Una vez más, la fértil inventiva de los responsables del Marketing se ha disparado especialmente en estos tiempos de crisis y aflicción; y puesto que, como decía un cínico, “lo importante es que hablen de uno, aunque sea bien”, se han lanzado a buscar excusas y justificaciones para inundar las redacciones de los medios con comunicados de prensa más o menos traídos por los pelos. Una de las justificaciones para buscar que se hable de la marca es la de los aniversarios de modelos más o menos míticos, lanzamiento de “remakes” o réplicas de los mismos, y conmemoración de éxitos deportivos. Todo ello está muy bien; sobre todo, porque los medios tenemos la libertad de filtrar lo que nos parece interesante y lo que no, para no aburrir a nuestros lectores con noticias intranscendentes. Pero como un blog es un auténtico cajón de sastre, esta moda me da pie para elaborar una entrada.

Lo primero que habría que hacer es distinguir con más precisión entre aniversarios, conmemoraciones y efemérides; aquí hay un cierto lío de tipo semántico, pero al margen de la exacta definición de cada concepto, a lo que yo apunto es a que aniversario es conmemorar el cumplimiento de una cierta cantidad de tiempo (por lo general años, y en números muy señalados) de algo o alguien que sigue vivo. Otra cosa es conmemoración, que también responde a un cómputo de años, pero de algo que ocurrió puntualmente en el pasado; se trata de un recuerdo, pero no de algo todavía vivo, aunque su influencia puede perdurar. Y puestos a afinar, creo (pero no apostaría demasiado) que efemérides podría ser el recuerdo de algo importante, pero sin necesidad de que haya un lapso de tiempo en cifras redondas. Es decir que, más o menos, aniversario es el cumpleaños de una persona viva, o de una boda; conmemoración, los 200 años de las Cortes de Cádiz, y efemérides, que hace 60 años, nueve meses y dos semanas que Zarra le metió el famoso gol a Inglaterra en el estadio de Maracaná, en Rio de Janeiro. No sé hasta qué punto las definiciones son correctas, pero creo haber dejado claras las diferencias entere los tres conceptos, les llamemos de una u otra forma.

Pues bien, mezclando las tres formas de conmemorar algo, y sobre todo las dos primeras, estamos sufriendo una auténtica hipertrofia de falsos o verdaderos aniversarios automovilísticos. Sin ánimo de ser exhaustivo, y de memoria, en bastante menos de un mes han entrado referencias justificadas en el tiempo de las siguientes marcas o modelos: VW Beetle, Golf GTI, BMW 328, Citroën Ami-6, Saab Cabrio, y Aston-Martin; y en este mismo instante acaba de entrar otra, la del Volvo P-1800. Y si ampliamos un poco más el margen de tiempo, y lo llevamos hasta los inicios de este año, podemos añadir el Renault 4L, el Jeep, el Mini y el Citroën DS. Y por encima de todos ellos planea la sombra del Porsche 911. ¿Todo ello merece la misma celebración? Evidentemente, no; pero como hacer, no hacen daño, pues vamos a desbrozar un poco el campo y a poner a cada uno en su sitio.

Porsche 911 en 1965 y Porsche 911 evolución.

Como ya dije al principio, algunas de estas conmemoraciones están traídas por los pelos. Coincidiendo más o menos con el 55 aniversario del lanzamiento del DS-19, en Citroën decidieron lanzar toda una serie de variantes lujosas de su gama normal, anteponiéndoles la sigla DS; ya está en la calle el DS-3, justo en estos días el DS-4, y está en gestación muy avanzada el DS-5. Al margen de la hábil utilización de una sigla mítica, poco o nada tienen que ver los actuales DS, ni estética ni técnicamente, con su revolucionario antecesor; al margen, claro está, de ser de tracción delantera, con motor de cuatro cilindros y para cuatro o cinco plazas. Pero la sigla es suya, y por supuesto que pueden utilizarla como les parezca.

En el Salón de Ginebra pudimos asistir a un atractivo despliegue con motivo del 75 aniversario de Jaguar; al menos se trata de las bodas de platino. Y en el stand aparecía una unidad, fabulosamente restaurada, del Jaguar SS (Super Swalllow), primer modelo de la marca fundada por Sir William Lyons. Lo que ocurre es que la correlación entre aquel modelo y los Jaguar actuales es puramente retórica, al margen de compartir el nombre de la marca. Se podría aducir que eso es normal, y que al cabo de 75 años un coche actual no va a ser ni tan siquiera la evolución del original. Pues si bien esto es lo lógico y normal, no lo es en términos absolutos, puesto que sin celebrar especialmente el aniversario, los Morgan 4/4 y Plus-4 son descendientes en línea directa del diseñado hace exactamente 75 años, en 1936. Claro que, teniendo como tienen lista de espera, en Morgan no tienen que recurrir a argucias de este tipo.

