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En varias carreteras de la Comunidad de Madrid ya funcionan las nuevas cámaras de la Dirección General de Tráfico que vigilan que los coches respeten las líneas continuas. Su objetivo es reducir las maniobras indebidas en los accesos de las autovías y reforzar la seguridad en unos puntos donde las imprudencias suelen tener consecuencias graves. La DGT lleva experimentando con esta tecnología desde mediados de 2023.

Actualmente existen cuatro cámaras de este tipo en Madrid. La primera se encuentra en el kilómetro 15,9 de la A-1, a la altura de Alcobendas, en sentido decreciente. La segunda está en el kilómetro 11,8 de la A-2, cerca del Aeropuerto de Barajas, también en sentido decreciente. La tercera cámara se sitúa en el kilómetro 16,9 de la A-42, tras superar Getafe, y la cuarta en el kilómetro 20,2 de la A-6, en Las Rozas.

Cómo funcionan estas cámaras

El sistema utiliza dos cámaras colocadas a decenas de metros de distancia en los carriles de acceso a la vía principal. La primera cámara registra la matrícula del vehículo al inicio del carril, y la segunda lo hace unos metros más adelante. Esto permite verificar si el conductor ha respetado la línea continua durante la incorporación. Si el vehículo ha invadido la línea continua, el sistema detecta la infracción, de forma similar a un radar de tramo que mide el recorrido entre dos puntos.

El objetivo no es sancionar por pisar la línea de forma involuntaria, sino controlar las maniobras que suponen un riesgo, como tratar de adelantar en tramos donde está prohibido. La sanción económica establecida asciende a 200 euros, y no implica pérdida de puntos del carné, conforme al artículo 167.1.5A del Reglamento General de Circulación.

La A-1 a la altura de Alcobendas es uno de los puntos de control. Foto: Freepik

Estas cámaras forman parte de un conjunto más amplio de sistemas de vigilancia de la DGT, que también incluye controles de cinturón de seguridad, respeto a las señales de stop y una atención más intensa a los límites de velocidad. Para el resto de año, se espera la instalación de 122 nuevos radares fijos o de tramo destinados a controlar la velocidad en las carreteras españolas.

Los datos de la DGT reflejan que la mayoría de los siniestros viales, un 65 %, ocurren en entornos urbanos, con 66 545 accidentes en 2024. En ese mismo año, los fallecimientos en zona urbana fueron 488, con una disminución del 6 % respecto al año anterior, mientras que los heridos graves aumentaron un 3 %, con 5043 hospitalizados. Estos datos muestran la importancia de mantener el cumplimiento de las normas, especialmente en maniobras de incorporación a vías principales y tramos de alta densidad de tráfico.

Estas nuevas cámaras tienen como objetivo reforzar la seguridad vial en los tramos donde las maniobras indebidas y de riesgo son más frecuentes y, por tanto, más peligrosas. Con la instalación de este sistema, la DGT pretende reducir al máximo aquellas situaciones de riesgo derivadas de incorporaciones incorrectas o adelantamientos en zonas prohibidas.

La recomendación para los conductores es sencilla pero esencial: respetar siempre las líneas continuas y realizar las incorporaciones de manera segura y ordenada. Con el debido cumplimiento de estas normas, se estarán evitando sanciones y se estará actuando en aras de una circulación más segura para todos.