Lo teníamos todo. Teníamos el mejor equipo para ganar. El mejor equipo incluye a todos, a todos los que hemos pisado el box número 14 del circuito del Jarama durante estas 24 Horas Ford. Hemos sido un equipo desde el primer minuto hasta el último. Un equipo que comprende a la ONG (Aviación Sin Fronteras), que ha sido nuestro motor durante las 24 horas. Han estado cada minuto, cada segundo junto a nosotros. Luis, el gran Luis, no se ha movido del box de noche y de día y no ha parado de actualizar su página de facebook (Ellos han publicado fotos. Yo no tengo ni una). Pero no ha sido solo Luis. No me sé los nombres. Se han turnado, han venido y ayudado hombres y mujeres de Aviación Sin Fronteras de continuo. Todos cariñosísimos. Han sido una tripulación excelente para nuestro viaje, todos con sus camisetas en las que ponía «Aviación Sin Fronteras. España. CREW». Ha sido un escándalo de satisfacción pasar por cualquier lugar del circuito o mirar a nuestro box y ver el CREW en letras amarillas, que se ve a lo lejos. Con ellos, estábamos a salvo.

Aviación Sin Fronteras ha sido tan parte del equipo que han sido determinantes para alcanzar un buen resultado. Probablemente, lo mejor que hemos hecho en estas 24 Horas Ford (y lo hemos hecho casi todo muy bien) ha sido el cambio de neumáticos. Hemos cambiado los neumáticos delanteros dos veces y las dos veces lo hemos hecho en un tiempo excelente. Las tripulaciones de Aviación Sin Fronteras han contribuido más que nadie a esos cambios de neumáticos. Y cuando se iban no era por cansancio, sino porque tenían que irse a trabajar.

Llevo muchos años participando en las 24 Horas Ford, una prueba mágica para mí. Una prueba fraternal, con un espíritu que me emociona años sí y año también. Nunca, en ninguno de los años, una ONG había estado tan cerca y ayudado tanto. No es en demérito de las otras ONGs, porque muchas de ellas pasan las 24 horas apoyando y dando cariño. De algunas de ellas guardo recuerdos especiales (Fundación Xaley y Apascovi) . Pero tan intenso y tan vivido como en esta ocasión, ninguna. Muchas gracias Aviación Sin Fronteras. Ha sido un placer formar parte de vuestra tripulación. (Muchas gracias por el polo. Espero colaborar con vosotros para poder ponérmelo y sentirme parte de vosotros)

Pero claro, no ha sido sólo la ONG. Ellos estaban allí, nos han cuidado, nos han puesto agua para beber dentro del coche en cada parada, nos han mimado, abrazado, besado y trabajado con nosotros durante las 24 horas. Pero, además, había que conducir los coches y organizarlo todo.

La otra mención especial de esta crónica es para Isi, nuestro coordinador. Isi. Hemos llorado abrazados al final de nuestra carrera. Después de nuestra segunda posición. Isi, otro grande. Isi. La ilusión por ganar nos la ha metido él en el cuerpo desde mucho antes de empezar la prueba. Él ha creado el grupo de Whatsapp para que todos tuviéramos la información, nos ha metido presión, nos ha dado confianza, ha hecho los cálculos continuamente. Me he peleado con él, le he cuestionado algunas de sus decisiones. Sólo por cuestionar, así soy yo. Sólo por saber si no había alguna alternativa mejor. Sin toda la información. Sólo por ayudar a pensar. Y hay momentos en los que quizá es mejor no pensar más. Mejor no cuestionar porque la tensión ya es demasiado alta. Isi había tomado la decisión correcta. Yo sólo preguntaba si no había una mejor. No no la había. Gracias Isi. No voy a decir que has sido el mejor Jefe de Equipo que he tenido en las 24 Horas Ford, porque sería mucho decir. Casi siempre he tenido enormes Jefes de Equipo en las 24 Horas. Os lo tomáis todos muy en serio y para mí es un placer siempre correr con vosotros. Tú has sido uno de los más grandes. (Una abraçada, amic)

