Queridos y queridas,

He vuelto.

Han pasado mil cosas, muchas malas, otras buenas, pero como decía un gilipollas al que hace años que perdí de vista, ‘mañana volverá a salir el sol’. Valiente mamarracho. Si alguien trata alguna vez de consolarles con una frase así, tienen mi permiso para golpearle con una tubería.

Lo único que puedo decir es que, con sol o sin él, sigo aquí.

Esta ha sido mi casa durante muchos años y aquí he volcado toda clase de cosas. Aquí he hablado de la muerte de mis padres, de amigos y conocidos, de mi tortuosa relación con algunos seres humanos, de vidas propias y ajenas, de libros y poemas y -sobre todo- de películas. De muchas, muchísimas películas.

Creo que el cine ha sido la única constante en mi vida. Lo único que no he abandonado por completo y que ha resistido mis tremendos bandazos y mis paseos por el alambre. De hecho, ha sido lo único que me ha mantenido cuerdo cuando perder la cabeza se convertía en una tentación enorme. Es obvio que cada uno/a tiene (o debería aspirar a tener) puertos en los que refugiarse en caso de tempestad. Mi puerto ha sido el cine y en ese sentido no puedo por menos que sentirme afortunado.

El cine me ha dado de comer, me ha permitido escribir, viajar, conocer a un montón de tipos maravillosos y a otros a los que hubiera descuartizado con una cucharilla de café (para que les doliera más).

Hacía mucho que no escribía aquí, por circunstancias diversas que tampoco merece la pena desmenuzar. No han venido a este, mi espacio cinematográfico, a que les castigue con mi turra.

A partir del martes, regresaré ya con mis delirios cinéfilos. A hablarles de películas, de las que veo, que las que voy a ver y de las que ya he visto. Me atrevería a decir que en lo que llevamos de año hemos asistido a una cosecha extraordinaria. De Almas en pena a The Fabelmans, de Tar a Aftersun, ha habido un montón de estrenos por los que valía la pena acercarse a una sala de cine. También hablaré de Avatar 2, que según los expertos que nunca aciertan ni la hora, iba a ser un fracaso absoluto y ya se ha metido en la lista de las cuatro películas más taquilleras de la historia.

Y que estamos, recomendaré series, libros y hasta algún restaurante. Vamos, lo que me apetezca, porque ya a mi edad uno tiene tendencia a hacer lo que le venga en gana.

Nada más. Espero que tengan a bien seguir acompañándome en esta bonita aventura que arrancamos con la buena gente de km77 hace más de una década, alrededor de una mesa, con una idea simple: hablar de cine en una página de coches.

Al final, he pasado más tiempo aquí que en cualquier otro medio de comunicación, y les puedo asegurar que he trabajado en unos cuantos. Mientras dure la aventura, trataré de que todos lo pasemos lo mejor posible, así que preparen el vino, las serpentinas y las castañuelas.

He vuelto.

T.G.R.