Amigas y amigos,

Qué tal todo?

Hace frío, mucho frío. Ideal para quedarse en casa; para salir un poco peor.

Pero después de todo lo que me he quejado, pues bienvenido sea este frío polar. Viva.

Ahora debería llover un poco, porque la sequía en esta parte del Mediterráneo empieza a ser un problema de dimensiones titánicas. Por pedir que no quede.

Hasta aquí mi parte meteorológico.

Este fin de semana no hay mucho qué ver en el cine, pero les recomendaré un título palomitero por si les apetece ir a verlo.

El 14 de enero (o sea, el domingo) se estrena la cuarta temporada de True detective. Les hablaré de ella el fin de semana, pero ya adelanto que soy muy optimista: Jodie Foster es siempre una garantía de calidad.

Si a alguien le interesa, esta semana ya se puede ver la última serie de Marvel, que se llama Echo. He de decir que quizás porque no esperaba nada, me ha parecido de las más interesantes de la factoría: un producto de acción notablemente entretenido con cameos de unos cuantos superhéroes conocidos, un buen villano y un guion bien hilado.

He visto un par de capítulos, aunque la han puesto ya entera (lo que debería -también- ser un buen indicativo de la crisis que atraviesa el género. Ya saben que últimamente todo nos lo ofrecen en cadencia semanal, pero la estrategia solo funciona si la serie es realmente potente. Si no lo es, la gente se baja porque pasan de esperar. Si esta entera, pues lo dejas en modo automático y como el que no quiere la cosa, pues te la comes enterita. Puro marketing y cocina de números para tus accionistas.

En fin, Echo. Una historia bien contada… de momento. Espero que no se convierta en una turra.

Y si tienen ganas de ir al cine a pasarlo bien con una buena dosis de testosterona, pues no dejen la oportunidad de ver The beekeeper.

The beekeeper es la última película de Jason Statham, que es un señor que es un género en sí mismo: se rumorea que en sus contratos exige no perder ninguna pelea. Decían lo mismo con The rock. No tengo ni idea de si es verdad, pero podría serlo perfectamente.

La cuestión es que yo soy fan de Statham. El tipo es como una especie de gentleman ingles con visos de psicópata y me creo que el tipo reparta tortazos como si no hubiera un mañana. Todas sus películas son iguales, como las de Liam Neeson, pero si están bien coreografiadas, porque lo único que importa son las peleas, pues yo las disfruto bastante.

No me voy a poner pesado explicándoles el guion de la película: a quién cojones le importa.

Alguien le hace algo a Statham y éste resulta ser un hombre con un pasado tormentoso que decide emprender una terrible venganza matando a todo el mundo. The beekeeper en cuestión se parece a John Wick, porque ahora todas las películas de acción se parecen a John Wick: es el precio del éxito.

La cuestión es que este filme es entretenidísimo, de los mejores y más currados que le he visto al tipo en años. Me lo he pasado tan bien que me atrevo a recomendársela sin manías. Una hora y cuarenta y cinco minutos de bofetadas de la mano de un hombre con un rictus que no cambia ni cuando te está estrangulando con ambas manos. Se requiere una habilidad especial para poner siempre la misma jeta y yo sé la reconozco a este británico, ex nadador olímpico y millonario gracias al cine y a las campañas publicitarias.

De cuando en cuando no está mal dedicarse solo a comer palomitas mientras un señor mata gente.

Suena mal, pero es así.

Abrazos,

TGR