Ayer fue un día triste en el sector de la información del motor. Un día triste sin culpables, desde mi punto de vista. Ayer se concretó en Motorpress un Expediente de Regulación de Empleo con el resultado de que 76 personas se quedaron sin trabajo.

Han sido muchos meses de tensión para muchos periodistas a los que conozco. A algunos los quiero mucho, algunos son amigos irremplazables, con otros he trabajado con el mismo objetivo durante algunos años y con otros hemos realizado viajes juntos.

Motorpress Ibérica es una de mis antiguas empresas. La crisis, la aparición de internet, las condiciones del mercado, la dificultad de gestión de una empresa grande y no sé qué otros motivos han desembocado en este final de ayer. Desde hoy es un principio.

Deseo a todos los que se han quedao en la empresa que trabajen mucho, que olviden la situación de angustia vivida durante los últimos meses, que trabajen con ilusión y recuperen el ánimo. Ayer hablaba con los directores de Autopista y de Autovía y me transmitían esa ilusión, aunque para ellos la situación también sea muy dura porque muchos de sus compañeros están en la calle. A pesar de la tristeza, me alegró mucho oírles. Por primera vez en muchos meses he escuchado palabras llenas de ánimo y determinación en trabajadores de Motorpress Ibérica.

¡Ánimo, compañeros y amigos! La situación ha sido penosa en los últimos meses. Me lo habéis contado muchas veces. Pero empezáis de nuevo. La oportunidad está ahí. Tenéis cabeceras con nombres míticos, respetados y que muchos sentimos como nuestras. En vuestras manos está llenarlas de vida para disfrute de vuestros lectores. Dadle duro, competiremos con felicidad. La calle no es de nadie. Quizá haya sitio para todos o quizá no. Todo está por conquistar. Cada día. Para todos. Sea lo que sea, pase lo que pase, es un placer hacer la calle también con vosotros, con ánimos renovados.

Para los amigos y conocidos que se han quedado en la calle, mis palabras no son muy diferentes. Hoy es el principio. Cada uno tendréis que buscar vuestro camino. Quizá os podáis agrupar entre varios para emprender proyectos, quizá encontréis acomodo en nuevos centros de trabajo, o quizá tengáis que promoverlos vosotros.

Todos sabemos que la situación del sector está difícil. Pero no desfallezcáis. Esta mañana ya he recibido más de un correo electrónico de vosotros con preguntas sobre internet y la posibilidad de crear proyectos. Aquí me tenéis. En todos estos años he aprendido alguna cosa y para todo lo que os pueda ayudar, estoy a vuestra disposición.

En este país en el que vivimos hay muchas deficiencias estructurales, mucha posibilidad de crear valor añadido en muchos procesos. Vosotros tenéis experiencia. Pensad en todo lo que conocéis, en todo lo que habéis dicho tantas veces «Qué mal se hace esto. Habría que hacerlo así o asá». Pensadlo bien e intentad ponerlo en marcha. El truco está en generar valor, dar servicio, mejorar la productividad y reducir costes. Hay miles de huecos por llenar, miles de procesos por mejorar. No hay ningún motivo para el desánimo. Ese negocio que siempre habéis querido montar, esa idea que siempre ronda la cabeza. Dadle duro por favor, que hoy empieza un nuevo mundo.

No hablo por hablar. He estado en vuestra situación muchas veces. Me he ido de más de cinco empresas en mi vida laboral sin cobrar ningún tipo de indemnización. Me he ido porque no hay ningún motivo para tener miedo. Entiendo que para vostros es una situación nueva. Muchos llevabais muchos años en la misma empresa. Sabed que fuera hay oportunidades de trabajo. Uno tiene que buscarlas, imaginarlas o crearlas. Lo que sea. Pero existen. Mucho ánimo, por favor, y trabajad duro, aunque nadie os lo remunere. El trabajo lleva a trabajo, da oportunidades y sienta muy bien pelear para consesguir algo.

Espero que no leáis esta carta como la de un padre que aconseja, ni un abuelo sabelotodo. No. No tengo ni idea, sólo intuiciones. Ninguna solución mágica. Sé que no existen. Os digo todo lo que se me ocurre porque mi deseo es que os vaya muy bien. Tengo algunas personas en la cabeza cuando escribo esto. Vosotros lo sabéis. Mis brazos, mi cabeza y mi experiencia son vuestros.

Un abrazo