Por último estamos los que corremos. Este año hemos tenido un equipo sensacional. Escribo los nombres en el orden en el que los pone Ford en sus comunicados:  Nacho Cano, Miguel Temprano, Andrés Hernández, Isabel Aguirrebeña, Javier Moltó, Marcos Martínez, Borja Fadón, David Sanz, David Sánchez. Coordinador: José María Isidoro (Isi, para los amigos))

Lo teníamos todo para ganar, pero no lo sabíamos. Por eso hemos quedado segundos. ¿Qué es lo que no sabíamos? Que se nos habían quedado más de ocho litros de combustible en el barril. Hemos estado a punto de quedar cuartos clasificados con ocho litros menos de combustible que el resto de competidores.

Empiezo por el final. A falta de cinco horas para el final, íbamos los primeros y en el cambio de piloto cambiamos los neumáticos y ponemos unos nuevos (Esta es la decisión que le discuto a Isi. Yo me preguntaba si no era mejor cambiar los neumáticos más tarde porque con neumáticos nuevos el consumo es claramente mayor. Pero se lo preguntaba sin saber cómo estaban los neumáticos viejos. Él sí lo sabía. Hizo lo correcto)

Después del cambio de neumáticos, a falta de tres horas para terminar, íbamos segundos clasificados, a una vueltas del primero. Ese es el momento en el que empiezo mi último relevo. Cuando empiezo, el ordenador marca 270 kilómetros de autonomía y nos quedan tres horas. Mi objetivo es entregarlo con 200 km de autonomía, pero mi objetivo también es no perder demasiado terreno con relación al primero y que no me adelanten ni el segundo ni el tercero. Misión imposible.

Ni consigo entregar el coche con 200 kilómetros de autonomía después de una hora de dar vueltas ni consigo impedir que me adelanten el segundo y el tercereo. Después de sesenta minutos de dar vueltas sin aire acondicionado y sin ventilador (par no empeorar la aerodinámica) devuelvo el coche con 170 kilómetros de autonomía y en cuarta posición. Un fracaso. No he perdido vuelta con relación al primer clasificado, pero dos coches más se han metido en la misma vuelta y me han adelantado. No me queda combustible para más.

Le entrego el coche a Andrés Hernández y veo que empieza a marcar tiempos de vuelta cinco segundos más rápidos que los míos. Buf. Todavía nos quedan dos horas y si yo ya he corrido demasiado… Se me acerca Marcos Martínez, nuestro pilotazo, y me dice, «Voy a tener que dar quince vueltas con autonomía cero y no creo que eso sea posible». Yo le digo con un poco de sorna «A mí me ha dicho Isi que apretara, que Andrés y tú sois muy buenos y que ibais a poder ir más rápido que yo y con menos consumo». Marcos me mira con media sonrisa y no dice nada.

Me voy desmoralizado hacia la ducha. He bajado del coche como si me hubiera tirado a una piscina con el mono puesto. A pesar de que ha sido un relevo nefasto por el resultado (he pasado de la segunda posición a la cuarta) todo el equipo es muy amable y me felicita. Estoy empapado en sudor. No puedo aprovechar todos los achuchones que me quieren dar las mujeres de Aviación Sin Fronteras. No dejo que nadie me toque. Un niño se queda maravillado al verme. No puede creerse que todo el mono esté empapado de sudor. El coche es una sauna. He conducido una hora a no sé qué temperatura infernal y asumo que acabaremos cuartos en el mejor de los casos. Perder siete vueltas más me parece difícil, aunque nos quedemos tirados a falta de un cuarto de hora, pero cabe la posibilidad. Me voy a la ducha triste y a comer y a beber que si no como y bebo me voy a desmayar. Toda la noche hemos ido los primeros. Hemos ido los primeros hasta las doce del mediodía, hora en la que hemos cambiado neumáticos. Hemos conducido bien, nadie ha hecho disparates. ¿Qué hemos hecho mal? Los cálculos de consumo son siempre aproximados. Es imposible saber con precisión cuánto has gastado. Lo puedes calcular, pero como todos los indicadores tienen errores, no puedes saber exactamente qué sucede. Está claro que hemos sido demasiado optimistas y que los otros equipos que van delante llevan un ritmo que nosotros ya no podemos seguir. A la ducha y a comer. Cuartos no es tan malo.

