Un domingo cualquiera. Después de comer en Madrid tengo que ir a Lugo. No sé a qué hora terminaré la comida, porque será larga y quiero llegar a Lugo a dormir. ¿Qué coche me llevo, el Volkswagen Passat de más de 20 años con el motor TDI V6 que utilizamos para ver cómo funcionan los neumáticos de todo tiempo o el Tesla Model 3, mucho más nuevo y moderno, que hemos utilizado en la prueba de larga duración?

Mi plan, antes de saber que iba a tener una comida antes de salir, era ir con el Tesla y aprovechar para cargar en el Supercargador de Benavente, en el que se puede cargar a 250 kW y que no he probado con esa potencia. Pero desde que sé que tengo una comida en Madrid que se puede alargar, me planteo si me compensa ir con el Tesla. Primero porque cuando vaya al Supercargador de Benavente quiero llegar de día, para poder hacer fotos y grabar vídeo. Y en este viaje de ida y vuelta a Lugo va a ser imposible pasar de día por Benavente ni a la ida ni a la vuelta. Y, segundo, porque con las paradas para cargar, el viaje, tanto a la ida como a la vuelta, se va a prolongar una hora y una hora es un 20 por ciento más de tiempo. Para un viaje relámpago de pasar sólo una noche en Lugo es mucho tiempo.

Para los viajes relámpago, mejor un diésel

El Passat, como el Tesla, es una máquina de devorar kilómetros, con la diferencia de que con el Passat llegas mucho antes, porque puedes ir un poco más rápido continuamente, sin preocuparte lo más mínimo por el consumo, porque consume muy poco, y porque con una sola parada haces ida y vuelta. Hoy, de hecho, he regresado con una única parada, en un semáforo al entrar en Madrid. Bajo la lluvia, con los neumáticos de todo tiempo, como una seda.

En definitiva, que tengo en el garaje un coche nuevo que cuesta entre 20 y 30 veces más que el otro coche, que es un coche viejo, casi para el desguace, y para un viaje relámpago me voy con el viejo porque me va a dar mejor servicio. Es verdad que no he tenido AutoPilot en ningún momento, pero a cambio el limpiaparabrisas automático del Passat funciona a la perfección. Limpia tan bien que en un instante en el que no había ni un solo coche ni por delante ni por detrás ni a los lados he corrido un poco más para ver si seguían limpiando igual de bien. Y no. A una velocidad determinada, alta, las escobillas dejan de presionar sobre el cristal y el barrido no se produce en toda la longitud de la escobilla, por lo que quedan bolsas de agua ante la vista del conductor. Ante la constatación, he reducido rápidamente la velocidad y las escobillas han vuelto a barrer perfectamente. Nunca he hecho esa prueba con el Tesla. Si tengo oportunidad, la haré. Aunque a esa velocidad el consumo se dispara. En un diésel es irrelevante, porque son muy pocos kilómetros. En un eléctrico, en función de los cálculos que hayas hecho para las paradas, quizá no tanto.