Queridos y queridas,

Ya sé que voy tarde, pero es que soy muy de reposar las cosas.

Ahí voy: un año más hemos asistido a la gran endogamia colectiva que es la ceremonia de los Goya.

Ojo, que muy a favor de que el mundo del cine se abrace a sí mismo durante una noche y sigan sin poder verse el resto del año, pero menos a favor de tener que tragarme la ceremonia de tres horas y pico para después poder escribir de ella lo mismo que escribí el año pasado, el anterior y el otro, y el otro.

La verdad, es que este año empezó bien. El homenaje a Carlos Saura fue bonito (el tipo se lo merecía) y al menos no metieron la típica foto en blanco y negro, aplaudieron con desdén minuto y medio y a otra cosa. Para una vez que hacen algo bien, vale la pena decirles que lo han hecho bien. No les pasa mucho, así que vamos con ello: Academia del cine español, lo habéis hecho muy bien.

El resto? Pues lo predecible: As bestas arrasó.

No puedo ponerle pegas a eso porque me encanta As bestas, uno de los mejores westerns que he visto en años, con el tarado de Luís Zahera bordando a un villano que da auténtico pánico. Si fuera por mí, se podían haber ahorrado la ceremonia y enviarle los goyas a Rodrigo Sorogoyen a casa. Dicho esto, me resulta difícil entender como en un año tan increíblemente brillante para el cine español, con tantas películas cojonudas, los académicos no hayan considerado -aunque fuera por simple cortesía- repartir un poco los méritos.

No es que yo le tenga mucho cariño a este tipo de organizaciones (los que organizan estos eventos) y es bien cierto que la mayoría de premios están pensados para que unos cuantos genios se lleven algo de dinero a casa. Oiga, que a mí me parece bien siempre que luego no me den la turra con lo importante que son para el cine español.

Si no han visto As bestas, deberían, vale mucho la pena. También valen mucho la pena Suro, Cinco lobitos o La maternal. O si les va la droga dura, Pacifiction. Cada uno lo suyo.

Aprovecho este post para recomendar, en mi humilde rol de prescriptor de ir por casa, dos cositas. Bueno tres.

La primera es The last of us, que todo el mundo está viendo ya y por tanto no es necesario que ponga yo mucho esfuerzo en ello. Mírenla.

La segunda se llama El rey (Il re, en italiano) y la estrenan en Movistar + el día 16. La protagoniza Luca Zingaretti, al que los fans del escritor Andrea Camillieri reconocerán porque encarnó a la perfección al comisario Montalbano en la magnífica serie de la RAI que han emitido recientemente en TVE. Zingaretti, que es un actor cojonudo. Hasta que nos llegue Mayor of Kingstown (la tremenda serie de Jeremy Renner), la mejor serie carcelaria que se puede ver en una plataforma española.

La otra cosa es el delirante documental sobre el incendio del edificio Windsor, en Madrid, que llega a unos niveles de comedia inauditos. Ya lo sé, pensarán ustedes, ‘cómo coño va a dar risa(s) un documental sobre un incendio?’, pero es que hasta salen Martes y 13, el comisario Villarejo y la madre que me parió. En serio, prepárense porque la cosa es de no dar crédito. Debo decir que el docu es un fiel reflejo de lo locos que estamos todos desde hace años.

Y ahora me voy a ver alguna mierda en Netflix o en HBO.

Abrazos,

T.G.R.