El día en que lo íbamos a conducir, el CUPRA Formentor nos recibió con un diluvio. Diluvio a ratos y en otros lluvia ligera. Un mal día para mirar el coche con detenimiento porque no ha parado de caer agua, pero un buen día para probarlo a fondo y disfrutarlo. Los días de lluvia son excelentes para dedicarse a conducir y a comparar las diferentes posibilidades de regulación del CUPRA Formentor. En realidad, la característica que más me ha llamado la atención es las prácticamente ilimitadas combinaciones de conducción que pueden adoptarse en el coche. Tantas y de tan diferentes formas, que no sé si el conductor tiene forma de aclararse.
Inicialmente, mediante el botón CUPRA situado en el volante, el conductor puede elegir entre los modos «Comfort», «Sport», «CUPRA» y «Off road», que vienen establecidos en la configuración del coche y no se pueden configurar. Cada uno de estos modos de conducción afecta a la dureza de la amortiguación mediante la regulación del «DCC» (Dynamic chasis control), la tracción total, la dirección, también influida por el «DCC», la respuesta del motor, el sonido del motor, el sistema de control activo de la velocidad de crucero (ACC) y a la climatización.
Además de estos cuatro programas establecidos, existe la posibilidad de regular cada uno de estos componentes por separado, en una quinta modalidad denominada «Individual». Se puede poner la dirección en modo «CUPRA», el «DCC» y el sonido en «Comfort» y la respuesta del motor en modo «Sport», por ejemplo. En CUPRA no me han facilitado los detalles de cómo afectan estas regulaciones. Por ejemplo, no sé cómo cambia la tracción total ni la curva de respuesta del motor. No sé si se transmite más par hacia las ruedas posteriores en la posición «Sport» que en la «Comfort», aunque supongo que sí. Tampoco sé si en la posición «Sport» o en la «CUPRA» el motor tiene más bajos o menos, o si no afecta a la curva de respuesta y sólo al tacto del acelerador. He intentado averiguarlo al conducir el coche, pero las diferencias, en todo caso, son pequeñas y sin un cronómetro y más tiempo de pruebas no he sido capaz de distinguirlas.
De momento, lo único que sé es que la dirección tiene una desmultiplicación progresiva de forma mecánica y por tanto no varía de un modo a otro. Lo único que varía es la asistencia y por lo que yo he notado bajo el agua, la diferencia no es notable. También es cierto que en el coche que he probado, equipado con «DCC», la asistencia de la dirección varía automáticamente, por lo que no estoy seguro de que al cambiar el modo de conducción no se solapen las curvas de las tres diferentes asistencias de la dirección: «Comfort», «Sport» y «CUPRA». Ocurre lo mismo con la diferencia en la dureza de la amortiguación, que también varía con la velocidad. Al probarlo sobre agua no he sido capaz de advertir diferencias entre los modos «Sport» y «CUPRA».
También hay tres sonidos, que no varían únicamente en volumen, también varían en tono. La diferencia de sonido entre «Comfort» y «CUPRA» es muy clara. Para percibir la diferencia entre «Sport» y «CUPRA», sin embargo, es necesario prestar más atención, aunque a mi juicio se diferencian con más claridad que otros parámetros. Con la dureza de los amortiguadores apenas he probado, por lo que no sé responder si se nota mucho o no al modificarla. Lo que sí queda claro, según el gráfico que muestra la pantalla del coche, es que el rango de regulación de la dureza de amortiguadores es muy amplio.
No acaba aquí la posibilidad de regulación, porque dentro del programa «Individual» existe la posibilidad de elegir la opción «Eco», tanto para el climatizador como para la respuesta del motor. A través del «botón CUPRA» no se puede elegir una modalidad de conducción que sea «Eco», pero sí puede hacerse a través de los menús «Individual» de la pantalla.
Me hubiera encantado probar en un tramo de carretera cerrado al tráfico y mojado, como estaba hoy el asfalto, para experimentar con las diferentes combinaciones. Pero para hacer pruebas sosegadas habrá que esperar. Lo que sí puedo decir tras conducir el CUPRA Formentor es que el tacto en agua es excelente, y seguramente buena parte de la responsabilidad se deba a los neumáticos Bridgestone Turanza T 005 (en medidas 245/40 19), que me transmitían confianza en la entrada de la curva, para trazar sin titubeos y con un resultado final que confirmaba la sensación al inicio del giro. Estoy completamente seguro de que esa sensación de confianza y de eficacia que se tiene sobre mojado será exactamente igual sobre asfalto seco, porque el SEAT León, un coche elaborado sobre esta misma plataforma, transmite esa confianza y sería extrañísimo que en el CUPRA Formentor, con las suspensiones modificadas, no se mantuviera esa respuesta. Los frenos, cuyos discos se ofrecen en dos medidas diferentes, de 310 mm (de serie) y 370 mm (opcionales Brembo), complementan el conjunto.
Otro factor que me sorprende es que no se pueda regular por separado la respuesta de la caja de cambios en las configuraciones de «Individual». Mediante la palanca del cambio se puede elegir siempre entre la «D» y la «S». Probablemente sea suficiente, pero son sólo dos regulaciones, cuando para la dirección se pueden elegir tres diferentes que además varían en función de la velocidad si se dispone de «DCC». Uno puede querer cambiar la respuesta del motor, llevarla por ejemplo en «CUPRA» y elegir que la caja de cambios se comporte en modo «ECO». Para eso en principio sirve «Individual». Dicho esto, necesito más kilómetros en el coche para probar detenidamente todos estos detalles. Las palancas para cambiar de marchas manualmente, situadas tras el volante, son claramente mayores que en los SEAT, por lo que, si hace falta cambiar a mitad de una curva, se encuentran con mayor facilidad, aunque giren con el volante. El volante de tope a tope da poco más de dos vueltas.
Por su respuesta y reacciones y por el tacto de la dirección en cualquiera de las modalidades, es un coche que apetecerá conducir a quienes disfruten de conducir, porque tiene un tacto sólido y de calidad. El CUPRA permite conducir rápido por curvas, pero no me refiero a quienes disfruten de conducir rápido. El tacto y las sensaciones son disfrutables también a velocidad moderada y baja. No tengo claro que tantas opciones para configurar los modos de conducción sean útiles, pero nadie obliga a utilizarlas. Del mismo modo que nadie obliga a desactivar el sistema de control de estabilidad, que está situado en el mismo lugar donde se sitúa el botón de arranque en el SEAT León. En el Formentor, el botón de arranque va situado en el volante (imagen), en el cuadrante inferior derecho. En el cuadrante inferior izquierdo está situado el botón «CUPRA», que permite seleccionar los diferentes modos de conducción, aunque para configurar el modo individual es necesario actuar con la pantalla central.