen con motor de combustión, como en el Tiguan. En la prueba del ID.3 damos más detalles de cómo son los mandos del volante y las pantallas, ya que son componentes comunes con el ID.4.
La pantalla central funciona con más fluidez que la del ID.3 y en ningún momento se ha quedado bloqueada o sin responder, si bien cuando se activa tarda un rato hasta que todos los menús están operativos. Ese tiempo de respuesta es variable, no siempre es el mismo.
El maletero es grande, de 543 litros de capacidad. Nosotros hemos visto dos tipos de configuraciones. Una en la que había un doble fondo en la zona más próxima al borde de carga (en el que cabe el cable de recarga), pero en otras el piso se puede poner a dos alturas; al ponerlo en la posición superior se crea un doble fondo bajo toda la superficie piso (imagen); el pequeño hueco también existe con esta otra configuración (imagen). El maletero del Ford Mustang Mach-E es de 402 litros, muchos menos, y el del Škoda Enyaq iV, de 585 l. Con los respaldos traseros plegados, el volumen crece hasta los 1575 litros. El ID.4 puede llevar enganche para remolque y tiene una capacidad de arrastre de 1000 kg.
En el maletero hay ganchos para colgar objetos y argollas para fijar la carga. No hay receptáculos separados en sus laterales para transportar objetos menudos (imagen e imagen) ni tiradores en sus laterales para abatir los respaldos de las plazas posteriores (algo que, por ejemplo, sí tiene un Tiguan).
Me parece loable la forma en la que Volkswagen ha resuelto la consola de los asientos delanteros. Hay muchos espacios para dejar cosas, todos quedan a mano y algunos se pueden ocultar por una trampilla (imagen); hasta la zona de recarga inalámbrica (imagen) me parece que está dispuesta de manera idónea (el móvil queda oculto pero muy a mano, y la superficie está inclinada hacia abajo por la zona delantera, con lo que el móvil no se desplaza y la carga no se interrumpe). Una solución de este tipo es preferible a los diseños tipo puente, en los que en la zona superior hay poco espacio y se da protagonismo a la inferior, un lugar al que hay que acceder por los laterales (es incómodo, no se ve bien lo que hay ahí y suele salirse de su sitio en las curvas). La del ID.4 también está hueca por debajo (imagen), pero no está pensada para colocar nada.
La iluminación interior es mediante ledes. Los del techo alumbran bien el interior, así no resulta difícil encontrar cosas en lugares oscuros. La iluminación ambiental (salpicadero, puertas, etc.) es configurable el color e intensidad.