Regreso al box antes de que se suba Marcos para el último relevo. Cuando regreso veo que Andrés ha bajado el ritmo. No puede mantener los tiempos del principio. Rueda incluso más lento que yo. Asumir la realidad cuesta, pero es imprescindible.

Le deseo suerte a Marcos. No hay mucho que hacer. Rodar despacio para mantener la cuarta posición. Sale con 50 kilómetros de autonomía para dar vueltas durante una hora. No sabemos cuántas vueltas se pueden dar con el indicador de autonomía a cero. Cabe la posibilidad de que algunos de los otros se queden sin combustible. Pregunto a mi amigo Ricard, el coordinador del equipo que va líder, cuánta autonomía les queda. No me lo quiere decir. Me dice que le diga yo cuánto nos queda. Se lo digo. A ellos les quedan 120 kilómetros. No existe ninguna posibilidad de que se paren antes que nosotros.

Pasan los minutos en el box y Marcos sigue dando vueltas. Todo lo que sea seguir en pista es una buena noticia.

Queda más o menos media hora para el final cuando de forma totalmente inesperada veo que Marcos entra en el box y que Isi se sube en el coche y salen disparados a toda velocidad, patinando rueda. No entiendo nada. Yo estoy todavía un poco grogui después de mi relevo. Aunque he bebido mucha agua, una cerveza y me he comido dos platos de paella, no consigo entender lo que pasa.

—¿Qué hacen? ¿Qué pasa? ¿A dónde van?

—Van a repostar.

—¿Que qué?

—Por lo visto queda gasoil en nuestro barril. No hemos utilizado todo el combustible que tenemos asignado.

—¿Cómo?

La explicación es compleja. Borja Fadón, periodista-piloto de nuestro equipo, ha ido a hacer fotos de los indicadores de suministro de combustible de todos los equipos y resulta que, si bien, en teoría, el máximo de combustible disponible para cada equipo en su barril era de 155 litros, la realidad es que los indicadores de suministro funcionaban mal y que las cifras que indicaban los medidores eran muy superiores a los 155 litros. En algunos aparecía más de 180 litros y en el resto más de 170 litros. El nuestro era el único en el que aparecía 157 litros (dos litros más que los 155 teóricos que nos correspondían).

A mí me habían dicho que los indicadores no eran precisos y por eso me parecía razonable el 157 de nuestro indicador. Pero no. Y nadie nos avisó de que quedaba más combustible en nuestro barril. Es lo que me parece más sorprendente. Es verdad que en el resto de equipos se enteraron (no sé cómo) y nosotros no, pero el hecho es que en el barril según el indicador, todavía quedaban 12 litros de combustible. Nostros, en el último repostaje, cuando saltó la pistola pensamos que era porque se había vaciado el barril y la realidad es que saltó porque el depósito estaba lleno.

Si hubiéramos podido repartir esos diez o doce litros en las últimas cinco horas es muy posible que hubiéramos ganado. Con dos litros más de promedio de consumo por relevo después del cambio de nuemáticos, David, Sanz, David Sánchez, yo, Andrés Hernández y Marcos Martínez hubiéramos marcado un ritmo infernal que nuestros competidores no hubieran podido seguir, porque además acabábamos de montar neumáticos nuevos y todos ellos jugaban la baza de aguantar con los neumáticos viejos hasta el final para ahorrarse un cambio de ruedas.

