Después de haber recorrido 52 000 kilómetros con nuestro Tesla Model 3, hemos repetido la maniobra de esquiva que realizamos en mayo de 2019, cuando el coche tenía aproximadamente 14 500 kilómetros (más información).

Hemos repetido la prueba porque la pista donde realizamos nuestras maniobras ha sido reasfaltada y queríamos tener una idea de en qué medida esta nueva superficie va a influir en las pruebas a partir de ahora. El asfalto viejo estaba muy desgastado y, en consecuencia, su superficie no era uniforme sino que presentaba irregularidades importantes.

Para conseguir la máxima igualdad posible entre esa primera prueba con 14 500 kms y esta segunda con 52 000, hemos utilizado los mismos neumáticos. Justo después de realizar la primera prueba en circuito los desmontamos, los almacenos y los hemos vuelto a montar antes de realizar la segunda.

Como se puede ver en el vídeo adjunto, esta segunda prueba la hemos superado a 83 kilómetros por hora, la misma velocidad que la primera vez. En ambas ocasiones, el conductor ha sido el mismo. El freno regenerativo seleccionado ha sido el que Tesla llama «Estándar», es decir, el que da mayor retención de los dos disponibles. Con él, el Tesla pierde velocidad a mayor ritmo de lo habitual que en un coche con motor de combustión, característica que lo beneficia. No fuimos capaces de conseguir esta velocidad a la entrada del ejercicio con el modo de retención menor.

El asfalto viejo, al estar en tan mal estado, era muy agresivo con los neumáticos. Se desgastaban mucho y de forma muy irregular. Sobre el asfalto nuevo, el desgaste es mucho menor y más homogéneo.

En términos generales, creemos que el asfalto viejo daba un poco más de adherencia. Sin embargo, esta afirmación requiere un matiz. En la superficie «vieja», no había mucha diferencia entre hacer la maniobra de esquiva con neumáticos de gama estándar (preparados para recorrer muchos kilómetros con poco desgaste) o con unos deportivos (donde prima el agarre frente a la duración). Eso se puede deber a que la goma superficial de la banda de rodadura se amoldaba a las irregularidades del asfalto (creando un punto de contacto de mucha adherencia). Ahora, como la superficie es más lisa, la adherencia ya no es tan mecánica, sino que depende más del tipo de compuesto del neumático.

Lo anterior lo hemos apreciado en varios coches que hemos probado con diferentes tipos de rueda. Con nuestro Tesla Model 3, que tiene unos neumáticos Michelin Pilot Sport 4 (que son de una gama deportiva, aunque también nos han durado mucho como explicamos en esta entrada), hemos conseguido la misma velocidad a la entrada de la maniobra de esquiva que con el asfalto nuevo (a pesar de que nuestra impresión es que su adherencia sobre el nuevo asfalto es ligeramente menor). Sin embargo, con otros coches con neumáticos de baja resistencia a la rodadura (como por ejemplo, un Renault Clio con neumáticos Continental EcoContact 6), hemos notado un deslizamiento mucho mayor durante la esquiva de lo que estábamos acostumbrados hasta el cambio de superficie. Estas son las primeras sensaciones que tenemos con el nuevo asfalto y que iremos mejorando y confirmando a medida que hagamos la prueba con más coches.

Como conclusión, es posible que los vídeos de esquiva sobre la nueva superficie no sean completamente comparables a los hechos hasta la fecha sobre asfalto viejo, pero sí creemos que servirán como referencia.