¿Qué tal están ustedes/as?

Les escribo desde una Barcelona que se parece muchísimo a Coruña: ventosa, lluviosa, nublada y fría. Lo que pasa es que en A Coruña sería un mal día y aquí es el Apocalipsis. Total, que este temporal se nos ha cargado unas cuantas playas, desbordado ríos, inundado calles y arrancado de cuajo una tonelada de árboles.

Así que les dejo esto por aquí antes de que muramos todos y ya no pueda escribir nada más.

Como tengo mala memoria, soy incapaz de recordar si les hablé de Evil. Lo que sé seguro es que no les he hablado de Lincoln Rhymes.

Puede que me repita con la primera serie (ahora en AXN), pero seguro que no me pasa con la segunda.

Vi Evil cuando empezó a emitirse en CBS, gracias a mi password de CBS All-Access con el que alguien me obsequió hace un tiempo, convencido de que yo era un periodista serio. El show era de los responsables de The good wife y The good fight, por lo que parecía estar en buenas manos, y cuenta la historia de una perito en psiquiatría que un día pierde su trabajo, y es contratada por un tipo que resulta ser un enviado del Vaticano. El fichaje en cuestión se produce para que ella ayude al (ex) cura a discernir si hay algún caso de posesión real que necesite de los servicios de un sacerdote o si, por el contrario, son todos simples enfermos, farsantes o personas con mucha imaginación.

Así arranca la serie, que después despliega un arsenal de recursos narrativos que provocan que el espectador pase del escepticismo a la fe y de la fe al escepticismo en cuestión de segundos. Un minuto uno cree que está presenciando al mismísimo Satanás en acción y al siguiente que aquello es una pantomima.

Luego arranca el juego de verdad, cuando la psiquiatra empieza a tener extraños sueños en los que se le aparece un demonio negro de ojos amarillos. El asunto empieza a tener una incidencia real sobre su vida y… hasta aquí puedo leer. Solo quiero decirles que es una serie sumamente inquietante, muy inteligente en su planteamiento y con un villano descomunal, el gran Michael Emerson, que demostró su carisma en maravillas como Person of interest y cosillas menos importantes como Perdidos.

La otra serie del día es Lincoln Rhymes.

A los cinéfilos les sonará el nombre por el personaje que interpretó Denzel Washington en una película llamada El coleccionista de huesos, con la grata compañía de Angelina Jolie. La peli adaptaba una de las novelas de la saga de Lincoln Rhymes, un investigador especial que persigue a un terrible asesino en serie hasta que sufre un grave accidente.

Y miren, debo decir que no esperaba nada del show, acostumbrado como estoy a tragarme porquerías del tamaño de un piano de cola, y que sin embargo me pareció notable. Digno, entretenido, con dos actores estupendos al timón (Claire Coffee y Russell Hornsby) y una trama que se mueve con gracia. Así que llevo dos episodios y estoy la mar de satisfecho con la serie en cuestión.

Obviamente, hay suspense, sangre y hasta unas gotitas de terror: lo suficiente como para que quieras volver a por más la semana siguiente. No es de Netflix, ni de Amazon, así que cuelgan un episodio a la semana y a mí me parece fabuloso que sea así.

Así que apúntenlas junto con El visitante (HBO) y ya tienen tres cosillas que les amenizarán unas horitas sin hacerles sentir estúpidos. En los tiempos que corren, estarán conmigo en que no es poca cosa.

Abrazos/as,

T.G.