Ayer durante una cena, uno de los comensales relató que Martín Varsavsky recomendó hace poco a sus lectores los beneficios de llevarse el dinero fuera de España. Martín Varsavsky ha borrado esa entrada de su blog (yo no la he leído) y ha pedido disculpas por haber publicado esa opinión.

El comensal en cuestión es el responsable de una empresa de esas que se dedica a gestionar el dinero ahorrado de otras personas. Dijo lo siguiente:

«Varsavsky tiene razón. Pero eso no se puede decir en público. Yo le recomiendo a mis clientes que compren activos radicados fuera de España, pero nunca lo diría en público. Si lo dices generas pánico. Si los 50 blogueros que escriben sobre finanzas en España recomendaran que sacáramos nuestros ahorros del banco y de empresas españolas y que lo invirtiéramos fuera del país, serían ellos mismos los que desencadenarían la catástrofe. Por eso no se puede decir en público. Pero como yo estoy convencido de que la moneda española sufrirá una fuerte devaluación, sí se lo digo a mis clientes. No hace falta sacar el dinero de España. Basta con comprar deuda pública alemana o acciones de empresas de Estados Unidos. Dejar el dinero en España es correr riesgos innecesarios. Sacarlo fuera no supone ningún riesgo. Es una estupidez asumir riesgos sin posibilidad de ganar nada. Por tanto, lo racional es sacar el dinero»

Desconozco si la opinión de este comensal, al que no conocía de antes, está bien fundamentada o no. Lo que sí sé es que comparto su opinión sobre que correr voluntariamente riesgos innecesarios sin posibilidad de ganar nada es estúpido. (Lo que no está nada claro en este caso es que no haya posibilidad de no ganar nada si dejamos el dinero en el mismo lugar que siempre).

Por tanto, si de verdad existe un riesgo y si pensamos que no tenemos ninguna posibilidad de obtener beneficios a causa de este riesgo, parece razonable sacar el dinero de España. Podemos tener en cuenta otros aspectos, como la responsabilidad individual y el compromiso con una sociedad de la que formamos parte. Pero eso son cuestiones personales. Si la ley no impide comprar acciones de una plantación de maíz en EE.UU. es legal comprarlas y al hacerlo cumpliríamos con los deberes autoimpuestos por la sociedad sin nada que reprocharnos.

Con todo, aparte de la preocupación de cada uno con su dinero, lo que de verdad me importa de este asunto es la autorrestricción sobre la divulgación de una opinión. No se trata de información privilegiada, porque aquí no hay información, sino opinión. Pero que la propia persona que tiene una opinión considere que su opinión es peligrosa en manos de toda la sociedad me parece estrambótico. ¿Sería peligroso que todos tuviéramos la misma cantidad de información que los mejore informados y que todas nuestras opiniones sobre este asunto coincidieran? ¿Peligroso para quién?

Es cierto que si todos los españoles corremos a nuestro banco y retiramos los fondos podemos crear un problema donde podría no haberlo. Si lo hubiéramos hacho hace seis años, cuando nadie cuestionaba la fortaleza de la economía española, también hubiéramos creado un problema.

Sin embargo, no divulgar esta opinión supone limitar las opciones de muchos ahorradores y los somete a la obligación de correr riesgos quizá innecesarios.

En mi opinión, la única forma de convertirnos en una sociedad adulta es mediante la transparencia y libre circulación de informaciones y opiniones. Si un comentario de este tipo genera pánico en la población y crea un problema donde no existía ¿Es correcta la solución de evitar la libre circulación de ideas, información y opiniones? ¿Puede ser la información y las opiniones responsables de algo? Conceptualmente me parece insostenible. La responsabilidad no puede ser de las opiniones ni de las ideas. si su divulgación desencadena pánico, tendremos que analizar las causas del pánico y trabajar en el sentido correcto, en el de la plena información y no en el de poner coto a las ideas y al conocimiento.

Recuerdo que durante los años más fogosos de la burbuja inmobiliaria nadie quería mencionarla. Se hablaba de aterrizaje suave de la economía y de otro tipo de eufemismos. Nadie se atrevió a llamar a las cosas por su nombre y el bofetón ha sido espeluznante. Ahora, si hay riesgo elevado de devaluación de la futura moneda española (en el caso de que lleguemos a ella), un periodista y un buen vecino tiene que advertir a sus vecinos. Para mí es incoherente decírselo a mi familia y no decirlo a voz en grito por la calle. Si es bueno que lo sepa mi familia, también debe de ser bueno que lo sepan mis vecinos.

¿Tenemos que cortarnos los periodistas? ¿Tenemos que callarnos y trabajar con «opiniones para privilegiados»? Me gustaría saber los argumentos por los que Martin Varsavsky eliminó la entrada de su blog y conocer su opinión. ¿Debería yo eliminar esta entrada? Debería renunciar a contarle a ustedes que hay personas con mucho dinero que están retirando sus fondos de España porque consideran que el riesgo de devaluación es elevado. ¿Sería responsable si me callara o sería un cínico?

Por si les sirve de algo, yo no sabría qué hacer ahora con mi dinero. En el caso de que lo tuviera. Tampoco tengo claras las respuestas a mis preguntas. Espero que avancemos en el conocimiento mientras las contestamos.