El único 3008 que he conducido hasta la fecha es el eléctrico de 213 caballos asociado a la batería de menor capacidad —73 kWh— y al nivel de equipamiento GT (con llantas de 20 pulgadas, por tanto). Y tras una primera toma de contacto las sensaciones han sido, en la mayoría de aspectos, muy parecidas a las percibidas en su momento con el 3008 de la generación previa. Se trata de un coche con una suspensión muy equilibrada, con un punto de firmeza que lo hace más bien ágil de reacciones pero que, a la vez, proporciona un nivel de confort correcto. No me ha parecido tan reactivo a los cambios de apoyo como sí lo era el 3008 de 2021 (a este respecto era de los mejores), algo que puede ser debido al elevado peso de esta versión (casi 2200 kilos en orden de marcha; ficha técnica).
Con todo, aquellas personas que busquen un coche de estas características cuya conducción se parezca más a un turismo que a un SUV, este 3008 sigue siendo una excelente alternativa. Los hay que son claramente más confortables (el Hyundai Tucson o el Citroën C5 Aircross) y otros que se sienten incluso más ágiles y precisos (SEAT Ateca y, sobre todo, CUPRA Formentor), pero el equilibrio al que ha llegado Peugeot con este 3008 me parece reseñable. También se parece al modelo previo en cuanto a aislamiento acústico, que es muy bueno (y en esta versión con motor eléctrico, el nivel de ruido en el interior es incluso más bajo) y por el funcionamiento de la dirección, que es más rápida que la media y no especialmente informativa.
A pesar del peso de esta versión, los 213 caballos que desarrolla el motor eléctrico son más que suficientes para circular con agilidad y para solventar sin apuros las distintas situaciones que se nos puedan presentar en carretera. No he conducido con carga y/o con más pasajeros, pero me atrevo a afirmar que, incluso ocupando todas las plazas del coche, las prestaciones no serán un problema. Además, como es habitual en este tipo de motores, la entrega de potencia llega con una suavidad casi absoluta, con un nivel de ruido bajísimo y sin ningún tipo de retraso. Los tres modos de conducción predefinidos, además de modificar el funcionamiento del climatizador o la asistencia de la dirección (entre otros parámetros), cambian la potencia que desarrolla el motor eléctrico: en ECO son 170 CV y 270 Nm, en Normal son 190 CV y 300 Nm y en Sport, 213 CV y 345 Nm.
El consumo obtenido en el recorrido previsto por la organización para la presentación de este modelo fue de 15,8 kWh, un valor muy bajo que, no obstante, no conviene tomar como referencia porque fue bajo unas circunstancias muy favorables y concretas: velocidad media baja, temperatura exterior templada (16 grados) y practicando una conducción suave la mayor parte del tiempo. No obstante, puede resultar útil para hacerse una idea de lo que puede llegar a consumir esta versión bajo unas condiciones determinadas: fueron 111 km, la mayor parte de ellos por carreteras secundarias y con el climatizador conectado a entre 18 y 22 grados. Cuando probemos el coche por nuestras carreteras habituales y hagamos pruebas de consumo daremos una opinión mucho más precisa.
A este respecto cabe señalar que la unidad que conduje tenía instalada una bomba de calor para el sistema de climatización, un elemento que, para España y otros países del sur de Europa, forma parte del listado de opciones (cuesta 800 €). De serie, éste lleva unas resistencias eléctricas, mucho menos eficientes y que, por tanto, elevan el consumo.
El sistema de frenada regenerativa del 3008 eléctrico tiene tres niveles distintos que se pueden modificar desde unas levas que hay tras el volante: Baja (-0,6 m/s²), Media (-1,2 m/s²) y Alta (-1,8 m/s²). Lo que no tiene es un sistema de pedal único (one pedal), una función que resulta muy útil en ciudad. El tacto general del sistema de frenos me ha gustado, más aún teniendo en cuenta que se trata de un coche eléctrico. En este tipo de coches, es habitual que el pedal tenga un tacto poco homogéneo y que, por tanto, se perciban pequeños tirones durante los últimos metros antes de detener el coche (por el paso de frenada regenerativa a la física, la que se produce por la fricción entre discos y pastillas). En el caso del 3008, este efecto apenas se percibe y se parece mucho al de un coche con motor de combustión tradicional.