Amigos y amigas,

¿Qué tal estamos?

Se acerca la navidad. A mí me la suda, porque a la única persona de mi familia a la que le gustaba de verdad la maldita navidad era a mi madre, y la pobre hace años que duerme el sueño eterno. Así que igual puedo celebrarla si me compro una ouija, pero poca cosa más.

La cuestión: no me aclaro si las autoridades quieren lo celebren ustedes, o que no lo celebren o ambas dos.

Cuando se aclaren, si se aclaran, yo se lo hago saber vía este mismo foro.

Pero pongámonos serios.

Hoy vengo a hablarles de dos cosas. Una que me ha gustado mucho y otra que me ha gustado menos.

La que me ha gustado mucho es Fatman. La locura esa de Mel Gibson haciendo de Papá Noel desquiciado. Me he reído como un animal.

Mírenla y la comentamos el domingo. En Amazon Prime.

La primera es 30 monedas.

Ya lo prometí en el anterior post, y aunque yo casi nunca cumplo nada de lo que prometo, esta vez voy a hacer una excepción.

30 monedas es la nueva serie de Álex de la Iglesia.

Él no necesita presentación, pero aun así se la voy a dar: Acción mutante, El día de la bestia, La comunidad, El bar, Balada triste de trompeta, etc.

Yo soy muy de la primera parte de su carrera y poco de las otras partes de su carrera, pero siempre hay cosas en sus películas que me interesan y acabo enganchado. Lo confieso.

Esta es su primera incursión en el mundo de las series (salvo error u omisión, que también puede ser) y lo hace con presu grande, casa grande (HBO) y su guionista de siempre, Jorge Guerricaechevarria.

¿El resultado? Bueno, pues irregular. Divertido, pero irregular.

Arranca con una suerte de atraco a un banco que ya da la idea del tono salvaje de la propuesta, con un punto gore, otro punk y mucha sorna. La marca de la casa, vamos.

La cosa: en un pueblo de Segovia una vaca da luz a un niño. O eso parece. El recién llegado cura del pueblo irrumpe en el misterio para tratar de aclarar lo sucedido. Pero la realidad es tozuda y Álex de la Iglesia aún más, y todo acaba convertido en un gigantesco quilombo.

Lo mejor es Eduard Fernandez de cura que te suelta una hostia y te arranca la cabeza, que es como una versión hipervitaminada del personaje de Álex Ángulo (otro cura) en la mencionada El día de la bestia. Por lo demás, un arranque fabuloso y los altibajos de siempre en la obra del señor De la Iglesia, al que a veces se come su propia sombra. Es lo que tiene ser siempre bigger than life.

Ojo, no digo que sea una mala serie, ni mucho menos. Pero a veces se echa de menos cierta contención, cierta calma. En 30 monedas a veces da la impresión de que todo avanza a trompicones, de que se suelta sobre el espectador un chorro de escenas y ya te apañarás.

Así que aquellos/as de ustedes/as que disfruten los excesos, encontrarán en esta serie un bonito ajuar de locuras. Los que prefieran algo menos acelerado, mejor que se pongan Gambito de dama.

Mi consejo final: pónganse el piloto (si no me han engañado, se estrena el domingo en HBO) y si no les convence no sigan. Porque ese es el episodio más ‘normal’.

Hala, les dejo.

Abrazos/as,

T.G.