Los periodistas de coches hablamos a menudo de «La presentación». Cuando yo era pequeño y leía revistas de coches me sonaba a algo así como «La anunciación». Hasta que un día fui por primera vez a «La presentación». La primera presentación de mi vida fue de una furgoneta. La Iveco Turbodaily, con motor Diesel de inyección directa. Fue en Hotel Alfonso XIII, de Sevilla. Nos metieron un rollo inmenso sobre inyección directa e indirecta. Sobre turbulencias, combustión, dispersión del gasóleo en el aire, tamaño de las gotas de gasóleo. Un rollo larguísimo que disfruté como un niño.

La segunda presentación de mi vida, en Italia, en el Hotel Montecatini, en el Valle de Aosta, fue la del primer BMW M3. Motor de cuatro cilindros, casi anatema para BMW. Un placer de presentación. Yo estaba asustado porque pensaba que todos los periodistas conducían más o menos como Nuvolari y me daba mucho miedo subirme con uno de ellos y hacer el ridículo. Recuerdo la tensión. Me tocó de compañero a Víctor Piccione, que trabajaba en Motor 16. Yo acababa de empezar en Auto Hebdo. Le pedí que condujera él primero. De esta forma, si veía que conducía demasiado bien, le podía pedir que siguiera conduciendo. Por suerte para mí, Víctor, que hoy es Jefe de Prensa de Ford y amigo del alma, conduce muy bien, pero no tiene poderes extraterrestres. Me tranquilicé. Hacía lo mismo que yo. Gira el volante cuando llega una curva, frena cuando hay que frenar y pone las marchas que corresponden. Tranquilidad. Qué placer con el M3 por las carreteras deslizantes del Valle de Aosta y qué placer en el circuito de Mugello, con el coche cruzado de más, que no será lo más efectivo, pero probablemente sea lo más divertido. Todavía me acuerdo de aquella presentación, mucho mejor que de cualquier otra mucho más reciente.

La última presentación a la que he ido es la del nuevo Citroën C4. No es la primera pero la he vivido como si lo fuera. Fotografiando detalle tras detalle para intentar explicar cómo transcurre una «presentación».

Todas las marcas dedican mucho esfuerzo y dinero en organizar presentaciones para la prensa. Destinan mucho dinero porque lo consideran rentable. Pero además del dinero, el esfuerzo de las personas de los departamentos de prensa para satisfacer a los periodistas en las presentaciones suele ser gigante. Con este reportaje también quiero agradecérselo. Es posible que haya personas de algunas marcas a las que les duela que este reportaje no sea de una presentación de su marca. Porque las marcas también compiten entre ellas por ver cuál hace la mejor presentación, la que tiene la mejor idea, la mejor propuesta. Esto de las presentaciones es un mundo, del que viven muchas empresas que prestan sus servicios a las marcas para que todo funcione a la perfección.

La primera foto la perdí, porque pensé en este reportaje demasiado tarde. La tenía que haber hecho en el Aeropuerto de Madrid. El panel de la puerta de embarque ponía Copenhague. Volamos en un avión fletado de la compañía Air Nostrum. Tampoco le hice foto a la ida, pero sí a la vuelta.

Al lado del Aeropuerto de Copenhague está el Hotel Hilton. En una zona reservada del comedor nos dieron de comer y luego fuimos a recoger los coches, aparcados en un costado del Hotel. En este punto empieza el reportaje fotográfico.

Recogida de los coches

Recogemos los coches en Dinamarca y nos vamos inmediatamente hacia Suecia. De Copenhague a Malmö se va a través de un puente de 13 kilómetros que cruza el mar. El Puente de Öresund.

Vistas del Puente de Öresund

Aprovecho para hacer una foto para la adivinanza.

Qué coche es

Lo habitual en las presentaciones es compartir coche con otro periodista. En todos los recorridos de prueba está prevista una parada para cambiar de conductor. En este caso, como sucede a menudo, la parada incluía la posibilidad de tomar un café. «Coffee Stop»

De camino al hotel

O «Coffee Break»

Parada en una cafetería

Generalmente, así de bien cuidado y bien indicado.

Las escaleras de la cafetería

Y así de apetecible.

Un desayuno muy completo

Siempre en lugares con encanto, con buenas vistas y con buena comida.

Vistas al mar

Después de la parada, con cambio de conductor, sigue la ruta. Para que una presentación de coches sea productiva para el periodista debe estar planteada con buenas carreteras para probar coches y con tiempo disponible para toquetear y jugar con los coches.

Probando el Citroën C4 de camino al hotel

Si puedo, aprovecho para hacer fotos con las que intento dar más información. No siempre lo consigo. Muchas veces son un fracaso.

Imagen del interior del C4

En esta ocasión el hotel estaba en una callecita del Malmö. Es el Hotel Renaissance. Ésta la habitación 332.

Check-in en el Hotel

Ducha, ropa adecuada para la conferencia de prensa y la cena y al autobús, que nos lleva al lugar previsto para el acto. En la puerta están los coches.

Citroën C4 y C-Zero

No es una puerta cualquiera. Es la puerta de este edificio que gira, o mejor, que se retuerce, o lo que sea. Diseñado por Calatrava.

Torso Twisted

La conferencia de prensa es en la planta 53.

Ascensor del rascacielos Torso Twisted

No hay forma de abrir ventanas y busco una esquina donde haya pocos reflejos. El viento en Malmö es permanente, según nos contaron habitantes de la zona. Un calvario. Mejor no abrir ventanas a esa altura. Este edificio tiene muchas cosas que explicar. Quizá otro día.

Vistas de la ciudad de Malmö

Por dentro es circular. Las indicaciones de Citroën siempre presentes.

Entrada a la sala de prensa

Antes del inicio de la conferencia de prensa, el estrado vacío y la indicación para la traducción simultánea.

Sala de prensa

El responsable final de que esta presentación salga bien.

Responsable de Comunicación de Citroën

La cena es en un restaurante al pie de la torre. El logotipo parece formado con los chevrones de Citroën retocados por un diseñador.

Salida del rascacielos Torso Twisted
El menú.

Menú de la cena en la presentación del Citroën C4 en Malmö
(continúa aquí)