El CL se maneja bien para su tamaño, sobre todo con el sistema de ayuda al aparcamiento, pero no deja de ser un coche de cinco metros; requiere paciencia y maniobras en algunos garajes. Sería mejor que el sistema de ayuda al aparcamiento (Parktronic) tuviera algo más de precisión, porque no distingue estar a 20 cm de un obstáculo de estar tocándolo. La visibilidad es buena si consideramos que se trata de un cupé. Como en casi todos estos modelos, molesta el montante trasero.
El puesto de conducción es muy bueno. Me ha gustado especialmente el sistema «COMAND» de mandos en el volante, con la que se pueden manejar prácticamente todas las funciones del coche. Me parece más útil y fácil de aprender que los sistemas basados en un mando de Audi (MMI) y BMW (i-Drive).
El asiento es muy bueno porque tiene muchas posibilidades de ajuste, incluidas intensidad y altura del apoyo lumbar y dorsal, y posibilidad de abrir o cerrar los flancos del respaldo, para que se adapten a la complexión de cada usuario.
Tiene de serie la función de «masaje», que consiste en que el cojín inflable de apoyo lumbar da pulsaciones durante ocho minutos. Me parece un sistema útil en viajes largos, especialmente si el conductor tiene la precaución de utilizarlo antes de sentir cansancio en la espalda (mejor que después).
Es opcional la ventilación y calefacción de los asientos, y me parece muy recomendable esta opción. La ventilación de los asientos me ha parecido menos eficaz que en el Clase E, pero quizá se debe a que lo he probado con menos calor. La tapicería de serie es de napa, muy suave y agradable pero delicada.
No me gusta tanto el volante, en parte de cuero y en parte de madera; como adorno no lo discuto pero, para conducir, la madera le sobra.
Delante no hay problemas de espacio para los conductores altos y los bajos se pueden acoplar bien, porque la amplitud de los ajustes es grande. Detrás falta espacio longitudinal y existe el inconveniente de que no se pueden meter los pies por debajo de los asientos delanteros.
Como atrás no sobra espacio, los pasajeros se pueden sentir intimidados por el automatismo que retrasa al máximo el asiento del conductor, para facilitar su salida; es mejor desconectar este automatismo si se utilizan a menudo las plazas traseras. El acceso a las plazas traseras es bueno, si se tiene paciencia bastante para que un sistema automático lleve los asientos delantero a su postura más adelantada (tarda un poco).
El maletero no es grande con relación al tamaño del coche, pero sí más que suficiente para el equipaje normal de dos personas. La tapa se puede abrir automáticamente, pero hay que tener cuidado porque la impulsan unos muelles y lo hace deprisa; conviene verificar que no hay nada alrededor al abrirla.