Vaya por delante que esta entrada no es para juzgar la precisión de los recorridos de consumo de Arturo de Andrés  que él mismo detalla aquí al milímetro. La proximidad en el tiempo de esta nueva entrada es puramente casual, pero no lo voy a negar, aprovecho un poco el rebufo la entrada de Arturo para explicar un poco las limitaciones que tenemos en km77.com para probar los coches.
Como muchos ya sabréis, en km77.com tenemos un recorrido de referencia donde medimos los consumos de los coches. Es un trayecto de ida y vuelta de 143,3 kilómetros por la autovía N-I. El desnivel más importante es el puerto de Somosierra, que abordamos por sus dos caras. En el siguiente gráfico está detallada la curva de desnivel.

Gráfica recorrido de consumo de km77.com. Trayecto de ida

Gráfica recorrido de consumo de km77.com. Trayecto de ida



Hace ya unos años que en km77.com elegimos este recorrido porque, de lunes a viernes por la mañana tiene poca densidad de tráfico (y el que hay no molesta mucho para nuestro objetivo). En segundo lugar, es fácil reproducirlo una y otra vez en el tiempo necesario para conseguir la media real que buscamos: 120 km/h. Por regla general, conseguimos que las desviaciones de tiempo de un día a otro están casi siempre por debajo de los 50 segundos respecto al tiempo fijado de referencia (una hora y poco menos de doce minutos), e incluso es muy normal que solo haya 10-20 segundos de desviación. Durante unos cuantos meses, parte de esa carretera estuvo en obras y no podíamos conseguir la media fijada sin acelerar mucho más de la cuenta (pero si no ocurre nada anormal eso no volverá a ocurrir durante mucho tiempo). Lo que hacíamos en ese caso era contentarnos con medias en torno a 116 km/h, que nos parecía más realista de cara a poder comprar los datos que buscar esos 120 km/h a costa de correr mucho.
Lo que solemos hacer para asegurarnos de completar el recorrido en tiempo es tomar referencias de dos o tres puntos intermedios. No vale ir muy deprisa al principio y en la segunda mitad bajar la velocidad, ni lo contrario: el ritmo tiene que ser constante durante la mayor parte del recorrido.
Evidentemente, el indicador de velocidad media del propio ordenador de viaje no vale para saber si estamos cumpliendo las previsiones, puesto que generalmente tiene errores muy grandes. Tampoco vale el cuenta kilómetros, que también tiene errores por defecto e incluso por exceso. ¿Cómo medimos entonces los errores de los cuentakilómetros para aplicar el error necesario y saber si estamos cumpliendo con la velocidad media?, pues con un GPS. Quizá es el instrumento más preciso que tenemos de hacerlo, si bien sabemos que no ofrece una precisión absoluta.
Otros datos a tener en cuenta son que el recorrido lo empezamos y terminamos a coche parado y, en el punto intermedio, cambiamos de sentido en un paso que cruza la autovía por su parte inferior. Eso quiere decir que para hacer esos 120 km/h de media, no vale con ir todo el rato a esa velocidad. También hay que añadir que buscamos conducir bien, pero sin hacer cosas raras. Nada de rebufos o bajar pendientes en punto muerto. Tratamos, eso sí, de compensar las subidas (sin «meter mucho el pie» en los coches poco potentes a costa de perder algo de velocidad) con las bajadas (donde dejamos que el coche gane algo más de velocidad). En los coches poco potentes es necesario bajar una, incluso dos marchas en las pendientes más pronunciadas, pero no hay una receta para cada coche.  Cada probador cambia de marcha en un lugar distinto. Está claro por lo tanto que el estilo de conducción influye en el resultado final, no tengo ni idea en qué medida.
Mazda6 Wagon SKYACTIV-D 2.2 150 CV. Subida al puerto de Somosierra por su cara sur

Mazda6 Wagon SKYACTIV-D 2.2 150 CV. Subida al puerto de Somosierra por su cara sur


 
El recorrido lo reproducimos una vez con cada vehículo que probamos en km77.com. El dato obtenido (después de calcular el error del ordenador, que por cierto, habría que hacer una entrada independiente para explicar cómo lo hacemos), lo publicamos en las pruebas.
La cuestión clave está en el párrafo anterior: solo una vez por coche. A lo mejor es un error. Me explico. La semana pasada  lo repetí tres veces (en tres días distintos) con un Mazda6 Wagon SKYACTIV-D 2.2 150 CV (por motivos que ahora cuento) y sencillamente no encuentro explicación para los resultados que obtuve.
¿Por qué hice el recorrido tres veces?.  Pues por un error de novato. Normalmente, antes de hacer las mediciones, nos aseguramos que los coches tengan un número suficiente de kilómetros (como mínimo, mínimo, de los mínimos, más de mil) y que las ruedas lleven la presión recomendada por el fabricante para viajar con poca carga.
Fui a recoger el Mazda6 que me tocaba probar. Apresuradamente y sin comprobar la presión de las ruedas (¡!), me fui a ver «lo que gastaba». No era un día ideal pues hacía un fuerte viento racheado (que en la primera mitad del recorrido era frontal-lateral y por lo tanto afectaba de forma distinta a la vuelta). Sin embargo, quería tener esa medición tomada por si acaso durante la semana no tuviera mejor momento.
Estas eran las condiciones ambientales:
 
