Desde hace unos años, en km77 tratamos de hacer la prueba de esquiva y eslalon con todos los coches que probamos. El Tesla Model 3 que hemos comprado para hacer una prueba de larga duración no ha sido una excepción.

El resultado ha sido muy bueno, de récord en el caso de la esquiva. La opinión unánime de los tres conductores que participaron es que es un coche que reacciona de forma ejemplar.

Hemos hecho dos vídeos. Uno de ellos es el habitual, con las diferentes pasadas que hicimos durante la prueba. En el otro, los conductores ahondan un poco más en sus sensaciones al volante (se puede ver pinchando en este enlace). Además, al final de esta semana publicaremos una nueva entrada en la que daremos los detalles de las condiciones en las que hicimos estas pruebas y cómo se degradaron los neumáticos.

La primera pasada es siempre la que llamamos «Test77». La hacemos sin conocer cómo va a reaccionar el coche ante la maniobra de esquiva y a una velocidad de entrada de 77 km/h. Esa es nuestra velocidad objetivo, aunque no siempre lo conseguimos ; de hecho, con el Model 3 nos quedamos a 74 km/h.

Tiramos un cono, pero las reacciones fueron seguras y fáciles de manejar. En el vídeo se observa que las luces de freno permanecen encendidas  durante casi todo el ejercicio, algo que se repetirá a lo largo de las diferentes pasadas. No se debe a que pisemos el freno, sino bien a la entrada en acción de las ayudas electrónicas o bien por la frenada regenerativa (hay dos niveles de frenada regenerativa, Bajo y Estándar, siendo Estándar la que más frena el coche al soltar el acelerador).

Este es el sexto intento, el primero con el freno regenerativo en modo Estándar y en el que conseguimos la mayor velocidad de entrada, 83 km/h.

La mejor pasada la logramos con el freno regenerativo en modo Estándar, el que más retención da. Entramos a 83 km/h. Es, por el momento y junto con el Ford Focus 2018, el coche con el que hemos completado satisfactoriamente esta maniobra a mayor velocidad.

Pero más allá de la velocidad de entrada, lo que valoramos con esta prueba son las reacciones del coche. Y en este caso han sido ejemplares, sin movimientos bruscos en ningún momento. Las ayudas electrónicas a la estabilidad intervinieron de forma moderada y sutil, actuando con la exactitud necesaria para que el conductor prácticamente no se percate de su funcionamiento y para hacer que el coche no pierda la trayectoria.

Con el modo de retención Bajo estuvimos a punto de lograr una pasada existosa  a 82 km/h. A pesar de que el coche pierde menos velocidad al levantar el pie del acelerador que en el modo Estándar, las reacciones fueron igualmente satisfactorias.

La velocidad más alta a la que intentamos ejecutar la maniobra fue 88 km/h. No lo conseguimos, pero incluso a esa velocidad tan elevada el coche mantiene una precisión muy buena y, sobre todo, reacciona de forma progresiva y predecible. Sin sustos para quien lo conduce.

Nuesto Tesla Model 3 en el eslalon de conos colocados a 22 metros de distancia.

En el eslalon las sensaciones fueron igual de buenas. Se nota que el centro de gravedad del Model 3 está situado muy bajo y que, aun siendo un coche pesado, de casi 2000 kg, le cuesta poco cambiar de dirección. Esto, junto con una dirección rápida y precisa, y la correcta intervención de las ayudas electrónicas, permite enlazar los conos (separados cada 22 metros) con rapidez y gran sensación de control. Es un coche con unas reacciones que dan mucha confianza para conducir al límite de adherencia de los neumáticos. 

Nuestra conclusión es clara: estamos muy satisfechos con el rendimiento del Tesla Model 3 en la maniobra de esquiva y eslalon. También con el de los neumáticos Michelin Pilot Sport 4 que lleva. Estos últimos, además de procurar una buena adherencia, no han sufrido un desgaste excesivo cuando los hemos sometido a esta prueba tan exigente. En la próxima entrada del blog enseñaremos cómo se degradaron.