Tengo una ferretería pequeña y no le pago los tornillos a mi proveedor. Le debo 100.000 Euros. Me denuncia ante el juzgado y quizá dentro de dos años se produzca el juicio, se sigan los procedimientos y me embarguen los bienes.

Un amigo mío tiene una web y pone enlaces de descargas de música. La SGAE lo denuncia ante la Comisión de Propiedad Intelectual (perteneciente al Ministerio de Cultura) que instruye el caso y lo presenta ante el juez, al que la ley impone un plazo de cuatro días para resolver el cierre de la web.

El gobierno aduce, para tratar de forma diferente los dos casos, que la música pertenece a «Propiedad Intelectual» y que los tornillos pertenecen a «Propiedad Patrimonial«. La diferencia entre las dos propiedades es diáfana, a jucio del gobierrno: «La propiedad intelectual» es un Derecho Fundamental y cualquier otra Propiedad Patrimonial no.

Muchos juristas ya han publicado desde ayer (cuando el gobierno aprobó el proyecto de Ley) que la Propiedad Intelectual no es Derecho Fundamental y que por tanto esta ley (si se aprueba la redacción actual) será rechazada por el Tribunal Constitucional.

Hay dos cosas que me inquietan de este proyecto de ley aprobado por el gobierno, aparte de la inseguridad jurídica que crea.

1) ¿Por qué los «creadores» tienen más capacidad de presión ante el gobierno que los fabricantes de tornillos o de cualquier otro tipo de bien con el que se comercia?

2) ¿Qué motivos pueden mover a un gobierno a hacer el ridículo de forma estrepitosa y a un Ministro de Justicia decir que la Propiedad Intelectual es un derecho fundamental y ponerla a otro nivel que el resto de propiedades?

Las propiedades se compran y venden con dinero. Los Euros que se utilizan para pagar los derechos de autor tienen exactamente el mismo valor que los Euros que se utilizan para pagar tornillos. ¿Pretenden los «creadores» que sean más fundamentales los euros que perciben ellos que los euros que percibimos los demás? ¿O es el gobierno el que lo pretende?

Algunos «creadores» quizá no puedan vivir de su «creación» en los próximos años. Quizá haya muchas personas que no estén dispuestas a pagar para verlas o escucharlas. Tendrán que buscarse otro modo de ganar dinero.

Yo, que hago unas argollas divinas con el humo del tabaco, siempre he considerado que la gente debería pagar por verlas. Voy a acudir a la Comisión de Propiedad Intelectual para que obliguen a cerrar los ojos a todos aquellos que me rodean cuando fumo. Lo malo es que mis argollas no duran cuatro días. La resolución tendrá que tomarse en décimas de segundo. De lo contrario mis Derechos Fundamentales se verán conculcados.