Circular por las carreteras españolas implica cumplir una serie de normas cuyo incumplimiento puede acarrear sanciones económicas, retirada de puntos o incluso la inmovilización inmediata del vehículo. Este último caso, regulado por el artículo 84 de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, permite a los agentes de la autoridad intervenir de forma directa si el coche tiene unas deficiencias que supongan un riesgo para la seguridad vial o no reúne las condiciones necesarias para circular.
La inmovilización consiste, literalmente, en impedir que el vehículo se mueva. Puede realizarse mediante un cepo o con la retirada de las llaves, e incluso con el traslado del coche a un depósito municipal si el conductor no cumple las condiciones para continuar. No se trata, por tanto, de una multa más, sino de una medida preventiva para garantizar la seguridad de todos los usuarios de la vía.
Motivos más comunes por los que pueden inmovilizarte el coche
Entre los casos más comunes se encuentra la conducción bajo los efectos del alcohol o las drogas. Si un conductor supera las tasas permitidas o da positivo en un test de detección, los agentes pueden impedirle seguir conduciendo y retener el vehículo hasta que otra persona habilitada se haga cargo. Esta medida también se aplica cuando se deniega la prueba de alcoholemia, lo que constituye una infracción grave por sí misma.

También se puede inmovilizar el vehículo cuando carece de seguro obligatorio o presenta deficiencias mecánicas graves que comprometen la seguridad, como frenos en mal estado, neumáticos desgastados o sistemas de alumbrado defectuosos. En estos casos, el coche puede ser retirado de la vía hasta que se subsanen los problemas.
También puede inmovilizarse si el conductor no tiene el permiso de conducción correspondiente o lo tiene suspendido temporalmente. Asimismo, si el vehículo no ha superado la Inspección Técnica (ITV), la autoridad competente puede impedir su circulación, salvo para trasladarlo al taller o a la estación de inspección.
Por último, como casos más excepcionales, la DGT contempla la inmovilización de:
- Vehículos que transporten mercancías peligrosas sin cumplir las condiciones de seguridad.
- Vehículos que participen en competiciones no autorizadas.
- Vehículos que circulen con una sobrecarga manifiesta, es decir, que sobrepase el peso máximo permitido.
Qué hacer si te inmovilizan el coche
Cuando se inmoviliza un vehículo, el conductor recibe un boletín de denuncia en el que se especifica el motivo y las condiciones para su levantamiento. En algunos casos, basta con solucionar el problema, como puede ser presentar el seguro o acreditar que otro conductor habilitado se hace cargo. Sin embargo, en otros se requiere una actuación administrativa más compleja.
Si el coche es trasladado al depósito municipal, el propietario deberá abonar los gastos de grúa y estancia, además de la sanción correspondiente. En el caso de los positivos por alcohol o drogas, la inmovilización se mantiene hasta que desaparezcan los efectos y se garantice que el conductor puede volver a circular con seguridad.
Conviene recordar que negarse a la inmovilización o intentar eludirla puede agravar la sanción, e incluso derivar en un delito de desobediencia. Por ello, la DGT insiste en que esta medida no tiene un carácter recaudatorio, sino preventivo, ya que se aplica únicamente para evitar riesgos en carretera.
Vamos delincuentes, repetid conmigo:
Multa, multa, multa
Os vamos a crujir
Multa, multa, multa