Otros aniversarios traídos por los pelos son los 25 años del lanzamiento del primer Saab Cabrio, o los 50 años del Citroën Ami-6, o los también 50 del Renault 4L; precisamente, con motivo de la presentación del nuevo motor 1.6-dCi de 130 CV, hemos tenido ocasión de darles una vuelta al circuito de Mortefontaine a varias unidades de este simpático utilitario (del cual siguen rodando numerosas unidades especialmente en nuestras zonas rurales). Del mismo modo que tampoco aporta demasiado que se cumplan 50 años del primer Aston-Martin DB-4GT Zagato, volviendo a sacar, por enésima vez, una nueva versión de un modelo actual carrozado por dicha firma. Y otro tanto se puede decir de celebrar los 75 años del BMW 328 utilizando la excusa de su participación en las Mil Millas históricas. Por supuesto que todos esos aniversarios, más o menos esquinados, son plenamente reales y las marcas están en su derecho de celebrarlos; a lo que yo voy es a que, al margen de que haya muy poca, o ninguna relación entre los modelos de entonces y los de ahora, lo que se está haciendo es utilizar la mitología de los antiguos para intentar dar algo de “glamour” a los actuales, muchos de los cuales están notablemente faltos del mismo.

Porque aquí está el “quid” de la cuestión de tanto aniversario; los coches actuales sin duda son mucho mejores, en casi todos los sentidos, que sus antecesores (en cuestiones estéticas, cabría discrepar de esto). Pero de lo que no hay duda es de que tienen mucha menos alma y personalidad que aquellos; dentro de otros 25 años, seguro que hay muchos menos modelos actuales que merezcan ser recordados con el correspondiente aniversario. Un Mercedes actual sin duda es mejor coche que un “colas” de hace medio siglo, pero pocas de las actuales y perfectas berlinas de la marca pasarán a ser iconos a recordar especialmente.

Pero sí que hay aniversarios que merecen celebrarse por todo lo alto; hace ahora más de 20 años que Porsche celebró, con una Edición especial, los 25 años (Bodas de Plata) de su 911. Y es que el 12 de Septiembre de 1963, en el Salón Francfort, se presentó el prototipo, todavía bajo la denominación 901; y el 14 Septiembre de 1964, justo un año más tarde, salía la primera unidad definitiva de la cadena montaje, para ser expuesta, ya en Octubre, en el Salón París en su puesta de largo. Pero ya como 911, porque Peugeot había hecho valer su patente de todas las cifras de tres dígitos con el cero en el centro. Eso quiere decir que, dentro de nada, estaremos celebrando las Bodas de Oro del 911; y esto sí que es un auténtico aniversario, porque si bien es probable que no haya ni una sola pieza común entre aquel primer 911 y un Carrera Coupé actual, no hay duda alguna de que ha ido siendo una evolución paso a paso, y basta con poner uno al lado del otro para apreciar la absoluta similitud tanto estética como mecánica: carrocería apenas modificada, con motor seis cilindros boxer posterior. Y no es el único caso; con pleno derecho ha podido celebrar su 40 aniversario el Range Rover (aparecido en Junio de 1970), así como el Defender, heredero en línea directa del Land-Rover original de 1948. Cierto que la continuidad estética de los todo-terreno facilita que duren décadas sin apenas cambios.

Otro aniversario con pleno merecimiento, aunque la cifra en sí resulte poco atractiva, son los 70 años del Jeep, ya que el actual Wrangler también es la evolución paso a paso del original CJ de la II Guerra Mundial y de su posterior versión civil a partir de 1946. También tienen una larga tradición (aunque ninguno llega a lo del Morgan) coches como el Caterham (ahora en candelero al haber sido adquirida la marca por el Team Lotus), ya que sigue fabricando bajo licencia oficial el Lotus Seven aparecido en los 50s. Ya sería algo más discutible lo del Chevrolet Corvette, puesto que en su trasiego a Sting Ray y posterior retorno al nombre original, ha sufrido tantas modificaciones desde 1953/54, que la herencia está un tanto diluida; pero ahí está, al fin y al cabo. Otro veterano insigne del otro lado del Atlántico sería el pick-up F-150 de Ford, que lleva en el mercado más años que el Canal de Isabel II; de nuevo en este caso, lo crudo de su estructura y su estética que forzosamente es casi invariable, facilitan las cosas. Y por el mismo motivo, y ya con más de 30 años de edad, no hay que olvidarse de los Serie G y GL de Mercedes/Steyr, nacidos en Febrero de 1979; poco agraciados estéticamente, pero tremendamente eficaces como todo-terreno.

Jeep original y Jeep Wrangler.

