Por la tarde de una día cualquiera, en las dunas, es recomendable subir y bajar crestas de arena para ver la puesta de sol.

El atardecer y el amanecer son los mejores momentos del día para moverse por las dunas, porque el sol oblicuo y sus sombras resaltan los relieves. A mediodía, con la luz vertical es muy difícil reconocer los cambios de duna, las variaciones de la superficie y los planos inclinados. A mediodía todavía es más difícl moverse por ellas.

Al anochecer, no sólo cuesta menos. Los jóvenes locales se acercan con sus ciclomotores a ofrecer mercancía. La mano de Fátima es la estrella de sus pañuelos extendidos sobre la arena. Para llegar suben y bajan las dunas con sus mobiletes.

En las dunas con mobilete