Recorrido 1:
Kilómetros del coche al inicio: 1740
Temperatura mínima registrada: -1ºC
Temperatura máxima registrada: +6ºC
Tiempo empleado: 1 h 11 m 40 segundos
Otras condiciones: Fuerte viento y carretera mojada (sin capa de agua; no se levantaba «spray») durante unos 50 kilómetros
 
El consumo fue 6,2 l/100 km (según el ordenador del coche, que por otra parte resultaría ser bastante preciso). Con las ruedas ya casi frías decido medir su presión y llega la sorpresa: 3,5 Kg/ cm2…….. en las cuatro. Estaba claro que con esas presiones el consumo no valía de nada: tocaba repetir.
Lo hago al día siguiente, con la presión adecuada (más de un kilo menos por rueda que en el caso anterior) y en condiciones distintas:
 
Recorrido 2:
Kilómetros del coche al inicio: 2339
Temperatura mínima registrada: 6ºC
Temperatura máxima registrada: 13ºC
Tiempo empleado: 1 h 11 m 51 segundos
Otras condiciones: Viento moderado y carretera completamente seca.
 
Pues bien, en esta ocasión el consumo indicado por el ordenador fue 6,6 l/100 km. Llegado a este punto pienso que soy muy listo y concluyo que los de Mazda nos entregaron el coche con unas presiones tan elevadas para reducir su consumo (y dicho sea de paso, contra todo pronóstico, no encuentro grandes diferencias de «comportamiento dinámico» entre el Mazda6 con presiones de ruedas tan dispares: pero esto ya es otra cosa).
Tampoco me fío de este último dato por dos motivos: por una parte me parecía excesivo en comparación con el consumo que venía observando en mis recorridos cotidianos (desde que puse bien las presiones). Por otra parte, ese día estaba especialmente cansado porque llevaba muchas horas conduciendo. No creo que mis condiciones físicas puedan afectar mucho a la forma de conducir en una autovía, pero quién sabe.
No queda más remedio que «tripitir» y lo hago con las mismas presiones que el día anterior y en las siguientes condiciones:
 
Recorrido 3:
Kilómetros al inicio: 2668
temperatura mínima registrada: 4ºC
temperatura máxima registrada: 10ºC
Tiempo empleado: 1 h 12 m 10 segundos
Otras condiciones: Sin viento apreciable, carretera seca
 
Pues bien, en esta ocasión el coche gastó solo una décima más que en el primer caso: 6,3 l/100 km.
Mazda6 Wagon SKYACTIV-D 2.2 150 CV

Mazda6 Wagon SKYACTIV-D 2.2 150 CV


No tengo ni idea de lo que pasó en el segundo recorrido para que el consumo se disparara tanto; tampoco sé por qué el coche ha gastado casi lo mismo en el primer caso y en el tercero.
En ocasiones he repetido ese trayecto con otros coches, también en condiciones climatológicas muy distintas (especialmente de temperatura) e incluso con diferentes ruedas, y siempre he obtenido resultados bastante parejos. No sé si con este Mazda es más difícil de lo normal conseguir datos homogéneos, o más bien, hay factores que sencillamente no podemos controlar con nuestros medios y acaban alterando las mediciones de forma importante. Aquí es donde quería llegar.
En la redacción deberíamos valorar la posibilidad de hacer la medición dos veces por coche, de tal manera que, si en esas dos veces el dato sale parecido, lo podríamos dar por bueno. Y si salen valores dispares (digamos con desviaciones superiores al 5%), lo repetiríamos una tercera vez.
No encuentro ningún motivo de peso para no hacerlo hasta tres veces, salvo por el coste que implica. Hacer dos o tres veces ese recorrido supone no dedicar tiempo a otras cosas, pero también significa conducir más y eso es muy bueno si luego queremos contar lo mejor posible cómo es el coche (ya no solo lo que gasta). Desde siempre, las mediciones de aceleración, recuperación y frenada también las repetimos tres veces y nos quedamos con los dos valores más parecidos y homogéneos, desechando el tercero. Pero claro, esas mediciones («prestaciones») se hacen en mucho menos tiempo.
Está claro que no trabajamos con método científico ni nada parecido. Por otra parte tampoco me entusiasmaría poder utilizarlo aunque fuera a coste «regalado» porque se pega de bruces con una utilización cotidiana por carretera, donde hay mil factores externos que afectan. Lo que intentamos en km77.com es hacer una utilización que consideramos bastante representativa y tratamos de controlar lo mejor que sabemos algunas variables, pero está claro que no es suficiente.

Enrique Calle