Las luces de emergencia, conocidas popularmente como warning, forman parte del equipamiento básico de cualquier vehículo y su función es advertir de una situación anómala, es decir, de emergencia. Sin embargo, su uso en atascos, retenciones o circulando a baja velocidad genera muchas dudas entre los conductores. ¿Es correcto activarlas cuando el tráfico se detiene de forma brusca? ¿Pueden sancionarnos por llevarlas encendidas más tiempo del debido? La normativa española no siempre es intuitiva, pero sí bastante clara si se interpreta correctamente.
Cada vez parece haber más coches, y con ello más atascos, especialmente en las entradas de las ciudades y en vías rápidas, por lo que entender cuándo el uso de los warning mejora la seguridad y cuándo puede generar confusión es clave para una conducción responsable.
¿Qué dice la normativa?
El Reglamento General de Circulación establece que las luces de emergencia deben utilizarse para advertir al resto de usuarios de la vía de una situación de peligro o de una anomalía en el vehículo que obligue a circular a velocidad anormalmente reducida o a detenerse. Es decir, no están pensadas como un elemento de cortesía ni como un aviso para indicar que vas despacio, sino como una señal clara de riesgo.
En ese sentido, su uso está plenamente justificado cuando el vehículo queda inmovilizado en la calzada por una avería, un accidente o cualquier circunstancia que suponga un obstáculo inesperado para el resto del tráfico. También es correcto activarlas si se circula de forma puntual a una velocidad muy inferior a la del resto de vehículos por una causa excepcional, como un fallo mecánico grave.
El problema llega cuando se utilizan de manera preventiva o sistemática en situaciones que ya son evidentes para el resto de conductores, como un atasco o una retención perfectamente visible desde la distancia.

Cuándo sí usarlas en atascos y retenciones
En una retención normal, en la que el tráfico avanza lento pero de forma previsible, no es correcto circular con las luces de emergencia encendidas. En estos casos, el uso continuado de estas luces puede incluso ser contraproducente, ya que imposibilita el uso de los intermitentes y dificulta la comunicación de maniobras como pueden ser un cambio de carril o una incorporación.
Distinto es el caso de una detención brusca e inesperada, especialmente en vías rápidas o autopistas. Si el tráfico se detiene de forma súbita tras una curva, un cambio de rasante o un accidente, activar las luces de emergencia durante unos segundos puede ayudar a alertar a los vehículos que llegan por detrás y reducir el riesgo de alcance. En este contexto, su uso puntual está alineado con el espíritu de la norma de advertir de un peligro inmediato.
Una vez que la retención está claramente formada y visible, lo correcto es apagar las luces de emergencia. Mantener los warning encendidos durante más tiempo del necesario, además de innecesario, puede ser motivo de sanción si un agente considera que se está haciendo un uso indebido del sistema.
¿Pueden multarte por poner las luces de emergencia?
Aunque no suele ser una de las sanciones más comunes, sí es sancionable, sobre todo si se circula con las luces de emergencia encendidas sin causa justificada, que incluso podrá ser interpretada como una señalización incorrecta o confusa, especialmente si interfiere con la correcta comunicación de las maniobras a través de los intermitentes. Las cuantías son las siguientes:
- Uso incorrecto en atasco o retenciones: hasta 200 € de sanción. Según el reglamento, lo estrictamente adecuado, salvo los casos explicados anteriormente, sería usar repetidamente las luces de frenado.
- En uso urbano, podrían multarte con 100 € si los utilizas para señalizar una parada no relacionada con una emergencia.
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