Esta semana estoy probado un KIA cee’d con el sistema de parada y arranque del motor cuando el coche está detenido. Y me he dado cuenta de que me pasa algo curioso, o eso creo.

Cuando llego a un semáforo, pongo punto muerto y levanto el pie del embrague; el motor se detiene. Estoy parado en el cruce, sin escuchar ruido del motor ni sentir sus vibraciones, igual que ocurre en un Prius. Pero en este coche soy consciente de que está parado; en cambio, en el Prius no pienso eso, me parece su estado normal de funcionamiento.

Supongo que esto ocurre porque el cerebro sabe que para reiniciar la marcha hay que esperar a que el motor vuelva a hacer ruido mientras que el Prius inicia la marcha con el mismo silencio con el que está parado en el semáforo. Parece una tontería, y tal vez lo sea, pero me ha llamado la atención y por eso os lo cuento.

A pesar de ello, me parece un imprescindible implementar este sistema en los motores de explosión, en todos sin excepción. Es absurdo que esté en funcionamiento algo que consume combustible cuando no lo emplea para transformarlo en trabajo. Aunque en el cee’d no estoy obteniendo un consumo especialmente bajo en ciudad.

Al que no le guste el Prius, se la dejo en bandeja: al menos el KIA sí frena 😉

Alfonso Herrero