Queridos y queridas,

Estamos otra vez camino del Apocalípsis, porque ese es nuestro destino. Caminar por el alambre una y otra vez para volver a caer al abismo, para volver a subir por la colina, para volver a encaramarnos al cable, para volver a caer al abismo y volver a subir por la colina.

No hay manera de salir de este maldito bucle. Ojalá para navidades del año que viene estemos ya bien, pudiendo ir a los bares, a los cines, a las tiendas. Pudiendo abrazarnos como solíamos hacer. Doy por perdido este año y la mitad del siguiente: al resto no me van a hacer renunciar.

En fin, amigos y amigas. Yo sé que saldremos de esta, pero no sé cuándo, ni cómo, ni en qué condición. Ya les digo que mejores no va a ser.

Esta semana me he visto la secuela de Borat.

Me he reído algunas veces (no vamos a ponernos dignos), pero en general me ha parecido mucho peor que la anterior, una vez perdido el factor sorpresa. Aun así, entiendo que guste porque hay un factor de disrupción bastante salvaje en el hecho de ver a un chiflado haciendo chifladuras. A veces, se puede intuir que el tipo se ha jugado el pellejo, como en ese encuentro de tarados rednecks en medio de ninguna parte en el que el tipo se hace pasar por una suerte de cantante.

Y escenas brillantes como de la jaula o la de los fax.

Pero, en general, se nota que una vez conoces la receta, el producto no sabe igual.

Me gusta el planteamiento y el desenlace, pero creo que la fórmula se acaba aquí.

Está en Amazon Prime, échenle un ojo.

La otra película que he visto y espero que pronto puedan ver ustedes (va a ser ya 2021) se llama Unhinged. Creo que aquí van a llamarla ‘Salvaje’.

Imaginen Un día de furia con un toro de 800 kilos totalmente desencadenado, sin ningún tipo de matiz, con ganas de matar con cualquier excusa de mierda. Luego pónganle a ese toro la cara de Russell Crowe (lejos queda su cuerpo Danone de Gladiator) dispuesto a demostrar que puede ser un malo cojonudo. Eso sí, no le pidan a la película un mínimo de coherencia o un argumento brillante, porque no lo tiene.

Salvaje arranca con una tipa que llega tarde a trabajar y tiene un pequeño incidente (un bocinazo) con un señor que conduce una pick-up.

El problema es que el señor está como las maracas de Machín y empieza a perseguirla con una misión muy específica: volverla tarumba/matarla.

La película es tan loca, tan caótica, tan desacomplejada, tan gore, que te sientas en el sofá, te pones un bol gigante de palomitas y te lo pasas pipa. Es ver a un tipo gigante cargándose todo lo que camina sin necesitar ningún tipo de excusa.

De hecho, cuando la vean, recuerden la escena de Crowe con el abogado en el bar y piensen en que se lo advertí.

La película tiene distribución en España, pero dudo mucho de que se estrene en cines. No está el panorama para estrenos, así que yo le veo más en una plataforma este mismo mes de noviembre.

Si la tienen a mano, no se la pierdan. Es una de esas tonterías que le alegran a uno la tarde. O la noche.

Abrazos, cuídense muchísimo,

T.G.