Queridas y queridos,

Qué tal?

Espero que disfruten del puente y que los que no lo tengan, no vayan a pringar demasiado.

Solo tengo eso: buenos deseos. Ya sé que no les consuela, pero un servidor estará trabajando. Así es la vida.

Hoy vengo a hablarles de una serie que me ha dejado patidifuso. Al menos al principio.

La semana que viene (o la otra) les hablaré de la última maravilla que se ha sacado Paolo Sorrentino de la manga. Teniendo en cuenta que a mí Sorrentino me gusta a medias, deberían creerme (háganlo) cuando les digo que esta es la mejor película de la carrera del director italiano, además de una firme candidata al Oscar.

Hoy toca Yellowjackets.

Se me había pasado esta serie, así que cuando ayer un amigo me dijo con aires misteriosos, que no debía perdérmela, logró generarme cierta intriga. Al final, presumo de estar al día con todo, aunque mienta como un bellaco.

Total, que el muy miserable no me dijo nada y yo la empecé totalmente virgen.

Si no quieren saber nada de la serie, y aun sabiendo que esto va en contra del propósito original de este bonito post: dejen de leer de inmediato.

Si les da igual saber un poquito del tema (tranquilas/os, no voy a hacer ningún tipo de spoiler), pues sigan.

Última oportunidad. Si no quieren saber nada, váyanse ahora mismo.

Ahí va:

Yellowjackets arranca con una serie de mujeres adultas en distintas vidas y circunstancias. Pronto entenderemos que lo que tienen en común es que todas ellas estuvieron involucradas en un terrible accidente de avión que las dejó aisladas en una cadena montañosa lejos de todas partes, en Canadá.

No sabemos nada más, excepto que cada una de ellas arrastra -a su manera- una terrible penitencia. Eso y algunos flashes que nos retrotraen al momento del incidente, pero sin demasiados detalles.

Pronto comprenderemos que lo que sucedió en las montañas fue puro horror.

De hecho, pronto entenderemos muchas cosas más, pero -como ya he dicho- no voy a hacer spoilers.

Solo he visto tres episodios, así que aún no tengo todo el rompecabezas completo, pero por lo que he visto, la serie mezcla con tremenda soltura El señor de las moscas, Viven y Perdidos (el de las tres primeras temporadas, no la porquería que llegó después) y que es capaz de pisar cada uno de esos territorios con muchísima habilidad.

Yellowjackets explota perfectamente la dicotomía adolescencia/vida adulta y juega a qué adivines cómo se van a repartir los roles cuando las cosas empiecen a joderse de verdad. La verdad es que al principio no te lo pone fácil, pero adivinar quién va a ser quién forma parte del juego que propone la serie y que va volviéndose cada vez más enfermizo. Porque (vamos a dejarlo claro) este show no es una comedieta para pasar el rato: es una serie que pretende que el espectador llene los huecos hasta que llegue el momento de la verdad.

Y el gran qué de Yellowjackets es su reparto: Melanie Lynskey, Christina Ricci y Juliette Lewis reparten tal cantidad de mamporros (algunos literales) que uno sucumbe inmediatamente a su encanto y aplaude que alguien haya decidido apostar por ellas. Mala hostia a raudales y por doquier, que con tanta serie hiperdramática y sitcom de serie Z, se me había olvidado lo que me gustaban estas cosas. Aleluya, amigos y amigas.

La pueden ver en Movistar + y no podría aconsejarla más. Promete llevarnos a todos/as por un camino empedrado en los próximos meses y yo digo sí.

Abrazos grandes y cuídense mucho. Mucho.

T.G.