Por suerte (no por suerte, sino porque era obvio) al volante de nuestro coche en los 25 minutos que nos quedaban, estaba Marcos Martínez, que empezó a marcar tiempos récord vuelta tras vuelta. Perdimos tiempo con la parada para repostar. Un tiempo que no hubiéramos perdido si hubiéramos repostado cuando correspondía, junto a un cambio de piloto. Pero aún así, Marcos, desencadenado, marcaba tiempos de calificación vuelta tras vuelta. Con los neumáticos en buen estado y con esos diez litros para 20 minutos, recuperó dos posiciones. Les sacaba a nuestros competidores entre 15 y 20 segundos por vuelta.

Hubiéramos necesitado tres o cuatro vueltas más para adelantar a los primeros, pero las 24 horas se cumplieron irremisiblemente. Me fui a abrazar a Isi que estaba destrozado. Lo noté llorar entre mis brazos, escondido. Se me llenaron los ojos. Nadie tenía tanta ilusión por ganar como él. Nadie peleó cada minuto como él, nadie organizó cada cambio de neumáticos como él, nadie se trajo un tablón para sacarlo a la pista por si fallaba el teléfono móvil (gracias Isi, me salvaste el relevo sin teléfono), nadie puso como él número de PIN en el tablón para reiniciar el móvil), nadie nos cuidó como él y nadie peleó como él. Lo notaba llorar entre mis brazos, escondido y yo tampoco podía evitarlo.

Pero en ese momento, todo el equipo que inundaba el box (con Aviación sin Fronteras al frente)  se puso a cantar «Isi, Isi» y a aplaudir. Todos sabíamos que habíamos sido los mejores, que lo teníamos todo para ganar. Y empezó la fiesta. La alegría por esa carrera mágica, por esa tensión acumulada durante 24 horas de vernos constantemente primeros, pero siempre con la incertidumbre. No ganamos, pero fue mucho mejor que una victoria. Todos éramos felices, estábamos tristes (al menos yo, un poco) y felices. Triste por lo inexplicable y feliz por la reacción de todos, por la celebración, por la explosión del momento.

Salimos a recibir a Marcos a la pista. Ovación y cánticos interminables para Marcos, que nos regaló su sabiduría al volante durante todo el tiempo. Antes de empezar y hasta el último minuto, con unas últimas diez vueltas soberbias, de ensueño, que nos permitieron recuperar dos posiciones y que hicieron que Aviación Sin Fronteras se llevara un gran premio que les permita desarrollar su proyecto.

Contaré aquí el proyecto de Aviación Sin Fronteras, pondré fotos de la carrera y daré más detalles de estas 24 horas. Hoy de momento dejo esta crónica que he empezado a escribir doce horas después de cruzar la meta, con la emoción todavía en el cuerpo.

Gracias a todos. Es la magia de las 24 Horas Ford.

Clasificación final XII 24 Horas Ford 2015

1-Fundación Apascovi – La Razón – 546 vueltas – 38.000 Euros

Ford Focus ST 2.0 TDCi (no 7)

(Jorge Sanz, Daniel Diges, Vicente Criado, Tomás Saldaña, Carlos de Miguel, Pedro Martín, Juan

Carlos Muñoz, Javier Borredá, Miguel Barbolla. Coordinador: Ricard Monge)

 

2-Asociación Aviación sin Fronteras – One Magazine – 546 vueltas – 25.000 Euros

Ford Focus ST 2.0 TDCi (no 5)

(Nacho Cano, Miguel Temprano, Andrés Hernández, Isabel Aguirrebeña, Javier Moltó, Marcos

Martínez, Borja Fadón, David Sanz, David Sánchez. Coordinador: José María Isidoro)

 

3-Fundación Pequeño Deseo – Centímetros Cúbicos – 546 vueltas – 14.000 Euros

Ford Focus ST 2.0 TDCi (no 11)

(Samantha Vallejo-Nájera, Carlos Maldonado, Fernando Tejero, David Jiménez, Fernando

Gómez-Blanco, Eduardo Bueno, Jorge Silva, Jorge Valero, Juanjo Fernández, Álvaro Tabernero.

