Se acaba el mes, el peor mes del peor año… bueno, no debería adelantarme porque aún hay límite para seguir empeorando y encima luego viene 2021.

Pero bueno, para el cine no ha sido un mal fin de semana.

En China, casi todas las salas están abiertas ya (unas 70.000) y en los últimos diez días, la taquilla ha llegado a los 300 kilos. Si tenemos en cuenta que las salas funcionan a un 50% de capacidad (vamos a creernos que se están respetando las medidas anti-pandemia), es un triunfazo bestial.

Aún no hay cifras definitivas en España, pero parece que Tenet ha ido como un tiro y la peli de Nolan ha funcionado bien también estupendamente en todo el mundo antes de estrenarse en Estados Unidos. No me gusta Tenet, pero me alegro muchísimo de que la gente vuelva a los cines, porque hay que volver a los cines.

Y ahora al lío, que hoy es ligero.

Ya he hablado varias veces de Filmin.

He hablado varias veces de Filmin por varios motivos.

Uno) Es una plataforma española. Cien por cien española. Yo tengo de patriota lo mismo que un paquete de galletas maría, pero -coño- por una vez que estamos haciendo algo bien, pues habrá que decirlo.

Dos) Nadie tiene el catálogo cinéfilo de Filmin. Porque ellos no producen nada, ya se producen demasiadas cosas. Ellos se dedican a la protección de los clásicos y a la apología del cine menos popular, menos comercial o -simplemente- menos conocido.

Tres) Añaden continuamente más y mejores pelis. No series de mierda de no-sé-dónde o películas de tres al cuarto que nadie entiende por qué demonios se han producido. No, nada de eso. Los tipos han sido capaces de firmar acuerdos para tener acceso a grandes catálogos que nadie más tiene. Qué demonios, ¿cómo no me va a gustar Filmin?

Mañana, día 1 de septiembre, los cabrones de Filmin vuelven a llenar la plataforma de pelis estupendas, y yo les voy a recomendar algunas, para que, si no están suscritos, se suscriban de una vez.

El ejercito de las tinieblas. La tercera peli de la trilogía de Posesión infernal, que rozando el rizo pasa del terror a la comedia, demostrando que Sam Raimi era un genio absoluto. Para pasárselo pipa.

Los siete magníficos. El puto clásico de John Sturgess. Una obra maestra absoluta con el Steve McQueen más cool de todos los Steve McQueen (sí, más que el de Bullit y el Cazarecompensas) y con uno de los mejores inicios de la historia del cine.

Juegos de guerra. Una de mis pelis favoritas de todos los tiempos, no porque sea una gigantesca obra maestra sino porque era de ese fabuloso género adolescente que tantas alegrías me dio creciendo. Lo de un ordenador que se venía muy arriba y trataba de provocar la 3ª guerra mundial es uno de esos recuerdos que le transportan a uno a su yo de 14 años. Maravillosa.

Si no les he convencido así, les pido que hagan la prueba. Y no, Filmin no me paga nada, es que soy muy cinéfilo y es lo más parecido que hay por ahí a un videoclub.

Hala, buen septiembre. Lo necesitamos (que sea bueno).

Abrazos,

T.G.