¿Han visto ustedes alguna vez una oveja de cerca? ¿Pero de cerca cerca? Yo pensaba que sí, que la había visto, pero hoy me he dado cuenta de que no. Hoy me he encontrado con una oveja que se me quería acercar más y más, quería que la quisiera, quería… y era enorme. Ustedes pensarán que soy un cobarde. Piensan bien. La oveja me daba miedo cuando se acercaba hacia a mí, balando desesperada.

A ver si se lo cuento desde el principio. Iba yo con el i10 por la carretera, probando el coche como cualquier mañana de domingo laborable, y he visto a lo lejos una oveja en mitad de la carretera. He frenado, me he acercado a ella despacio, me he metido en el carril contrario que era donde estaba la oveja, con la intención de asustarla para que se fuera de la carretera. Pero la oveja no se iba. al contrario de lo que estoy acostumbrado a ver, no se asustaba. Qué va. Balaba y se pegaba al coche. Yo, con la ventanilla abierta, agitaba el brazo y le decía procacidades en el lenguaje más parecido al ovejil que conozco. No me hacía ni caso.

Oveja presuntamente embarazada sola en una carretera

Primera foto a la oveja, desde dentro del coche. Quería asustarla. Estaba claro que yo no le daba ningún miedo.

La oveja era un peligro en mitad de la carretera, porque en una mañana calimosa, los contrastes entre la oveja y el asfalto no eran evidentes. En fin, me parecía un riesgo grande dejar a la oveja balando en mitad del asfalto.

Oveja lastimera pidiendo amor por compasión

La oveja, al principio, sólo me imploraba con la mirada

He aparcado el coche a la derecha, he bajado para avisar a quienes vinieran en uno y otro sentido y he llamado al 112. En la zona no había ni rastro de rebaño y tampoco de pastor. Al 112 le he dado las coordenadas lo mejor que he sabido. He pedido a otro coche que se parara por si era de la zona y conocía el número de la carretera. En el 112 me han puesto con la Guardia Civil, que por teléfono no me ha dicho si iban a venir o no. Sólo me han preguntado la carretera.

La oveja reclamaba ayuda. No necesitaba hablar.

Pedía ayuda desesperadamente. No necesitaba hablar lengua romance para que la entendiera.

La pareja que venía en el otro coche dudaba de si la oveja estaba a punto de parir o si acababa de parir. A mí me extraña que un pastor abandone a una oveja a punto de parir, pero por lo gorda que estaba me daba la impresión de que todavía no había parido. Mi experiencia en estas vicisitudes es nula.

Se ha acercado a la puerta del coche y parecía pedir que la subiera. De hecho, lo pedía. Lo ha pedido por los dos lados. con claridad. Pero ¿Para qué iba a subirla? Sin contar el miedo que me daba ese bicho enorme con esa boca enorme que balaba, pedía y tenía espasmos. Ella, desde luego lo ha intentado. Por un momento he dudado. ¿Pero dónde la metía y que podía hacer con ella?

Hyundai i10. La oveja quiere entrar.

Al ver la foto dudo de si ha querido abrir ella la puerta para entrar

Desde tan cerca, yo la imaginaba que me agarraba del brazo, me hacía sentar al volante y me obligaba a llevarla al hospital. Lo pedía por los ojos y yo estaba asustado de que utilizara la boca para conseguirlo. Pero, a la vez, me hubiera gustado llevara a un veterinario, a algún lado, y no dejarla sufriendo.

Oveja persistente. Hyundai i10

si yo me alejaba, venía a por mí

Finalmente unos minutos después de nuestro primer encuentro, en vista de que yo no hacía nada por ella, ha decidido abandonarme y tirarse al monte. Primero por el margen derecho de la carretera en mi sentido de marcha. Luego ha vuelto a cruzar, ya lejos del coche. Creo que ha mirado desde lejos, en un último intento, desde el centro del carril.

Oveja parada en mitad de la carretera. Mira hacia el fotógrafo.

La oveja en el centro de la carretera suponía un peligro evidente para los automovilistas

A la izquierda de la foto se adivina el camino por el que se ha ido con un balido lastimero a trote entre cansino y enérgico. Un camino perpendicular a la carretera. Se ha alejado mucho.

No sé si estaba enferma, no sé si acababa de parir, no sé si iba a parir, pero me daba pena y miedo, todo a la vez. ¿Dónde estaría su pastor y el resto del rebaño? ¿La habrían abandonado por estar enferma?

He vuelto a llamar al 112 para decirles que la oveja ya se había marchado. No sabía si la guardia civil estaba en camino o no, no sabía si quedarme para indicarles o si me podía ir porque no iban a venir.

Le he preguntado a la chica que me ha contestado en el 112. «Usted váyase si se tiene que ir». Les cuesta informar. ¿Viene o no viene la Guardia Civil? Si viene ¿cuánto calculan que tardan? ¿Les es útil que me quede para indicarles el camino por el que se ido la oveja, para buscarla, o importa poco que se quede trotando alrededor de la carretera?

Una vaca en la señal, avisa de la presencia de animales sueltos

Es cierto que la carretera está llena de señales de animales sueltos, que hay que conducir con cuidado. Pero no creo que uno espere nunca encontrar una oveja suelta por la carretera, sin rebaño. Es un bicho que se ve particularmente mal y a la vez es muy grande y puede ser letal impactar contra él, porque es alto y puede colarse por el parabrisas.

En fin, he estado esperando una media hora más por la zona, midiendo y mirando el coche para ver si volvía la oveja o si aparecía la Guardia Civil. No ha ocurrido ninguna de las dos cosas. No sé si una oveja es capaz de parir sola en el campo y cuidar con éxito de sus crías. Esta tenía espasmos. Quizá fueran contracciones.

Cuando vi parir a mis perras, se apañaban solas. Pero se tumbaban debajo de una cama y nosotros las mimábamos y las jaleábamos cada vez que daban a luz un cachorro. Era espectacular ver como lo limpiaban con la lengua, a revolcones, y cómo el perrito iba inmediatamente en busca de la teta espatarrado, braceando, y con los ojos cerrados.

¿Por qué estaría abandonada si iba a parir? Ella me pedía ayuda y a mí me daba miedo.