Luca de Meo, consejero delegado de Renault Group, es decir máximo jefe operativo del Grupo Renault, ha escrito un diccionario sobre el automóvil y lo ha presentado esta semana en Barcelona. Estuve en la presentación y se lo dije a él en el turno de preguntas: «No he leído el libro todavía, pero bastaría que aparecieran una décima parte de las cosas que ha dicho en esta presentación para que valiera mucho la pena leerlo». El libro se denomina «Diccionario sentimental del automóvil», está edtado por Deusto, traducido por Nuria Viver e ilustrado por Alain Bouldouyre.
Como diccionario que es, el libro escrito por Luca de Meo recoge palabras y nombres propios, ordenados según su denominación en español, y en cada una de ellas expresa él o un colaborador relevante la idea que le evoca ese vocablo. Hay entradas tan diversas como «multas», «hidrógeno», «Tintín», «Ferrari» o «concesionarios». (No he podido reprimirme y he leído la entrada de Tintín la primera de todas. Sabía que estaba porque la anuncian en la segunda línea de la contraportada.)

Desconozco el precio del libro. Tantas veces pregunto por el precio de los coches y sin embargo por el precio del libro no se me ha ocurrido preguntar. Lo que sí sé y me parece relevante es que los derechos de autor generados en España por la venta del libro se destinarán a la Asociación Candelita, «constituida por mujeres en 1993 para contribuir a la reducción de las desigualdades derivadas principalmente de los ingresos, el género, la edad, el origen étnico, la discapacidad… »
Luca de Meo asegura que es un apasionado del automóvil y me lo creo. No es condición ni necesaria ni suficiente para ser un buen ejecutivo de la industria. Hay ejemplos en todos los sentidos. En este caso, sin embargo, parece que confluyen lo suficiente y lo necesario. Existen tantas formas de ser apasionado del automóvil que a mí me parece difícil no ser apasionado del automóvil. Pero aunque Luca de Meo no lo fuera, tengo la impresión de que el libro va a resultar muy interesante para la mayoría de apasionados.
Curiosidad sin límite
Se puede sentir pasión por el automóvil como producto, creo que principalmente por su capacidad para llevarnos de un lado al otro. Pero no sólo por eso. Lo maravilloso de un coche es que nos puede llevar de un lado al otro de mil maneras diferentes: con elegancia, con riesgo, con deportividad —ajustado a las normas de corrección y respeto propias del deporte—, con competición, con sacrificio, con comodidad y hasta con esfuerzo y averías. En último término, el coche es un juguete, que se puede utilizar de mil formas diferentes. Incluso conduciéndolo para gastar poco, o con suavidad extrema.

Y, además del producto, existe una apasionante industria del automóvil, que dedica miles de millones en investigación de nuevas tecnologías, de nuevo marketing, de nuevos procesos de venta, de nuevos procesos de fabricación. Para cualquier persona curiosa, el automóvil y su industria son una campo de emociones continuas, porque da la posibilidad de aprender a cada minuto. Aprender implica riesgos, equivocaciones. dificultades y éxitos. En definitiva, un entorno para desarrollar la curiosidad sin límite.
«Yo estaba ahí»
De todo esto habló Luca de Meo durante la presentación del libro. De Meo tiene su visión del automóvil y de la industria. No tengo duda de que tiene un criterio muy claro. Confieso que cuando se fue a Renault pensé que se había equivocado. No porque él no fuera capaz de darle la vuelta a la marca francesa, sino porque temía que en la marca francesa no estuvieran dispuestas a asumir los riesgos que a buen seguro Luca de Meo los abocaría. No ha sido así. En solo cuatro años le ha dado la vuelta a la gama de Renault y a la cuenta de resultados. No nos contó los detalles de cómo lo ha hecho, pero lo ha hecho. Intuyo que en el libro tampoco lo dice.
En cuanto lo lea, haré una crónica. De momento, solo lanzo este texto entusiasta de una presentación que me hizo sentir aprecio por el personaje y por su capacidad para estar, para tomar decisiones y para contar.
De Meo arrancó diciendo que él presenta una visión auténtica del automóvil porque «en muchas de las cosas que cuento, yo estaba ahí». Eso es una ventaja competitiva absoluta. El resto de los cronistas nunca estamos allí. Contamos lo que nos cuentan quienes estaban allí. No es lo mismo. No es lo mismo contar lo que otros quieren que cuentes que contar lo que a ti te da la gana. Solo por eso, ya me despierta interés.
