Año 1.996. Periodo de campaña electoral al parlamento español.

1.- Felipe González, presidente del gobierno en aquella época, defiende la entrada de España en la moneda única europea con un argumento muy gráfico: «Si sale usted con mil pesetas de España y se da una vuelta por varios países de Europa, sólo con las comisiones de cambio, volverá a España sin dinero y sin haber comprado nada».

2.- Miguel Boyer, ministro de Economía y Hacienda en gobiernos de Felipe González le contesta: «Eso es una estupidez» y durante varios años da algunas conferencias para avisar de los riesgos de que España entre en la moneda única europea. Miguel Boyer y muchos otros economistas atacaron duramente la entrada en el euro en la segunda mitad de la década de los 90. Ningún político en activo durante aquellos años se hizo eco de los avisos de muchos economistas. En aquella época, el Grupo Negocios, presidido por Carlos E. Rodríguez, publicó una serie de libros avisando de los riesgos de la unión monetaria. Lo que decían Boyer y esos libros se está cumpliendo casi al dictado. Eran libros y argumentos muy fáciles de entender y difícilmente contestables. Nadie, ni ciudadanos ni políticos, quiso enterarse.

En el Reino Unido había una gran corriente de euroescépticos que mantuvo la libra esterlina fuera de la moneda única. Nunca hicieron esfuerzos para que su economía convergiera con la europea. Probablemente no lo hicieron con tanto convencimiento económico como con convencimiento nacionalista. Se quedaron fuera.

Misma campaña electoral al mismo parlamento.

4.- Le pregunto (cuando ejercía de periodista especializado economía) a Rodrigo Rato , antes de una reunión en el Círculo de Empresarios en la calle Serrano de Madrid, sobre el modelo de mercado laboral que defiende el Partido Popular.

«Los gobiernos no tienen nada que decir sobre empleo. Los contratos laborales son contratos privados, en los que el Estado no debería participar más que lo imprescindible.» Esa es su respuesta que utilizo y emito en el informativo de la noche en la radio. La respuesta causa gran revuelo entre los tertulianos de aquella noche.

Pocos años después, el gobierno del Partido Popular, presidido por José María Aznar, retira el proyecto de reforma laboral que habían presentado tras una huelga general convocada por los sindicatos. El Partido Popular, que tuvo mayoría absoluta, fue incapaz de presentar y aprobar la reforma laboral que había prometido a sus votantes. Tenían los votos para aprobarla y el convencimiento de que era buena para el país ¿Qué más necesitaban para ponerla en marcha?

Un año después de ganar las elecciones, Rodrigo Rato, en un encuentro con periodistas económicos, criticaba al PSOE por decir unas cosas en las campañas electorales y otras cuando estaban en el gobierno. Le recordé las declaraciones que realizó durante la campaña electoral sobre el empleo. Las negó.

Año 2001 – 2002. Los síntomas de la burbuja inmobilaria ya son evidentes. En la revista  The Economist avisan continuamente sobre las consecuencias devastadoras de seguir inflando esa burbuja.

5.- Rodrigo Rato, Vicepresidente económico del gobierno de España, se queja amarga y repetidamente sobre el bajo precio del dinero que fija el Banco Central Europeo.  Esta es su queja: «El Banco Central Europeo fija la política monetaria que interesa a Alemania (con crecimiento débil) y no a España (fuerte crecimiento y burbuja inmobiliaria en construcción)»

A pesar de ser consciente de la situación y de sus amargas quejas por la actuación del BCE, el gobierno del PP no utiliza sus recursos para enfriar la economía. En lugar de incrementar los impuestos, los reduce. Mete más leña al fuego de una economía recalentada y burbujeante.

Año 2006. La burbuja inmobiliaria está en plena efervescencia.

6.- El gobierno de Rodríguez Zapatero sigue alimentando la burbuja con rebajas de impuestos en pleno superávit de las cuentas públicas españolas. Presume: «En pocos años superaremos la renta por cabeza de Alemania».

De 2008 a 2011 no es necesario recordar lo que ha ocurrido.

Esos son nuestros políticos. La responsabilidad de elegir bien es de todos los que votamos.