Amigas y amigos,

Ya hemos llegado a otro domingo. Mañana lunes, que es lo mismo que un domingo si eres autónomo, porque para los autónomos todos los días son lunes.

Hoy ni pienso hablar del tiempo. Ni tampoco del ataque de Irán a Israel. Primero porque no sé lo suficiente de geopolítica y segundo porque mi opinión es completamente irrelevante.

Dicho esto, hoy vengo a hablar de una película que ha llegado hace nada a Netflix y que es noticia porque la protagoniza Aitana.

Para los que no estén al día, Aitana es una cantante muy famosa que ahora ha decidido que quiere ser actriz y a la que Netflix ha servido el debut en bandeja de plata con Pared con pared.

La película explica la historia de una pianista en paro (que por algún motivo alquila un piso en Madrid cuyo alquiler debe ser 3000 euros mínimo, algo que pasa constantemente en muchas series y que es algo incomprensible) que descubre que la pared de su piso es muy fina y puede escuchar todo lo que hace su vecino, que es un inventor. Así que los dos deciden turnarse para poder hacer ruido y del roce surge el cariño y blablablá.

El guion ya de por si es ridículo: hay mil maneras de insonorizar una maldita pared sin que tenga que aprobarlo nadie. Ya de entrada no me creo esa mierda. Pero bueno, digamos que me lo creo y sigo viendo la película porque es mi trabajo y no tengo más remedio: lo que viene después es incluso peor.

Aitana es una mala actriz. Le pone voluntad y el papel es extremadamente sencilla. Sigue ese parámetro clásico de la comedia ligera: chica ingenua conoce chico introvertido. Siempre funciona si tienes un par de buenos actores y algo de química. Lo que pasa cuando no tienes ni buenos actores, ni química, ni nada de nada, es que te metes una hostia del carajo.

Pared con pared es un infierno audiovisual. Nada le funciona. El guion es sonrojante, la dirección inofensiva y el reparto parece salido de las filas de un teatrillo amateur que ha montado un instituto de barrio (con todo el respeto para esos grupos amateurs, que quede claro). Y lo que es peor, tratan de hacer Amelie.

No sé si recuerdan Amelie: aquella película de una chica ingenua que está rodeada de gente más rara que ella y que fue un triunfazo monumental. No sé qué tal ha encajado el paso del tiempo, pero en su momento la disfruté mucho.

Pero para hacer Amelie tienes que tener una actriz de primera clase (en aquel caso era la deliciosa Audrey Tautou) y un director con la imaginación suficiente para que todo parezca nuevo. Aquí lo único que es nuevo es que Aitana demuestra que seguro que canta muy bien, pero debería dejar la interpretación para todas esas personas que se han dejado los cuernos estudiando arte dramático y formándose como actores/actrices para poder ejercer ese trabajo.

Ojo, que no le echo de la culpa de nada a la propia Aitana: si a mí me dieran una oportunidad así trataría de aprovecharla. Lamentablemente (igual hace una segunda película y se sale y tengo que rectificar), creo que debería seguir en el campo de la música y quedarse allí.

Como contrapeso, les aconsejo que sigan viendo Sugar en Apple Tv, la plataforma que no tiene nadie. Si llegan al capítulo seis es posible que les explote la cabeza. No sé si ya conté esto, pero esta serie de Colin Farrell contiene el plot twist más loco que he visto en una serie en mi vida. Y solo por ese motivo vale la pena verla.

Hala, buen domingo. Sean buenos.

Abrazos,

TGR