Coordinador: Antonio Gárate)

 

4-Fundación Aprocor – Autofácil – 545 vueltas – 12.000 Euros

Ford Focus ST 2.0 TDCi (no 2)

(Estefanía Luyk, Roberto Brasero, Miguel Ángel Rodríguez, Eduardo Alonso, Pablo García, Juan

Hernández, Álvaro Luengo, Antonio Ruzafa, Etienne Lagrange. Coordinador: Juan Pablo

Borreguero)

 

5-Fundación Apsuria – El Mundo – 538 vueltas – 10.000 Euros

Ford Focus ST 2.0 TDCi (no 3)

(Javier Rey, Cecilia Freire, Juan Carlos Bresso, Alejandro Pendas, Borja Jáuregui, Jaime Sainz de

la Maza, Juan Manuel Fernández-Pellón, Javier Ochoa, Jesús Arnaiz. Coordinador: Xavi Navarro)

 

6-As. Estatal de Víctimas de Accidentes (DIA) – Top Auto – 538 vtas – 8.000 Euros

Ford Focus ST 2.0 TDCi (no 8)

(Nacho Guerreros, Ramón Arangüeña, Jorge Brenlla, Eduardo Augustín, Juanjo Martín, José Luis

Pader, Paco Martín, José Luis Ochoa, Jaume Nicolás, Laura Barona. Coordinador: Hug Allemany)

 

7-Fundación Colores de Calcuta – Coche/Love/Altagama – 536 vts – 8.000 Euros (*)

Ford Focus ST 2.0 TDCi (no 6)

(José Manuel Seda, Jota Abril, Antonio Resines, Carmelo Sanz de Barros, Fran Fernández, Juan

Manuel Martín Moreno, Josep Camós, Javier Llorente, Javier Solá, Miguel Ángel Fernández.

Coordinador: Óscar Cánovas)

(*) Incluye los 1.000 Euros por haber ganado la ‘Carrera Virtual Ford Continental’

 

8-Fundación Juegaterapia – Car Magazin – 533 vueltas – 6.000 Euros

Ford Focus ST 2.0 TDCi (no 1)

(Alex Martínez, Daniel Muriel, Francisco Martínez, Antonio Lleó, Jesús Llorente, Emilio Olivares,

Joan Dalmau, Félix León, José Pablo Rodríguez. Coordinador: Luis Villamil)

 

9-Fundación Xaley – Diario As – 533 vueltas – 6.000 Euros

Ford Focus ST 2.0 TDCi (no 10)

(Unax Ugalde, Carlos García-Hirschfield, Mario Herráez, Pablo Martínez, Óscar Becerra, Hugo

Valverde, Jorge Redondo, Javier Medina, Javier Goñi. Coordinador: Rosa Roldán)

 

10-Fundación Bobath – Autopista.es – 532 vueltas – 6.000 Euros

Ford Focus ST 2.0 TDCi (no 9)

(Mago More, Rosa López, Vicente Vallés, Alfredo Aranguren, Oscar Sáenz, Manuel Juliá, Jordi

Cabrejas, Marcos Blanco, José Crespo, Octavio Morillas. Coordinador: Iván Haro)

 

11-Fundación Mozambique Sur – ABC – 507 vueltas – 6.000 Euros

Ford Focus ST 2.0 TDCi (no 4)

(Carolina Lapausa, Luis Ramiro, Itziar Reyero, Alberto de los Santos, Patxi Vergara, Marcos

Diego, David Villareal, Manuel Benegas, Pablo Vaquero. Coordinador: Joan Arnella)

* A los 7.000 euros que consigue por su séptimo lugar, suma 1.000 euros adicionales al ser

vencedor de la Carrera Virtual Ford Continental celebrado entre el 3 y el 9 de julio en el perfil

oficial de Ford España en Facebook.