Y dentro de nada se celebrarán los 25 años de otro modelo mítico, y éste sí que de absoluta continuidad: el Maxda MX-5 (Miata en algunos mercados) nació en Febrero de 1989. Y éste sí que es un auténtico icono, incluso desbancando al Lotus Elan en el que clara y reconocidamente se había inspirado para su concepción. O sea que sí existen coches cuya bien mantenida continuidad bien se merece celebrar auténticos aniversarios, a partir de un mínimo de 20 años en adelante. Por el contrario, hay otros que, tanto por longevidad como millones de volumen de producción, figuran en algunas listas pero no lo merecen; es el caso de los Toyota Corolla y Opel Kadett, ambos con una larguísima ejecutoria como denominación, aunque entre los iniciales de propulsión trasera y eje rígido y los últimos de tracción delantera, no había más similitud que la marca y el nombre.

Los que sí se trabajan a fondo el tema de los aniversarios, y con motivo, son los de VW a cuenta de su modelo Golf GTI: habida cuenta de que el Golf apareció en 1973, y el GTI en 1976, ya celebraron la segunda y tercera décadas con el lanzamiento de versiones especiales denominadas “Edition 20” y “Edition 30”. Pero puesto que lo de las ediciones especiales parece reportar beneficios, tanto por las ventas de dicha versión especial como por producir efectos mediáticos, ahora han decidido lanzar una edición tan peculiar como es la “Edition 35”; un aniversario que, hasta el momento, a nadie se le había ocurrido celebrar como fecha señalada. Pero el caso es que ya está ahí, y será presentada en el GTI Meeting anual que se celebrará en el lago Wörthersee del 1 al 4 de Junio. Para darle algo de personalidad a esta versión especial, se retoca la gestión y el soplado para subir la potencia de 210 a 235 CV (fácil, ya que existen versiones de calle de este motor con 270 CV). Además, un nuevo parachoques y faldón delantero, la sigla “35” junto a la puerta, y unas llantas de 18” de diseño especial con el nombre del circuito norteamericano Watkins Glen.

Golf GTI Edition 35.

Golf GTI Edition 35

Pero el caso más peculiar, dentro de esta teoría de aprovechar al máximo el recuerdo, más o menos legendario, de un modelo mítico de larga ejecutoria en su comercialización, lo constituyen tres realizaciones actuales que se vienen vendiendo, y en números nada despreciables, en la actualidad: el VW Escarabajo, el Mini, y el Fiat 500. Este último es de tan reciente aparición que poco se puede glosar sobre él, salvo que ha tenido una acogida francamente favorable en el mercado europeo; no ya Italia, sino también Francia y Alemania están actualmente invadidas por esta lograda reproducción estética (a escala, puesto que es notablemente más grande) del pequeño bicilíndrico que dinamizó la motorización italiana en las décadas 50 y 60. Y subrayo lo de estética porque técnicamente no tiene nada que ver con su antecesor; pero estéticamente está absolutamente conseguido.

En cuanto al Mini, sin duda alguna ha sido la más perfecta operación de “resucitar” un modelo antiguo. Y, curiosamente, lo ha sido por parte de un constructor que no ya sólo no es el que fabricó el modelo original, sino que ni tan siquiera es de la misma nacionalidad; aunque en esto no es el único, ya que dicho constructor (BMW) también ha salvo de la desaparición a Rolls-Royce, marca también británica, como Mini. Lo cierto es que BMW administró perfectamente los tiempos de la operación; cuando por fin se decidió a comprar Rover (que era quien últimamente fabricaba el Mini), ya tenía más que planeado lo que pensaba hacer. Y aunque la reflotación de Rover fracasó de forma estrepitosa, la compensó más que sobradamente con el éxito del New Mini.

En el año 2000 todavía se estaba vendiendo el antiguo Mini fabricado por Rover, y en 2001 se presentaba el New Mini; no hubo prácticamente solución de continuidad entre un modelo y otro, por más que el continuador no tenía ni una sola pieza común con su antecesor. Pero lo que sí tenía era la misma estructura básica (tracción delantera con un cuatro cilindros en posición transversal), gracias a que el genial diseño de Alec Issigonis, unos 40 años antes, se había adelantado a su tiempo; de modo que no traicionaba en absoluto el espíritu ni la forma del ancestro. Porque el lápiz de Frank “Curro” Stephenson (que posteriormente también ha sido el responsable del nuevo 500) consiguió mantener viva la estética original. De modo que ahí tenemos al nuevo Mini; el cual, gracias a la aparición de la versión Countryman, incluso se permite reverdecer los éxitos en los rallyes internacionales, como acaba de conseguir nuestro compatriota Dani Sordo con un más que meritorio sexto puesto en su inaugural aparición en Cerdeña.

Antiguo y New Mini.

