Ouzina es un pueblo situado en el «Gran Sureste de Marruecos». Tiene una escuela pequeña, de esas que vemos en los documentales y en los reportajes de la tele en la que asisten a la misma aula alumnos de todas las edades. Por uno de esos estrambotes de la vida, en la escuela de Ouzina tenían ordenadores, pero no tenían electricidad para utilizarlos. La Asociación Desierto Niños les ha financiado la monta de una placas solares, con el correspondiente estudio, para que puedan tener electricidad con la que alimentar los ordenadores, una impresora y también dar luz al local de la Asociación para el Desarrollo de Ouzina.

Durante el quinto día de nuestro viaje, día que ha dado para mucho, mientras los ópticos graduaban la vista, el resto de la expedición nos hemos ido a Ouzina a inaugurar las placas solares y a plantar árboles en el patio de la escuela. La mano en la mano, “afouss gofouss”, como decía Ibrahim Taouchikht.

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Después de una sesión de dunas al amanecer (si hay que trabajar se trabaja, pero a nadie le hace daño madrugar para hacer una sesión de conducción sobre dunas, mañana se lo cuento), todo el equipaje debe volver al coche porque no dormimos en el mismo hotel ni una sola noche. El otro hotel está muy cerca, plantado sobre las dunas, pero no es este). El espacio para equipajes en el Amarok es prácticamente infinito, por lo que el tamño de las maletas importa menos. El desorden, a estas alturas, ya es irrelevante. En la maleta grande que se ve apoyada en el suelo no iba el equipaje de los cuatro que íbamos en el coche. Era la maleta de solo una de las personas que íbamos. Había tres maletas más de similar tamaño. El peso, que no se ve en la foto era alto, eso se lo digo yo. Lo más cómodo para un viaje con escala diaria.

Marruecos. Ouzina. Ordenando el maletero

Primera etapa del día después de las dunas. De Merzouga a Taouz, para que las ópticos revisen la vista a los niños.

Carretera de Marruecos

Las revisiones se realizan en el interior de ese edificio residencia. En este lugar durmen todas las niñas de la región que pasan la semana en Taouz para recibir clase.

Parada para descansar

La carretera que une Taouz y Ouzina es de categoría nacional.

Conduciendo por offroad

La expedición levanta polvo como los caballos en las películas del Oeste.

Camino de tierra

Lo primero que hago al llegar a Ouzina es subir al tejado a fotografiar las placas.

Placas solares que se han instalado en la población de Ouzina

Placas que dan luz a este local de la Asociación.

Asociación Ouzina

Con su presupuesto detallado en español y francés.

Presupuestos para la sala de exposición y de la oficina

El tejado no parecía muy resistente. Yo prefería caminar sobre los muros.

Tubo de desagüe

Desde arriba y a voces, conseguí que muchos gritaran y levantaran las manos.

El grupo entero saludando

Se me olvidó un detalle. La importancia del marketing.

Asociación El desierto de los niños

Conclusión estadística. Las pancartas aburren. Ya nadie levanta las manos.

El Amarok, que nos ha traído hasta aquí. La semana que viene hablaré de él.

Toyota Hilux

Por encima del techo de la escuela asoman placas solares. En la puerta, las siglas ADN. El ADN se utiliza todo el día por las marcas de coches. Todas hablan del ADN de su marca, de su origen, de sus células madre, yo qué sé. La próxima vez que lo mencionen me acordaré de esta escuela en Ouzina.

Puertas. Entrada

Escuela con luz y ordenadores. Ahora que ya tienen luz para arrancarlo me pregunto si sabrán qué hacer con él.

Aula. Ordenador

Dibujos realizados por los pequeños marroquíes en las escuelas

El rey de Marruecos siempre presente preside la estancia.

Foto de Mohamed VI

Escuela de los niños

Después de la reunión en el aula, niños y mayores fuimos a plantar árboles. En una esquina del patio de la escuela está situado este grifo. cuando vuelva el próximo año les llevo una abrazadera y un sistema de conexión de mangueras. Para sujetar la manquera utilizan una cinta de goma de quita y pon. (Me sorprendió su eficacia)

Fuente de agua potable

La manguera no llega. el último tramo hay que llevar el agua en cubos.

Agua potable en un cubo

El próximo año, con una abrazadera, una manguera de cien metros y un adaptador para el grifo y otro para el chorro iré a ver si el árbol que yo planté todavía está vivo.

Plantando un árbol

Era un esqueje semiseco. Lo planté con cariño, llené de agua el hueco que ya estaba cavado, acaricié el tronco del esqueje mucho rato. Le hice prometer que no se iba a secar, que no se iba a morir. No me contestó. Me cuesta creer que con una manguera paticorta el agua le llegue con la frecuencia necesaria. Me temo que además hará falta abono. No parece que en esta tierra vaya a crecer un árbol recién plantado, por mucha voluntad que le ponga.