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El sector del automóvil europeo pasa por momentos de (mucha) incertidumbre. Tras el parón de producción y ventas durante la pandemia de la COVID, llegaron los problemas logísticos (escasez de chips y dificultades en el transporte) seguidos de La electrificación y el desembarco de las marcas chinas.

A España esto nos afecta directamente, somos en noveno país en número de automóviles fabricados con unos 2,4 millones en 2024. En Europa solo nos aventaja Alemania. En nuestro país se fabrican, a fecha de hoy, modelos del Grupo Volkswagen, de Ford, de Mercedes-Benz, de Renault (y Mitsubishi) y de Stellantis.

MarcaLocalización
Grupo VolkswagenMartorell (Barcelona) y Pamplona
FordAlmussafes (Valencia)
Mercedes-BenzVitoria
Renault Palencia y Valladolid
StellantisMadrid, Vigo y Figueruelas (Zaragoza)

Donde dije digo, digo Diego

La electrificación forzosa no avanza al ritmo planeado por los políticos. Las causas son varias. Esto ha obligado a las marcas europeas a replantear sus inversiones.

«Nunca habrá un Fiat 500 de combustión con esta plataforma». Fiat estaba convencida de que así sería cuando lanzó el 500e en 2020. Actualmente está fabricando una versión con hibridación. El caso de Fiat es un ejemplo de varios posibles. De decisiones que han tenido que ser reconsideradas. La realidad manda y rectificar es de sabios. Y en estos casos, necesario.

Orient Express

La locomotora china se empezó a frenar al principio de la década actual. Las ventas de coches, que estaban desatadas, comenzaron a enfriarse. La producción se ha ido transformando en sobreproducción, con un mercado interno que no era ni es capaz de absorber lo fabricado (en 2020, China fabricó unos 25 millones de automóviles; en 2024, más de 31 millones, un tercio de la producción mundial).

La solución: exportar. Algunas marcas chinas comenzaron a tomarse en serio el mercado europeo como solución a su capacidad productiva. La primera, MG. Tras MG el listado no ha parado de crecer, unas con mayor músculo y fortaleza de intenciones —como Omoda y Jaecoo— que otras —Livan, XPENG—.

Una vez sembrada la semilla en el consumidor europeo y viendo que este es receptivo a unos productos que pueden competir con los nuestros y ante la presión de los aranceles —una guillotina que está siempre ahí arriba y que no se tiene nunca la certeza de cuándo va a caer y cómo de afilada estará—, empezaron nuevos movimientos: EBRO.

EBRO EV Motors es una empresa de capital español que se ha asentado en las antiguas instalaciones de Nissan en Barcelona para, de momento, hacer un montaje final y, más adelante, fabricar modelos de Chery con algunos cambios de aspecto y distintos logotipos. Así, Chery (que se ha asociado con EBRO EV Motors en la compañía Ebro SUV Manufacturing) tendrá acceso al mercado europeo sin la penalización por ser un fabricante chino.

¿Leapmotor al rescate?

El desembarco de Chery con producción local es por ahora casi único en el continente, dado que BYD todavía está decidiendo dónde instalar su primera planta de producción europea.

Quien ya lo tiene claro es Leapmotor. Este fabricante chino (del que Stellantis es propietaria del 20 %) va a fabricar sus coches en Zaragoza. Los rumores llevan tiempo circulado (y los chinos por la fábrica maña), aún se espera la confirmación oficial, pero varios medios chinos ya han publicado que la planta de Stellantis Figueruelas fabricará no solo un modelo, sino dos: el B10 y el B05.

La decisión es muy importante dado que apuntala el futuro de la factoría, donde actualmente Stellantis fabrica los Corsa, 208 e Ypsilon, que serán reemplazados próximamente por modelos con la nueva plataforma STLA Small.

B10, uno de los dos modelos «maños» de Leapmotor.

Que Leapmotor se haya decantado por la planta zaragozana no es casualidad. Figueruelas ha sido y es una de las mejores fábricas europeas de Stellantis, con una capacidad de producción que llegó en 2023 a los 365 739 vehículos y una industria auxiliar próxima, en la que destaca sobremanera la nueva gigafactoría de baterías de CATL.

Como ya contamos aquí en diciembre de 2024, Stellantis y CATL habían firmado un acuerdo para construir una enorme fábrica de baterías junto a la factoría de Figueruelas. Semejante inversión (unos 4.100 millones de euros) era evidente que se tomó con la intención de que en esa planta se incrementase la fabricación de coches eléctricos.

La llegada de Leapmotor no es sino un paso más en esta partida de ajedrez industrial en la que otro fabricante asiático se convierte en local. Un movimiento que a Leapmotor le permitirá aumentar y acelerar su expansión en Europa y a Stellantis (además de generar nuevos ingresos), tener otra pata con la que mantener una de sus fábricas.