Hoy es uno de esos días en los que no debería haberme levantado de la cama.

Ayer hizo ocho años que murió mi madre y no es fácil recordarlo. Así que ya empecé el día torcido. Luego siguió con un desplante muy gordo y una discusión envenenada con alguien a quien quería mucho (me jode decirlo en pasado, pero las cosas son como son) y ya me levanté hoy como si me hubiesen golpeado en el alma con un martillo pilón.

En fin. Este es un blog de cine, pero ya hace tantos años que ando por aquí que en cierto modo son ustedes mi familia. Una familia que no me toca los cojones, a la que no veo en nochevieja y que no me juzga (al menos en persona).

Si a todo lo dicho sumamos una preocupación cada vez más creciente por mis finanzas, porque es muy (muy) complicado vivir siendo autónomo. Parece que no le importamos un pito a nadie. Bueno, voy a rectificar: no le importamos un pito a nadie.

En agosto he vivido de lo que me pagaron en julio; en septiembre no voy a tener un pimiento de lo que vivir porque en agosto todos los departamentos de administración de este país están cerrados. Tengo buenos amigos, pero uno no puede depender siempre de la caridad de los suyos: no tengo veinte años, todo este vivir sin red me parece puramente inquietante.

Y ni siquiera hemos acabado este año.

En fin, perdonen la intromisión personal en los asuntos cinematográficos: a veces me cuesta menos ejercer mi derecho a la queja (y la tristeza) en este foro.

Tampoco en la parte audiovisual soy portador de buenas noticias: hoy he visto Los nuevos mutantes.

Vamos a ver: esta película es un intento (el primero; habrá muchos más) de reconectar al público base con la franquicia de los X-men, o la patrulla X. Las últimas películas de la saga han sido un horror y ahora que el asunto ha pasado a manos de Disney, la compañía va a empezar a tomar cartas en el asunto.

La cosa es la de siempre: un grupo de chavales con poderes extraordinarios que tienen que combatir a un mal mayor. Aquí la cosa arranca con un chaval que se despierta atado a una camilla en lo que parece ser una clínica para estudiar a los mutantes. Allí se da cuenta enseguida de que hay más mutantes en el lugar y de quizás entre todos/as puedan deshacerse de sus carceleros.

El problema es que al ser una producción Disney, pensada para el público juvenil, cualquier rastro de cine adulto ha sido borrado. Los protagonistas bailan, ríen y se caen muy bien entre ellos, pero no hay atisbo de nada mínimamente interesante. Es como una especie de High-school musical con mutantes. Todo es inofensivo, los malos son risibles y lo que debería haber sido una historia de Orígenes (en los que se cuenta de dónde procede el súper-héroe de turno), es una peliculilla de adolescentes que tampoco brilla demasiado en ese aspecto.

Es verdad que tiene algunos detalles interesantes (sobre todo cuando sugiere que hubiera podido ser una película de terror cojonuda), pero en general me parece tan fallida como cualquiera de esos intentos de llevar a los 4 Fantásticos a la gran pantalla.

Así que ni siquiera en eso he podido -al menos- apaciguar un poco la negrura del día.

A ver si mañana, o el viernes, o la semana que viene.

¿Quién sabe?

Les envío un abrazo fuerte, familia.

T.G.