He recorrido con él más de 300 km, por todo tipo de carreteras. Este coche me ha sorprendido tanto como el D5; es muy agradable por la forma que tiene de dar la potencia y la poca cantidad de ruido y vibraciones que hace. En este aspecto es mejor que todos los motores de cuatro cilindros y al nivel de los mejores de cinco y seis cilindros de potencia similar (éste de Volvo tiene cinco).
No se echa en falta más potencia dado que mantiene muy bien velocidades elevadas incluso en repechos y siempre da la sensación de tener potencia bajo el acelerador. Es capaz de alcanzar 200 km/h.
La estabilidad, frenos y neumáticos es igual que la versión D5, del que hay publicada una prueba en km77.com.
Responde siempre muy bien en todo tipo de carreteras, aunque «se le da» mejor las autovías o carreteras rápidas donde tiene muchísimo aplomo y la sensación de seguridad circulando a gran velocidad es alta. En carreteras con muchas curvas también es un coche fácil de conducir pero no tiene la agilidad de reacciones que tienen algunos coches de tamaño similar (es subvirador), quizá por una suspensión blanda para este tipo de esfuerzos. Tanto el control tracción (STC) como el control de estabilidad (DSTC) son opcionales en los S60 2.4D.
Otra cosa que contribuye a que este coche sea especialmente cómodo son los excelentes asientos delanteros, que recogen el cuerpo bien y cansan muy poco después de varias horas al volante.