Bueno chavales/as, ya está aquí de nuevo el papi del cine moderno, el realizador James Cameron, que ha presentado el primer trailer de su nuevo y esperadísimo proyecto, Avatar.

Las reacciones al trailer mencionado han oscilado entre el “maravilloso” o “impresionante” al “flojo” o “malo” e incluso “mediocre”.

Yo me sitúo (para que quede claro) en los de “maravilloso” después de haber visto el trailer en 1080p (lo podéis ver aquí) en una pantalla de ordenador de unas cuantas pulgadas. Además no hay que olvidar que esta película ha sido concebida y ejecutada para proyectarse en 3D con lo cual un tanto por ciento muy elevado de la textura e intención de las imágenes se pierde ya de entrada.

Dicho esto, no voy ahora a empezar a poner pegas a uno de los títulos más esperados de los últimos tiempos. Y no voy a hacerlo porque aquí un servidor es un fan del maestro Cameron: un señor que ha hecho cosas como Aliens, el regreso, Terminator & Terminator 2 o The Abyss. Y que conste que también defenderé sin recato tanto Mentiras arriesgadas como Titanic.

Ahora que ha quedado clara mi postura hablaremos un poco de Avatar para aquellos afortunados que hayan logrado esquivar el alud de rumores, filtraciones y desvaríos que ha generado el filme: Avatar se sitúa en un planeta habitado por humanoides a los que la raza humana no resulta –por así decirlo- demasiado simpática. Para poner remedio al tema hasta allí se desplazan unas cuantas divisiones de marines dispuestos a poner el planeta patas arriba. El Avatar del título son un seres azulones, de dos metros y medio que combaten para los humanos…a través de un sistema que permite al marine ver y sentir lo que hace el bicho en cuestión… Y no digo más.

Para afrontar la misión de rodar una película que ha costado (según fuentes solventes) unos 240 millones de dolares y en la que Cameron ha invertido cinco años de su vida, se han construido unas cámaras capaces de rodar directamente en 3D sin necesidad de pasar por un proceso de postproducción. Una muestra más de lo chiflado que está este director, obsesionado con la técnica tanto o más que Robert Zemeckis (el tipo que nos ofreció cosas como ¿Quién engaño a Roger Rabbit? o la trilogía de Regreso al futuro) y capaz de cualquier cosa para llegar a donde pretende.

No tengo ninguna duda de que está película va a ser un reventón descomunal en taquilla (más les vale) pero lo que no acierto a preveer es si realmente va a cambiar el mundo del cine, tal como pretende su director, o si va a ser otra película de ciencia-ficción rompetaquillas.

Nos queda una larga espera (la película no se estrena hasta diciembre) pero seguiremos informando.

Buen fin de semana,

T.G.