Plazas delanteras y traseras
El Alfa Romeo MiTo tiene unas plazas traseras pequeñas y unas plazas delanteras que destacan por la calidad de sus asientos y por la posición de conducción.
Los pedales están bien colocados y el volante, para mí gusto, también. Hay algunos conductores a los que les ha parecido que queda ligeramente alto en su posición más baja si el asiento se sitúa en el nivel inferior; a otros su aro les parece de excesivo diámetro para un coche de tintes deportivos —yo no asocio necesariamente un volante pequeño a un coche de cualidades deportivas.
En un vehículo cuyo habitáculo sea muy poco espacioso, un volante pequeño puede facilitar el acceso al interior o la salida del conductor. No es el caso del Alfa Romeo MiTo, que tiene un puesto de conducción amplio—.
El puesto de conducción falla porque la visibilidad es mala hacia atrás y en tres cuartos traseros; la ventanilla trasera es pequeña y los montantes laterales son muy gruesos.
Atrás hay poca anchura, pero suficiente para dos ocupantes. Por espacio para las piernas y por altura es cómodo para personas de hasta 1,75 m. Las personas algo más altas se ven perjudicadas porque el guarnecido del techo, en sus uniones con los laterales de la carrocería, sobresalen mucho.
Aunque pequeñas, estas plazas traseras no son tan inadecuadas para transportar pasajeros como las de, por ejemplo, un SEAT Ibiza. En el MiTo, la quinta plaza es una opción que cuesta unos 260 €.
Cuando se abaten los asientos delanteros el hueco que queda para pasar atrás es amplio. Los dos asientos delanteros regresan a la posición inicial después de desplazarse hacia delante, para facilitar el acceso a los asientos posteriores.
Materiales y huecos para obejtos
El interior del Alfa Romeo MiTo tiene buen aspecto, mejor que el de otros coches de su tamaño. Ahora bien, en este sentido, no encuentro una diferencia notable que por sí sola justifique la compra del MiTo. Por ejemplo, un Fiat Punto tiene muchos recubrimientos y mandos idénticos a los del MiTo; otros no, por ejemplo, la superficie de las puertas y del salpicadero tienen un material mucho más agradable en el Alfa Romeo.
Tiene ciertos detalles impropios de un coche de su precio: los espejos de cortesía son de escasa calidad y el del acompañante no va cubierto con una tapa. Los dos tienen luz, pero no hay un mecanismo previsto para que se desconecte cuando se deja de hacer uso del espejo. El tapizado del techo va deficientemente sujeto en ciertas partes ya que se levanta o se hunde con facilidad.
Además, ninguna plaza tiene asideros en el techo. Lo que sí que hay en el techo de las plazas traseras son dos perchitas para colgar una prenda de ropa —no es el mejor sitio pues si se cuelga ahí una chaqueta, el posible pasajero irá incómodo—.
El respaldo de los asientos posteriores queda horizontal cuando se abate. Para conseguirlo, hay que hacer bascular previamente la banqueta sobre su anclaje delantero y colocarla en posición vertical. Queda un escalón grande entre la superficie del maletero y el respaldo de los asientos.
Hay huecos en las puertas delanteras para llevar botellas de medio litro, un portalatas delante de la palanca de cambios y otro hueco utilizable para dejar la cartera en el vértice entre el salpicadero y la consola central. En el salpicadero, por delante de la rodilla izquierda del conductor, hay un cajetín profundo. Ninguno de estos huecos tiene un fondo de goma para evitar que se mueva lo que ahí se deposita.
Maletero
Tiene una capacidad de 270 litros. Es un volumen similar al de otros modelos como el Ford Fiesta, el KIA Rio o el Peugeot 208. Un Audi A1 tiene la misma capacidad, mientras que un MINI tiene mucho menos (160 litros). Con rueda de repuesto de emergencia, que es la que viene de serie, el maletero es muy profundo. Esto implica que para cargarlo o descargarlo hay que superar un borde elevado, hay que levantar mucho los objetos.