«Tendremos una relación animal con el coche»
También dice de Meo que «no es mi libro, sino el libro de la tribu del automóvil». Me imagino que muchos nos consideramos «tribu del automóvil», pero es cierto que una tribu selecta, que incluye a mandamases, grandes pilotos y personajes especiales relaciconados con el automóvil puede ser «su tribu del automóvil».
Cuando me tocó preguntar, le dije que con todo lo que había dicho tenía muchas preguntas. Era cierto. Me hubiera gustado preguntar cuestiones sobre Fórmula 1, sobre China, sobre cooperaciones entre empresas y países, sobre aranceles, sobre Tesla, de la que dijo que producía coches sin alma, sobre tecnologías futuras, sobre las fábricas españolas y sus oportunidades, sobre coches concretos en cuya creación ha participado (más de 150, dijo), sobre Alpine, aparte de la f1, y sobre el coche que describió para el futuro que según dijo te habla, te entiende y aprende de ti cada día. «Tendremos una relación animal con el coche» afirmó convencido, como si supiera exactamente qué significa eso.

Me gustan los perros. Y este me miraba tan tiernamente que creo que de hecho me pedía que le hiciera una foto para sacarlo en el reportaje. Di que sí, perro bonito. Te mereces salir en el reportaje como el que más. [Nadie me ha mirado así en los últimos 30 años (o más)]
No sé cómo te llamas, pero claro, como solo me dejaron hacer una pregunta salí de la presentación del libro con poca información 🙂 ¿Serás Milou?
«No creo en el coche autónomo»
Le hubiera querido preguntar sobre tantas cosas. No me dio permiso. «Solo una pregunta». Tuve que elegir y decidí preguntarle por la cosa más concreta que había dicho: «No creo en el coche autónomo». Cuando lo dijo, di un respingo. ¿Qué significa que Luca de Meo diga que no cree en el coche autónomo? ¿Que a él no le gustaría tener un coche que le llevara, que cree que la tecnología no va a ser viable, que no va a ser económicamente viable, que a los compradores no les va a gustar, que no va a tener éxito comercial, que Renault mientras él sea el máximo responsable no comercializará coches autónomos, que Renault no va a invertir ni un euro en coches autónomos…?
Como no podía hacer una pregunta tan larga, porque no la tenía ni elaborada en mi cabeza con tanto detalle, se la hice corta: «¿Qué significa «no creo en el coche autónomo»?»
«El coche autónomo no va a ser una gran experiencia. Cuando viajamos en un avión, cuando hay turbulencias, lo primero que hacemos es mirar a la azafata para ver su cara, Para ver si tiene miedo o no. Dejamos de leer, dejamos de estar tranquilos. El coche autónomo no va a ser una gran experiencia. En otros continenetes es diferente. En China, por ejemplo, muchas personas que pueden acceder a coches caros, quieren que les lleve un chófer. En Estados Unidos, con esas autopistas de 5 carriles, largas y rectas y a baja velocidad, conducir puede no tener sentido y puede haber mucha gente que prefiera ver películas. Pero en Europa, la gente quiere controlar la máquina.»
«En el mundo mueren 1,2 millones de personas cada año por accidentes de coches, pero de todas esas personas, en Europa sólo mueren 20.000. Hemos llegado casi al límite. La aportación del coche autónomo a la seguridad en Europa no será grande. Lo más importante será trabajar en anticipar el error humano, pero eso no es lo mismo que un coche autónomo. El coste en tecnología para llegar al coche autónomo será de 20.000 € por cada coche puesto en la carretera. Es un coste que no tiene sentido. Si no quieres conducir, cógete un taxi.»
Intentaré dedicatoria a los lectores de km77
Su respuesta no apuró mis desvelos. No sé si cree que el coche autónomo no triunfará en ningun sitio, si no triunfará en Europa, si Renault no piensa invertir en este campo o si se trata sólo de un gusto personal. Me gustaría preguntarle más, pero antes leeré el libro para ver si despejo alguna incógnita. Me lo dedicó «con cariño». Estuve lento. Tenía que haberle pedido que lo dedicara a los lectores de km77. Mis disculpas. Compraré un ejemplar, cueste lo que cueste, también para que la Asociación Candelita reciba más dinero y le pediré a mi colega escribidor que la dedique a los lectores de km77.

Es un privilegio leer cada uno de los artículos que escribes. Informan como nadie más sabe hacerlo, apreciado Javier. Y km77 es mi magazine del motor favorito desde hace mucho tiempo en una galaxia lejana… Un abrazo y un millón de gracias.
Buena pregunta, lo de la conducción autónoma. Pero creo que en la respuesta Luca arrima la sardina a su ascua. Renault no tiene nada de conducción autónoma y no parece que tenga nada por venir a corto plazo.