Antiguo y New Mini

Por el contrario, la operación similar llevada a cabo con el Beetle o Escarabajo, no ha resultado tan redonda; aunque ahora mismo ya se está lanzando la tercera edición: es decir, el segundo “remake”. La operación fue coetánea con la del Mini, pero más extendida en el tiempo: mientras que el New Beetle se presentó a principios de 1998, el antiguo Escarabajo se siguió fabricando en Méjico hasta 2003. El problema reside en que, mientras el New Mini mantiene en estética y estructura la filosofía del antiguo, el New Beetle supuso una especie de traición a dos coches míticos: utiliza la base de un Golf, pero sin citarlo, y en cuanto a la estética del original, en la propia VW han entonado el “mea culpa”, como veremos a continuación. En el interior, y a pesar de una altura libre descomunal en las plazas delanteras, las posteriores resultan casi peligrosas: te golpeas la cabeza al menor descuido, tanto en sentido vertical como lateral. En el mercado americano, donde se trataba de reconquistar, por la pura estética, a los integrantes de la “flower power” de los 60s (recuérdese incluso el pequeño florero en el salpicadero), la cosa funcionó aceptablemente; en Europa, donde seguía estando muy claro lo del motor posterior refrigerado por aire, tan sólo en Alemania se salvó del fracaso. Un millón casi justo de unidades vendidas en trece años de comercialización en el mundo entero no son como para tirar cohetes; máxime teniendo en cuenta los 21,5 millones de unidades del antiguo, en los 65 años que van de 1938 a 2003 (récord mundial para un modelo). Pero en realidad, en serio se vendió a partir de los 50s.

Las ejecutorias de BMW, con la recuperación de Rolls-Royce y de Mini, y del grupo VAG con actuaciones similares en Bentley y Beetle, corren casi paralelas. Pero a VW lo del New Beetle se le atascó; pero por aquello de no dar el brazo a torcer, aquí está el segundo intento, ahora bajo el nombre de “The Beetle”. Se quiere subrayar que éste vuelve a ser el original, sin necesidad de adjetivos calificativos. Y se ha lanzado a bombo y platillo hace pocas semanas, concretamente el 18 de Abril, simultáneamente en tres metrópolis como Berlín, Nueva York y Shangai. La comercialización será en Septiembre/Octubre en USA, en Octubre/Noviembre en Europa, en Febrero de 2012 en Asia y en 2012/3 en Sudamérica. Es un curioso 73 Aniversario.

El nuevo The Beetle

El nuevo The Beetle

Pero, como ya dije, cedo la palabra a unos textos del dossier que acompaña el lanzamiento de “The Beetle”; en ellos creo encontrar un reconocimiento implícito del patinazo que supuso el New Beetle; pero será mejor que juzguen los lectores:
“Pauta de diseño: crear un nuevo original. El diseño automovilístico más conocido del mundo. ¿Es posible reinventar diseños tan conocidos e individuales como la botella de Coca Cola, el iPhone, las gafas de sol Ray Ban Aviator o el Beetle? La respuesta es clara: sí, es posible, pero para ello es necesario conocer el producto y la marca a la perfección. Los Jefes de Diseño del Grupo, Walter de Silva, y de la marca Volkswagen, Klaus Bischoff, los conocen muy bien y, por esta razón, se atrevieron a marcar la ambiciosa pauta de diseño del nuevo Beetle: “Crear un nuevo original”. El aliciente del reto. El equipo de Klaus Bischoff se puso manos a la obra. El reto de crear un nuevo Beetle sirvió de inspiración a los diseñadores que tenían muy claro lo que querían: destacar la silueta del ‘Escarabajo’ original aún más que la del modelo New Beetle del 98 y conferirle unas proporciones muy dinámicas.”

No hace falta leer muy entre líneas para entender que lo que se quiere decir es que de Silva y Bischoff han hecho ahora un buen trabajo, mientras que los diseñadores del intermedio New Beetle (que fueron otros) no lo hicieron. Pero en una marca como VW unos diseñadores no lanzan un modelo nuevo por su cuenta y riesgo; alguien de mucho más arriba (de Ferdinand Piech para abajo) levanta el pulgar y dice “adelante”. Por mi parte, puedo decir que nada más ver el prototipo en Detroit, hace ya bastantes años (debió ser sobre el 95 o 96) dije: esto no va a funcionar; y no sólo lo dije, sino que lo dejé escrito. Así como este nuevo The Beetle, claramente más grande (2,54 m de batalla y 4,28 m de longitud) me parece bastante más acertado; y también está entre medio y un escalón más arriba, como segmento; con las enormes Pirelli P-Zero 235/40-19 del prototipo de lanzamiento, se aprecia claramente que aspira a un público quizás más minoritario, pero también más selecto, de aquel al que apuntaba el New Beetle. En cualquier caso, ya nos podemos ir preparando, porque de una “75 Edition” o “75 Aniversario” para 2013 no nos salva nadie. Que tenga suerte.