No me riñan. Ya sé. Estoy fuera de foco. El anuncio no era ése. Y la frase está casi trillada. Tendría que buscar otro titular. Pero no tengo tiempo. Voy camino de la boda de «donate», lector, socio, amigo y participante asiduo de este rincón.

Da igual cómo lo titule. Saben que no les miento. Con el Audi RS5, con él, me he ido al fin del mundo: ‘Aqui… onde a Terra se acaba e o mar começa…’

Al fin del mundo, que para España es Finisterre y para Portugal el Cabo da Roca.

Al fin del mundo portugués. Y con él, también, de regreso.

Cabo da Roca. Portugal.

Con el Audi RS5.

Audi RS5.

Parada en este pueblecito que está muy cerca del Cabo da Roca, para la foto. El Restaurante que aparece por detrás se llama ‘Pao de Trigo’. Tiene un aspecto apetecible.

Con ese coche y con estas ruedas, que no son ruedas cualquiera. Llanta de 20 pulgadas de diámetro y neumáticos de 275 milímetros de anchura.

Bridgestone Potenza. Llanta de 20 pulgadas

El Audi RS 5 tiene 450 caballos de potencia y tracción en las cuatro ruedas. Aquí está su ficha técnica. Y aquí el texto de información.

El RS 5 es uno de los pocos coches con los que hay que tener cuidado con el acelerador. En muchos coches, hoy en día, cuando quieres ir rápido, frenas mientras crees que hay que frenar y luego aceleras a fondo o casi a fondo. En el RS 5 no ocurre eso. Frenas mientras tienes que frenar y luego aceleras con cuidado. Las ruedas tiran del volante (la dirección es rápida y se siente bien) y hay que sujetar con fuerza, pero no gira con facilidad y es poco probable realizar las curvas con una trazada redonda, de una sola vez. Ni lo he probado muy rápido ni muchos kilómetros, pero suficiente como para darme cuenta de que no es un coche con el que esté cómodo. En cuanto aceleras en apoyo, el eje delantero se va en busca de la tangente de la curva y es necesario ahuecar un poco, volver a meter el coche y acelerar de nuevo con mayor suavidad. No es un coche de trayectorias limpias, o al menos yo no he sido capaz de llevarlo así.

Los asientos deportivos son casi de competición y sujetan bien el cuerpo. El cambio automático lleva levas en el volante, aunque yo siempre me siento más cómodo utilizando la palanca, que en el RS 5 se queda separada del conductor cuando se sitúa en modo manual.

Todos los peros que quieras, me digo yo a mí mismo, pero llegamos al fin del mundo. En un buen día, con ligera calima, hago estas fotos ‘onde a terra se acaba’  para quienes vienen siempre conmigo de viaje.

Cabo da Roca. Vista hacia el norte.

Cabo da roca. Vista hacia el Norte.

Cabo da Roca. Vista hacia el sur.

Cabo da Roca. Vista hacia el sur.

Cabo da Roca. Vista hacia abajo.

Cabo da Roca. Acantilado