Yo pienso que va a ser un cambio brutal en la sociedad si la conducción autónoma llega y funciona y todo el mundo lo va a querer, puede que no todo el tiempo pero a quien le apetece conducir en un atasco? No poder beber cuando sales porque tienes que conducir? Echarte una siesta y despertarte en tu destino?
El primero que la consiga estará en una posición dominante en el mercado y el resto tendrá que copiar o comprar licencia. Al menos es mi opinión.
De poco sirve «creer o no creer» en el «coche autónomo», o en las ADAS, o en el ESP, o en el ABS… si las autoridades públicas, en colaboración con los fabricantes, no publican información estadística precisa, a lo largo y ancho del mundo, del número de vehículos accidentados (por marca, modelo, motorización, equipamiento de seguridad…) respecto al total de vehículos vendidos del mismo modelo (y de la misma generación), y del perfil de los conductores involucrados en esos accidentes (edad, género, estado de salud, nivel de estudios… de los conductores involucrados), y del tipo de accidente (salida de vía, colisión frontal o lateral, alcance, atropello…)
Yo creo que la «conducción autónoma», así como todas las ADAS, o incluso el ESP y el ABS, deberían ser algo opcional en los vehículos nuevos, para que sus precios no resulten prohibitivos para las clases sociales menos acomodadas del mundo… pero sin información estadística precisa de la bondad de estos dispositivos de seguridad, las decisiones de compra difícilmente pueden ser mínimamente racionales
Me han dado ganas de leer el libro, de conocer al primo de Milou y de buscar la bolsa que llevan los asistentes en las fotos. Tuvo que ser bien interesante.
Gracias, Roberto.
Me gustaría que fuera cierto lo que dices y me hace ilusión que lo percibas así.
No sólo me hace ilusión. Me da ánimos para seguir escribiendo. Muchas gracias.
TM
Yo no creo que arrime la sardina a su ascua. Tengo dudas sobre su respuesta. No sé si dice lo que piensa de verdad (creo que sí) o si dice lo que cree que los aficionados al automóvil quieren oír (no son incompatibles).
A mi juicio, Luca de Meo cree (probablemente con razón) que una de sus aportaciones mágicas es «sacar coches» que transmitan emoción. Que esa es una buena parte del valor añadido que él aporta. Por eso mismo mantiene el equipo de fórmula !, entre otros motivos (también por la audiencia entre gente joven). También a mi juicio, en este apartado se equivoca. pero esta es otra cuestión. No creo que la F1 aporte nada ni a Renault ni a Alpine, ni siquiera si ganaran. Pero él sabe mucho más que yo 🙂
Estoy de acuerdo en que la conducción autónoma asequible (el precio de 20.000 € por coche que mencionó probablemente sea una cifra irreal cuando la tecnología sea adoptada por cientos de millones de coches) es una revolución sin parangón en la historia del automóvil. Es equiparable o más a la producción en masa que diseñó Henry ford y que cambió el mundo del automóvil. Un transporte autónomo individual es un cambio de paradigma infinito. Y seguro que Luca de Meo es consciente de eso. Es posible que le llegue tarde, pero esa también es otra cuestión.
A mi esa frase me recuerda a las frases míticas de pifias que se ponen siempre en boca de gente excepcional, que consiguieron grandes éxitos y fallaron estrepitosamente en algunas predicciones. No sé si Lucha de Meo tendrá tanta relevancia dentro de 100 años. Pero me imagino su frase puesta en presentaciones como ahora nos ponen frases de Einstein o de otros grandes genios. (no los equiparo)
Vicente. Me quedo con su primera frase.
♣De poco sirve «creer o no creer» en el «coche autónomo»♣
así es. Esa frase en sí no dice nada. Por eso le pedí más explicaciones.
Gracias por comentar.
Guillermo, toda la razón. Fue bien interesante.
La bolsa nos la regalaron a todos los asisntentes a la presentación, junto con el libro y una libreta y bolígrafo para tomar notas.
Me encanta que te hayas fijado, porque encuadré la foto con toda la intención para que se viera la bolsa y al primo de Milou. 🙂
Artículo muy interesante, gracias Javier y por favor continuad con esta nueva vida que le estáis dando a Revista km77.
Respecto del tema en cuestión, estoy bastante de acuerdo con TM, la conducción autónoma acabará llegando, no será fácil ni rápido (y por supuesto al principio nada de barato), pero quien llegue primero marcará un hito.
Creo que al final los que disfrutamos conduciendo somos 4 apasionados (esa palabra dentro de unos años será frikis) y que la inmensa mayoría abrazará esa (no) conducción, siempre que sea accesible claro.