En un reciente viaje a Alicante descubrí cómo se almacenaba y mantenía el hielo antes de la existencia de máquinas frigoríficas. Leyendo sobre este asunto, he aprendido que en Mesopotamia ya almacenaban nieve para producir hielo 1.800 años antes de Cristo. Desconozco qué usos daban a este hielo ni cuán extendido estaba por el mundo este conocimiento. Sí sé que en la Península Ibérica las primeras casas de hielo sobre las que tenemos información documentada datan del siglo XVI, aunque he leído que posiblemente los romanos construyeran casas de hielo durante su presencia en nuestra tierra. No soy un experto en este asunto (creo que en ninguno) que acabo de conocer. Pero me encantaríatener información de miles de detalles.

Como me ocurre habitualmente, lo que más me inquieta del hielo en el siglo XVI es cómo se transportaba. Para hacer el reportaje sobre Alicante que enlazo al inicio de este artículo, me acerqué al Clot dels Teixos, cuya capacidad era de 30.000 arrobas según la página del ayuntamiento de Benifato, unidad que se utilizaba para peso, aunque también para volumen en función de la densidad. Digamos (espero no equivocarme) que podían ser unos 300 metros cúbicos de hielo prensado cuando estaba lleno, que redondeando de nuevo a lo bruto y sin tener ni idea de la densidad del hielo prensado hablamos de unas 250 toneladas de peso.

Bloque de hielo. Transporte
Bloque de hielo. Intuyo que de forma similar a los que se transportaban en el siglo XVI desde los pozos de nieve.
(Imagen de Couleur, de Pixbay)

Condiciones de trabajo penosas

Ni en el siglo XVI ni en el siglo XVII ni en el siglo XVIII habría maquinaria motorizada para sacar la nieve de la montaña y meterla en el pozo de nieve. ¿Cómo lo harían? Imagino las condiciones penosas de los trabajadores. Supongo que irían bien protegidos con pieles de animales, pero aun así el frío debía de ser glacial. Y entiendo que no llevarían protección en los ojos, porque en la información que ofrecen frente al pozo hablan de «congelación y ceguera».

Entiendo que los animales, porque supongo que el movimiento de la nieve desde las laderas de la montaña hasta el pozo se haría con ayuda de animales, también sufrirían y también llegarían a la ceguera si no les tapaban los ojos.

Me produce gran pena no tener información de los detalles. Supongo que nadie entre los que trabajaban en estos asuntos sabía escribir y que la información oral que pasa de padres a hijos se pierde en algún momento. Lo mismo ocurre con el correo real que anunciaba la muerte de Miguel de la Paz a Felipe el Hermoso. Qué pena me da desconocer los detalles.

Es muy probable que los trabajos en la montaña, de recolección y prensado de la nieve durante el invierno, se realizaran de día, pero es de suponer que el transporte de hielo en verano, desde El Clot dels Teixos hasta Alicante se hiciera de noche, para preservar el hielo del calor más fuerte y que se fundiera la menor cantidad posible durante el viaje.

Animales de transporte

Entiendo que en aquella época, una buena parte del camino desde el Clot del Teixos hasta Alicante el recorrido se haría en burro o en mula. Los 60 kilómetros de distancia se recorrerían en unas 10 horas calculo yo. Lo lógico, habida cuenta de que en Benifato había varios pozos y que entre todos sumaban una 500 toneladas de hielo, es que cada día del verano se llevara aproximadamente una tonelada de hielo desde Benifato hasta Alicante (Cálculo, que espero aproximadamente correcto, realizado sumando las capacidades máximas de los pozos.

A medida que avanzara el verano disminuiría la masa de hielo a una velocidad que no soy capaz de estimar). Tiene sentido que se llevara todo el hielo junto y que se almacenara junto, por lo que imagino que las mulas o los animales que transportaran el hielo viajaran juntos por la noche con el hielo envuelto en pieles enfriadas en el mismo pozo para que las pérdidas por fusión fueran mínimas.

Claro que una tonelada de hielo al día, incluso aunque fuera media, parece mucho hielo para el Alicante del siglo XVIII, en el que entiendo que sólo una mínima proporción de adinerados tenían acceso al hielo. Es muy posible que todas mis cábalas y cálculos estén mal.

Carretera nevada transitable
En la actualidad tenemos carreteras nevadas transitables. Hace 300 años, entiendo que era imposible utilizar carros para transportar el hielo.
(Imagen de Konevi, de Pixbay)

De todas formas, las cantidades son lo de menos. Pongamos que llevaran 100 kilogramos de hielo al día. ¿Se desplazarían por la noche? ¿Cómo iluminarían el camino? ¿Les compensaría ir de noche con temperatura inferior pero con un ritmo mucho más lento por la falta de luz? ¿Quizá fuera más eficiente desplazarse de día, desde primeras horas de la mañana, con luz? ¿Es posible que fueran caballos los transportadores para poder ir mucho más rápido que los mulos?

Un iceberg en Sevilla, para la Expo

Y además del transporte, la logísitica. ¿Se conocerá el lugar en el que se almacenaba el hielo en Alicante para que no se fundiera? ¿Lo transportarían cada día durante el verano? ¿Cómo cortarían los bloques de hielo en el pozo de hielo?

Una última pregunta. ¿Llegaría Carlos V, el emperador del siglo XVI, a probar las bebidas enfriadas con hielo y los helados de frutas en verano? ¿o los pozos de hielo llegaron tarde para él?

Los detalles de la historia del transporte son apasionantes. Si fuéramos capaces de reconstruirlos, lo disfrutaríamos mucho. No soy historiador y tengo una memoria malísima para fechas y nombres. Sin embargo, las historias del transporte creo que no se me olvidarían. ¿Habrá alguna posibilidad de rescatar esos detalles?

Durante la época de abundancia energética de los últimos 100 años, la producción de hielo localmente en cualquier lugar del mundo ha borrado de un plumazo de la memoria colectiva una actividad ancestral. Me pregunto, entre otras decenas de cosas, cómo harían para limpiar ese hielo que luego utilizaban para elaborar helados y refrescar bebidas.

Esa abundancia energética permitió hace sólo 30 años traer a España, para la Expo se Sevilla, un bloque de hielo antártico de 200 toneladas de peso (troceado y ensamblado en destino). Son otros tiempos. Ningún ser humano ni ningún animal debió de utilizar la fuerza de sus músculos para este último transporte.