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Lavar el coche es una tarea más que forma parte de la cotidianidad del coche, pero hacerlo incorrectamente puede dañar la pintura. La pintura, además de influir en la estética del vehículo, tiene una función de protección contra la corrosión y el desgaste. Si se usan las técnicas o productos equivocados, se estará arruinando esa tarea.

El error más perjudicial es el uso de herramientas de limpieza abrasivas, como esponjas viejas, estropajos o cepillos duros. Serán efectivos para retirar la suciedad, pero pueden provocar pequeños arañazos en la carrocería que, con el contacto directo del sol, serán totalmente visibles. Lo mismo ocurre con los trapos de tela, sobre todo si tienen motas de polvo o restos de arena y suciedad. Rayarán la pintura en lugar de limpiarla, por lo que siempre será mejor optar por la microfibra (limpia).

Los paños de microfibra son un excelente aliado para una limpieza segura. Foto: Freepik

Evita productos no especializados

Otro de los errores más habituales es el de utilizar productos de limpieza que no están pensados para aplicarse sobre un automóvil. Por ejemplo, el uso de detergentes de cocina, lejía o limpiadores multiusos que tienen una serie de componentes químicos que eliminan la capa protectora de cera de la pintura y deterioran el barniz de la pintura. Como consecuencia, el color perderá brillo y se estará favoreciendo la aparición de manchas permanentes.

Por tanto, lo ideal es optar por productos específicos para limpiar coches. Estos han sido creados para eliminar la suciedad sin afectar la pintura, por lo que pueden ser usados sobre la carrocería con total garantía.

Otro papel importante lo juega la temperatura. Limpiar el coche bajo un sol muy intenso o mientras la chapa está a alta temperatura no es recomendable. Esto hará que el agua y el jabón se evaporen rápido, dejando marcas difíciles de retirar, favoreciendo también la aparición de manchas de cal. Lo ideal es limpiar el coche a la sombra, con la carrocería fría o a una temperatura estable, y usar agua templada.

Los movimientos circulares bruscos son otro de los enemigos. Foto: Freepik

Por último, frotar con fuerza para retirar algún insecto, excrementos de pájaros o manchas puntuales es otro error. Bien es cierto que estos residuos suelen ser agresivos y conviene retirarlos pronto, pero si le aplicas demasiada presión, dañarás el barniz. Hay productos específicos para eliminar estas manchas que no suponen un problema para la carrocería.

Cómo secar el coche adecuadamente

Es la parte final del proceso, y requiere tanta atención como la anterior. A pesar de que lo más cómodo es dejarlo secar al aire libre, no es lo mejor para la pintura, ya que las gotas de agua dejarán unos minerales que terminan dejando marcas en ella.

Lo recomendado es secar el vehículo con paños de microfibra de gran absorción o con toallas especiales para vehículos. Es importante no hacer movimientos circulares bruscos y asegurarse de retirar el agua de zonas en las que suele acumularse, como son las juntas.

Para terminar y que el proceso de lavado sea inmaculado, se puede aplicar una capa de cera protectora a la pintura. No se debería hacer siempre, pero sí cada cierto tiempo. Esto ayudará a crear una barrera que protegerá el coche del polvo, la lluvia ácida, la sal de las carreteras en invierno o los insectos.