Gracias, Pepe

No espero a que mueras para escribirte esto. Esto es una carta. No quiero sólo presumir ante los demás de mi cercanía contigo. Quiero decírtelo a ti. Para que tengas la posibilidad de saber que me has hecho mejor persona. He aprendido tanto de tu generosidad, aunque no sea capaz de aplicarla. He aprendido tanto de tus conocimientos, aunque no sea capaz de retenerlos. He disfrutado tanto contigo, que sé que soy un privilegiado entre los seres humanos.